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La llegada de Conan

  • Este tomo marca el regreso del personaje a la editorial que le dio vida y fama en las viñetas hace casi 50 años y reproduce sus colores originales

La obra recupera los colores originales de 'Conan el Bárbaro'.

La obra recupera los colores originales de 'Conan el Bárbaro'.

Bueno, pues he aquí otra edición más de los primeros tebeos de Conan el bárbaro. ¿Otra más? En realidad, no. El grueso tomo de Panini es emocionante por varios motivos. El primero, que marca el regreso del personaje a la editorial que le dio vida y fama en las viñetas, hace casi cincuenta años, después de una larga estancia en el catálogo de Dark Horse. El segundo, que esta nueva presentación reproduce, con técnicas modernas, los colores originales de la serie, alterados considerablemente en las últimas reediciones. El tercero, que la fiesta se completa con toneladas de material extra, de esos que justificarían por sí solos la compra a unos acólitos que, no nos engañemos, lo íbamos a comprar de todos modos.

Este primer Marvel Omnibus, convenientemente titulado Conan el bárbaro: La etapa Marvel original, ofrece a los lectores la temporada completa de Roy Thomas y Barry Smith en la cabecera Conan The Barbarian, junto con el par de episodios dibujados por John Buscema (primeros de su fenomenal asociación con el personaje) como colofón a la saga de la caída de Makkalet. En medio, claro, van las páginas firmadas por un gran Gil Kane, que pudo ser el dibujante oficial de la serie, pero no lo fue, y es que así se escribe la historia.

El encargo lo aceptó el jovencísimo Barry Smith, de menor caché en aquellos tiempos, y comenzó la leyenda. Son, en resumen, los números 1 a 26, publicados originalmente con fechas de portada de octubre de 1970 a mayo de 1973, acompañados por las historietas del personaje contenidas en los 1 y 4 de Savage Tales (el precedente de la mítica revista The Savage Sword of Conan), versiones en blanco y negro y sin censura de The Frost Giant's Daughter y The Dweller in the Dark, más las siete páginas de The Sword and the Sorcerers!, esa especie de previo protagonizado por el bárbaro Starr y firmado por Thomas y Smith en la cabecera Chamber of Darkness, unos meses antes de ponerse manos a la obra con Conan.

Por si alguno no lo sabe, que todo es posible, Conan es un personaje literario, creado en los pulps por Robert E. Howard, allá por la década de 1930, y fijado visualmente en el imaginario, treinta años más tarde, por las inolvidables portadas que pintó Frank Frazetta para la reedición en libro de sus aventuras.

Con estos tebeos de Marvel, el bárbaro alcanzó una enorme visibilidad, que se transformó en planetaria merced a las películas de Arnold Schwarzenegger, aunque lo que ganó en audiencia lo perdió en coherencia, pues Hollywood desvirtuó por completo el sabor melancólico y sofisticado de la Hiboria de Howard, sustituyéndolo por una mera celebración de la violencia y los tópicos más manidos del género de espada y brujería. Por contra, quedan los propios relatos del escritor texano para recordarnos cuán bello puede resultar el escapismo, así como el trabajo del guionista Roy Thomas, que supo insertar a Conan en la narrativa de Marvel manteniendo una alta dosis de fidelidad al molde original. En pocas palabras, lo que aquí comienza es una gozada mayúscula.

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