Cómics

Cuatro generaciones

Ilustración

Ilustración

Cuando hablo de Jorge González, hablo de un cuidado y una forma de entender la historieta en la que las viñetas sirven para narrar los temas más profundos, y lo hacen con la sensibilidad y el furor gráfico de un auténtico artista. O sea, de una historieta que se eleva por encima de los presupuestos comerciales y de la mediocridad reinante. Enseguida me viene a la cabeza Raúl, porque hay algo parecido en la actitud creativa (también en la resolución, o sea, en el talento) del dibujante de Berlín 1931 y el autor de ¡Maldito Allende!, y no me importa repetirlo cada vez, si es que así sirve para hacer un mínimo de justicia a uno y otro. Y claro, Raúl me lleva a Alberto Breccia y aquí se cierra el círculo (un círculo que se podría agrandar mucho más incluyendo otros nombres, aunque no es ese el motivo de esta reseña, sino animarles a leer Llamarada), el viaje de Argentina a España, y vuelta.

González ha publicado obras de mérito como Fueye o Dear Patagonia (cada vez echo más de menos a la editorial Sinsentido) y, últimamente, ha encontrado en ECC un aliado convencido. Los licenciatarios de DC en español le publicaron primero la citada ¡Maldito Allende! (escrita por Olivier Bras), estupenda reflexión sobre la interesada reinterpretación de la historia y el surgimiento, a pesar de todo, de la conciencia, con Pinochet y Allende como figuras de un conflicto interno, y le publica ahora Llamarada, un libro grande como el otro, pero aún más grueso. González, que se encarga aquí del arte y la narración, mira de nuevo una saga familiar (la suya propia, en este caso) e interroga de nuevo la transmisión de valores en las cuatro generaciones que comienzan con su abuelo, el pelirrojo jugador de fútbol de la cubierta del álbum. La historia arranca al otro lado del Atlántico, en las barriadas de Avellaneda, en los primeros compases del siglo XX, y llega hasta la España actual, proponiendo, por el camino, un viaje plástico de primer nivel, al que uno no puede asomarse sin abrir la boca de asombro. Espectacular es la palabra adecuada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios