Cómics

El corazón del vampiro

  • ¿Acaso pensabais, avispados lectores, que el atribulado Conde transilvano carecía de sentimientos?

Detalle de la ilustración de portada.

Detalle de la ilustración de portada.

Pues acertáis, ya que como hemos podido averiguar a lo largo de sus peripecias, Drácula es un mal tipo, un villano sin ningún tipo de empatía hacia la humanidad y, lo que es menos, hacia sus efímeras alianzas.

Es por ello que, cansado de que los planes terminen mal, que sus hordas de esclavos vampirizados no le den más que disgustos y que por muchos objetos místicos que utilice, ese poder que reclama como suyo siempre se le acaba escurriendo entre los dedos como si fuera agua.

Pues bien, su resolución es firme, y ahora tiene un nuevo objetivo. Bueno, realmente es el de siempre, la dominación mundial, pero ahora lo intentará a través de una demoniaca congregación encabezada por Anton Lupeski, un tipo cuya existencia le era desconocida hasta que recibe los datos por parte de Harold Harold, el escritorzuelo que sigue bebiendo los vientos por su amada Aurora, que sigue ignorándole.

Hablando de amoríos, será en una ceremonia satánica cuando Drácula quede prendado de la bella Domini, que ha regresado de una muerte segura sin despeinarse. A partir del momento en el que sus miradas se cruzan, la unión de ambos seres estará asegurada.

A otras parejas no les va tan bien. La formada por Rachel Van Helsing y Frank Drake tiene problemas de entendimiento, ya que la medianía que era Frank se ha transformado en un tipo cínico, por lo que la rubia cazavampiros no está dispuesta a soportar esta nueva actitud.

De regreso de una de sus numerosas peleas se encontrarán con el cuerpo inconsciente de Quincy Harker

Conoceremos la terrible historia de Windom, contable de la empresa Chenrom, cuyas cuentas no cuadran y que antes de que éste lo haga público es asesinado sin piedad. Sin rostro, la venganza será su único objetivo y regresará de la muerte para ejecutarla.

El bello, y terrorífico, rostro de una vampira narra en primera persona su triste historia. Un viaje en el tiempo que solo le ha traído desgracia y drama, ya que todos aquellos a los que amaba, su padre, su marido, fueron consumidos por la maldad del Drácula, al que finalmente le pide un último favor…

Pero uno de los arcos argumentales más adictivos de los contenidos en esta séptima entrega es el protagonizado por dos tipos con mucho carácter, cada uno en su estilo: Blade y Hannibal King, cazavampiros e investigador privado con colmillos.

Ambos, pese a sus obvias diferencias, unirán sus esfuerzos contra el tipo al que más odian, el escurridizo Deacon Frost, al que van a perseguir a lo largo y ancho de la ciudad de Boston, y sufrirán en sus propias carnes una transformación que parece inevitable y que va a provocar más de un momento de extremo peligro.

Drácula, una vez conseguido el apoyo de Lupeski (que como todo buen villano que se precie tiene su propia, y oculta agenda) se hace pasar por Satán, lo que le asegura la adoración de una cohorte de acólitos, a los que va a deleitar con uno de las grandes momentos de este cómic… ¡La boda de Drácula y Domini!

Unión ésta que desembocará en la gestación de un heredero para la futura corona vampírica, aunque tal vez los planes del Conde no salgan como él pensaba.

Y para el final de este recorrido por la nueva entrega de la biblioteca que reúne la colección La tumba de Drácula, dos visitas muy inesperadas en los que la vida de Drácula roza el Universo Marvel, ya que va a enfrentarse nada más y nada menos que al eternamente errante Estela Plateada, que surcando el infinito trata de borrar de su mente a su amada Shalla Bal (Qué pronto se le olvidaría este nombre cuando en su camino se cruzase la pizpireta Dawn Greenwood…) y es obligado a aterrizar en nuestro planeta por el taimado Lupeski, con el consiguiente cara a cara entre él y el Conde.

La otra aparición le pasará totalmente inadvertida al vampiro, ya que en este caso le echa una mano a Hannibal King. Se trata de Daimon Hellstrom, el Hijo del Diablo en persona, que ayudará a devolver a la vida a un personaje muy importante, y seguido, en esta saga.

La química entre los creadores de estas aventuras tan adictivas funciona como una máquina bien engrasada, saltando argumentalmente de una situación a otra; Marv Wolfman demuestra, número a número, lo gran guionista que es.

Y si a esto añadimos la maestría gráfica del tándem formado por Gene Colan y el entintador Tom Palmer obtenemos un cómic de esos con los que puedes llevarte horas disfrutando, sumergido en sus tramas y gozando con su arte.

¿Logrará Drácula, por fin, triunfar con sus planes de dominación? ¿Quién es el misterioso, y poderoso joven, con el que tendrá más que palabras?

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