Además de, lógicamente, la calidad de su cocina, cuando uno elige un restaurante para una comida familiar, de fin de semana, con amigos o en cualquier otra circunstancia que se salga del día a día, el entorno es también muy importante. Y esos dos factores se dan la mano en los restaurantes de El Mirador del Río, tanto en el primero, que se ubica en el paseo del Guadalquivir desde mediados del 2013, como en el que a finales de 2016 abrió sus puertas en la avenida Carlos III.

"El Mirador del Río es un negocio que surgió de un acuerdo entren dos amigos que se conocieron de niños, que compartieron estudios en la Universidad y que no venían del sector de la restauración pero que terminaron entrando en él", cuenta Eva María Navarro, una de las encargadas del Restaurante El Mirador del Río de Carlos III. Esa puesta en común entre dos compañeros de estudios dio como resultado una forma de trabajar que sigue creciendo y que ha traído a Córdoba una revisión de la cocina local, con un toque propio y mucho esmero en su presentación. "Nuestra cocina, si hubiera que catalogarla, podríamos decir que es casera, elaborada por nosotros mismos en el 100% de nuestros platos, y buscando siempre la calidad en la materia primera, además del cariño y esmero que ponemos en nuestros platos, porque dedicamos muchas horas a la semana para ello", cuenta Eva. La máxima de El Mirador del Río es, como asegura Eva, "dar un servicio de calidad a un módico precio". Entre las especialidades de El Mirador del Río se encuentran clásicos de la cocina cordobesa como el salmorejo, las croquetas caseras, el flamenquín o el rabo de toro, al que los cocineros de este restaurante le dieron una vuelta de tuerca sabrosa, presentándolo a modo de timbal. Una forma original y sabrosa de disfrutar de una de las recetas que identificar a la cocina cordobesa en el resto de España.

El esmero en sus platos es el sello de identidad de un negocio con unas magníficas instalaciones

Además, las carnes también destacan en su carta y tienen un toque especial gracias a las buenas instalaciones de este restaurante. "Las carnes nos llegan desde Montoro y gracias a nuestro horno de carbón, los clientes nos felicitan mucho cuando las pruebas", asegura Eva María Navarro. Y para los menos amantes de la carne, las ensaladas son otra de las recomendaciones de la casa.

En sus instalaciones de El Mirador del Río en Carlos III, se puede disfrutar además de sus sabrosos desayunos, pues desde las 8:00 está abierto su local, hasta la hora del cierre ya por la noche. En el local que está junto al Guadalquivir, cuando llega la época de primavera, también se puede disfrutar desde bien temprano de su cocina.

Y para complementar su buena cocina, El Mirador del Río tiene una instalaciones magníficas. Junto al río, sus privilegiadas vistas hablan por sí solas, mientras que en Carlos III, este restaurante cuenta con dos amplios salones interiores, además de dos terrazas, una más enfocada por su ubicación al verano y otra -climatizada- ideal para el invierno. De esa manera, disfrutar de la buena cocina de este restaurante resulta una experiencia mucho más placentera.