Córdoba tiene el poder de ser tildada de excelencia en muchas de sus caras, desde el patrimonio monumental y artístico árabe y cristiano, la importancia de su historia como enclave fundamental desde que fue Califato, hasta ser cuna de personajes históricos (y actuales) que posicionan esta ciudad en el mapa.

Sin dejar de lado los tesoros que gastronómicamente nos llevan al podio, como el salmorejo o el flamenquín, hoy me detengo en las personas. En protagonistas de carne y hueso que han hecho que nuestra ciudad sea reconocida internacionalmente gracias a que han enamorado a los paladares más exigentes. Es el caso de Paco Morales, que en 1995 comenzó a trabajar en el restaurante familiar El Asador de Nati compaginándolo con los estudios de hostelería y que tras pasar por el restaurante Guggenheim de Bilbao o por el Mugaritz con Andoni Luis Aduriz llegó a ser estrella Michelin en el restaurante del Hotel Ferrero de Valencia. Desde marzo traslada esa excelencia a cada plato en su restaurante Noor, en Cañero. Su apuesta andalusí contó con más de 500 reservas nada más poner en marcha el restaurante. Morales, al hablar de la filosofía de Noor, asegura que desde el amor a la cocina y a las cosas bien hechas surge una forma rupturista en las formas de cocinar, de atender, de crear.

Cuando hablamos de creatividad, se fusionan mundos aparentemente separados; gastronomía y moda. Para estos creativos, el lugar de trabajo pasa por el taller de alta costura, en uno se dan puntadas, en otro hervores. Mencionaré a otra figura cordobesa que de la misma forma es transgresora, se reinventa y al igual que Paco Morales y muchos otros de ambos sectores, llevan nuestra ciudad por el mundo metiéndose a la gente en el bolsillo: Juana Martín. El trabajo de esta diseñadora brilló con luz propia el pasado domingo en la antigua pasarela Cibeles, ahora denominada Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Juana se inspiró en la buganvilla, esa flor que tiñe de rosa rincones y balcones de Córdoba, y junto al violinista Paco Montalvo fascinaron a los asistentes. Un espectáculo que mereció la pena verlo en directo. Lo dicho, Córdoba es ese diamante que tiene mucha tela que cortar y mucho paladar que seducir. El turismo demanda experiencias sensoriales, moda, gastronomía, música, cultura… Un paquete irresistible para cualquier viajero, ¿por qué no ofertarlo?