Cómete Córdoba

Juventud y aire fresco para la cocina cordobesa

  • La Tentación del Buen Comer. Dirección: Carretera de Trassiera, Calle Betis, número 2. Teléfono: 957 41 99 55.

CUANDO uno entra por primera vez a La Tentación del Buen Comer encuentra un local con estilo propio, una cuidada decoración y un mobiliario característico. A simple vista, lleva a pensar que se trata de un gastrobar y lo cierto es que la idea de negocio de Juan Miguel Vegué y Melani Leal no anda alejada de ese concepto, si bien charlando con ellos uno se da cuenta de que la tradición de la cocina cordobesa tiene un peso específico en su carta. Eso sí, con un toque distinto e innovador, el sello propio de la casa. Con todo, lo que más sorprende no es su reinterpretación de algunos clásicos cordobeses, sino la juventud de esta pareja de hosteleros que, como se suele decir, han echado los dientes en este sector.

Con apenas 22 años, Juan Miguel Vegué -Juanmi, como le conocen sus amigos- es junto a Melani Leal (jefa de cocina a sus 26 años) la cabeza visible de este proyecto gastronómico enclavado en el barrio de Trassierra. Ambos trabajan junto a Lola Navas, la madre de Juanmi, en un negocio familiar que ha cumplido su primer año y sigue en crecimiento, consolidado ya como una de las referencias en la hostelería de la zona. El secreto de su éxito es tan simple como complicado de conseguir: servir comida de calidad y con un toque distintivo, a un precio ajustado al bolsillo del consumidor medio y todo ello sin perder el trato cercano y familiar con el cliente.

Algo nada fácil, pero a lo que ayuda la ambición y el amor por su trabajo de un joven que desde los 17 años se dedica a la hostelería. "A mí me gusta este trabajo y es cierto que es agotador, pero yo siempre he estado atendiendo mesas. De ahí he cogido ideas de los clientes", explica Juanmi cuando recuerda el momento en que decidió dejar de ser empleado y convertirse en su propio jefe.

A la aventura de ser empresarios, Juanmi y Melani se lanzaron sin excesivos medios, pero con las ideas muy claras. "Mi madre, mi novia y yo hicimos todo, tanto pintar como tapizar sillas, como montar todo el mobiliario", recuerda él, al tiempo que señala que "la zona la elegimos porque es un barrio en proyección, con gente joven que se acaba de comprar un piso, que tiene hijos y que busca la comodidad de su barrio".

Melani es la gran responsable de ese toque distinto que posee la carta de este restaurante, que ofrece sabores perfectamente reconocibles pero repensados para sorprender al comensal. "Creo que nuestra cocina es diferente, tradicional pero con un toque innovador. El mejor ejemplo es nuestra lasaña de rabo de toro o los flamenquines, con un relleno diferente al clásico", comenta esta joven emprendedora, cuya satisfacción en el negocio llega cuando "la gente se asoma a la cocina y me dice que cómo cocino tan bien siendo tan joven". Su respeto por la gastronomía local no le ha impedido dar un paso más allá, una idea que defiende con argumentos: "Córdoba necesita negocios que combinen la innovación con la tradición. Yo encuentro los dos extremos, restaurantes clásicos o algunos demasiado innovadores. Nosotros buscamos un punto intermedio, innovador pero basado en la tradicional. Nuestra cocina tiene todos los elementos de la gastronomía de Córdoba, servidos con un estilo distinto, el nuestro".

Desde primera hora de la mañana, La Tentación del Buen Comer es un ir y venir de clientes que apenas dejan a Juanmi sentarse diez minutos seguidos. Una buena señal, aunque como todo proyecto personal, el arranque no fue precisamente un camino de rosas.

-Si abrir un negocio ya es una apuesta, hacerlo tan joven debe ser redoblar esa apuesta.

-Emprender y abrir un negocio nuevo es creer. Poco a poco nosotros hemos ido aprendiendo a gestionar todo lo que conlleva y no nos podemos quejar. Llenamos, nos va bien, damos buena comida y buen servicio. Nuestra idea de negocio es ajustar el precio al mínimo, aunque eso requiere tener más volumen de clientes.

-Para consolidar un negocio de este tipo es básica la calidad en la atención al cliente.

-Eso se soluciona con trabajo, cuando tienes mucho público necesitas personal. En La Tentación del Buen Comer trabajamos cuatro personas, pero el fin de semana tenemos tres refuerzos, porque tratamos de atender rápido y de manera eficaz. Eso sin perder el cariño y el mejor servicio con los clientes, que es fundamental. Cada opinión que recibimos nos sirve para aprender.

-¿Cómo se lleva lo de trabajar en familia?

-Es complicado porque cuando echas la persiana los problemas se van contigo a casa y hay que saberlo llevar. Pero también es un gran apoyo la familia cuando llegan momentos complicados. Consigues además mayor implicación, nuestra idea es trabajar cada día para ser un poco mejores en esto.

-¿Es Córdoba un mercado gastronómico complicado?

-Córdoba es un mercado en el que resulta difícil introducir platos nuevos. Nosotros hemos hecho apuestas importantes y la gente ha respondido, como por el ejemplo nuestras berenjenas al cava y nuestro bacalao gratinado. Son platos muy buenos que sorprenden porque nunca se han probado.

-¿Y cómo se conjuga eso con una política de precios bajos?

-Funcionamos mucho con los platos fuera de carta, que no los encuentras habitualmente o que sólo están en algunas temporadas.

-¿Cuál es la mejor forma de ganarse un cliente nuevo?

-Cada vez que entra un cliente nuevo es una oportunidad de ganarlo a él y a su familia o amigos, porque el boca a boca es la mejor publicidad que puedes tener, que te recomiende un cliente en su círculo más cercano.

-¿Qué aporta La Tentación del Buen Comer a la gastronomía de Córdoba?

-La Tentación del Buen Comer es una propuesta nueva, que creo que merece la oportunidad de la gente de conocer nuestros platos. Nosotros nos ajustamos al panorama general de la cocina pero tenemos nuestra personalidad, nuestros platos, y esa es nuestra esencia. Aportamos un granito de arena a la gastronomía de la ciudad, algo diferente.

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