Crítica 'La noche que mi madre mató a mi padre'

Un vodevil en la cápsula del tiempo

La noche que mi MADRE  mató a mi PADRE. Comedia, España, 2016, 93 min. Dirección: Inés París. Guión: Inés París y Fernando Colomo. Intérpretes: Belén Rueda, Eduard Fernández, María Pujalte.

De vocación inequívocamente clásica, pero también anacrónica, esta comedia de enredo vodevilesco de Inés París nace no se sabe bien en busca de qué tipo de público. Desde luego no el más joven, que difícilmente entrará en el juego tonal de farsa, engaño y retruécano que exige, me temo, unas retinas algo entrenadas en el modelo de referencia. Es más posible ya que la audiencia más veterana, esa que no le pide grandes cosas al cine patrio y menos a su comedia, que tal vez podrá ejercitar la nostalgia e incluso, con un poco de suerte, encontrar guiños a ilustres precedentes en el subgénero del teatrillo de mansiones, puertas, entradas, salidas, matarratas y cadáveres a los postres.

En tierra de nadie, al crítico le queda sopesar los pros y contras de una operación de género, insisto, bastante anacrónica y acrítica que tiene en el divertimento autoconsciente, a saber, en la demostración del dominio y el control de unas viejas herramientas del humor de salón, el principal aliciente para el mínimo disfrute. Se trataría así de dejarse seducir por el elenco, por los matices cómicos de los intérpretes (me quedo, si me dan a elegir, con María Pujalte) o por algún que otro gag logrado, mucho antes que por esas necesarias virtudes rítmicas que, ay, hagan funcionar y engrasar un mecanismo como éste con la precisión que obligatoriamente se le requiere más allá de la verosimilitud (dudosa) y la previsibilidad. Y bueno, así-así sale la cosa.

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