Cine

Adiós a una leyenda: muere Doris Day

  • La actriz ha fallecido a los 97 años por complicaciones asociadas a una neumonía.

Doris Day

Doris Day

Doris Day, la actriz y cantante que hechizó durante décadas los corazones de un país con su voz de ensueño y su apariencia angelical, ha fallecido a los 97 años, según ha informado la fundación que lleva su nombre.

"Day estaba en excelente condición física para su edad hasta que, recientemente, contrajo una grave neumonía que condujo a su muerte", ha indicado en un comunicado la Doris Day Animal Foundation.

La cantante de Que Será, Será (El hombre que sabía demasiado) y protagonista de cintas con Cary Grant, James Stewart y Frank Sinatra, entre otros galanes de los años dorados de Hollywood, fue una de las mayores estrellas del cine de los 50 y los 60 y, aún hoy día, es considerada una de las actrices con más gancho en taquilla de todos los tiempos.

Una pareja inolvidable con Rock Hudson

Formó una pareja de época con Rock Hudson en Confidencias de medianoche, Pijama para dos y No me mandes flores, comedias que se convirtieron en un género en sí mismo.

"Creo que la razón por la que a la gente le gustaban nuestras películas es porque podían apreciar realmente lo mucho que nos queríamos. Era algo que traspasaba la pantalla. Era un buen amigo", dijo la actriz a la revista People en 2015.

Durante su carrera grabó más de 600 canciones, con éxitos como Sentimental Journey, Love Somebody, It's Magic, A Guy Is A Guy y Secret Love, se llevó un Grammy honorífico, una nominación al Óscar (Confidencias de medianoche) y se hizo con el premio Cecil B. DeMille de los Globos de Oro.

El sueño frustrado de ser bailarina

Doris Mary Ann Von Kapplehoff nació un 3 de abril de 1922 en Cincinatti (Ohio), hija de una ama de casa y un profesor de música, ambos de raíces alemanas. Desde pequeña, como tantas otras niñas a su edad, tuvo claro que quería ser artista. Y nada iba a frenarla.

Ni siquiera cuando, con 14 años y tras decidir que probaría suerte en Hollywood como bailarina, sufrió, la noche antes de viajar hacia su sueño, un accidente de tráfico que truncó esa carrera para siempre y la mantuvo dos años postrada en una cama.

La joven se supo rehacer y reinventar. Tomó clases de canto y encontró una nueva vocación, lo que le llevó a los 17 años a emprender una gira con Les Brown Band. Allí conoció a Al Jorden, el trombonista de la formación, con quien se casó en 1941 y que se convirtió en el padre de su primer hijo, Terry.

Los episodios de violencia de Jorden la llevaron al divorcio dos años después y Day se casó en segundas nupcias con el saxofonista George Weidler, una unión que se disolvió en menos de un año.

Contrato con Warner y matrimonio con Melcher, que marcaría su carrera

Sumida en una gran inestabilidad emocional, vio la luz cuando firmó un contrato con Warner Bros., cuyos ejecutivos supieron apreciar la belleza, la voz y la efervescente personalidad de la joven, perfectas para las comedias románticas que protagonizaría más adelante.

Uno de esos ejecutivos se convirtió en su tercer marido, el agente y productor Martin Melcher, que marcaría, para bien y para mal, el resto de su carrera.

Etapa de éxito

Fueron los primeros pasos de una trayectoria cinematográfica que alcanzaría grandes cotas con el éxito de Doris Day en el Oeste y cintas como Lucky Me, Quiéreme o déjame, El hombre que sabía demasiado, Confidencias a medianoche, No os comáis las margaritas, Por favor no molesten, Una sirena sospechosa, Anoche cuando se apagó la luz y El novio de mamá, entre otras.

La intérprete, cuyo ocaso coincidía con la llegada de la revolución sexual, había entrado en una espiral de proyectos que no le interesaban particularmente.

Su marido la dejó con un contrato para una serie y una montaña de deudas

Exhausta y sin la motivación de años anteriores, recibió un durísimo golpe con la muerte de su marido en 1968 y decidió que jamás volvería a rodar una sola película más.

Su marido, antes de morir y sin consultar a la actriz, había cerrado un acuerdo para que Day tuviera su propia serie de televisión, The Doris Day Show.

Day se encomendó a ella por completo hasta 1973 en parte para paliar el despilfarro económico de Melcher, que había dilapidado la fortuna de la pareja con malas inversiones y había dejado a la artista con una enorme deuda.

Además, demandó al socio y abogado de Melcher, Jerome Rosenthal, y recibió una indemnización de 6 millones de dólares (unos 5,3 millones de euros) por fraude. Tras aquel amargo episodio, Day únicamente volvió a la televisión para hacer apariciones esporádicas.

Dedicada a la protección de los animales

En 1976 se casó por cuarta vez con Barry Comden, el maître de uno de sus restaurantes favoritos, a quien le unía su pasión por los animales. En 1980 se divorciaron y Comden alegó, precisamente, que Day se preocupaba más por los animales que por él.

La actriz, que en 2011 sorprendió con el lanzamiento del disco My Heart, llevaba desde su retirada del cine y la televisión una vida tranquila y relajada en Carmel (California), volcada en la institución Doris Day Animal League para el cuidado de las mascotas.

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