Little Monsters | Crítica de cine

Otra de zombis en humor rojinegro

Una imagen de la película.

Una imagen de la película. / D. S.

En cada momento las estrategias comerciales han exprimido un género, un subgénero o un tema hasta dejarlo sequito. Pasó con el más importante del cine americano, el western, y con cosas de la más variada condición: espagueti western, kárate, comedia erótica… Y pasa desde hace años con los zombis. ¡Qué hartazgo de muertos vivientes!

En esta ocasión se trata de una parodia que oscila entre el gore propio del género y el cine para adolescentes (en realidad lo mismo). Tres adultos –a dos de los cuales sería abusivo calificar así– deben proteger a unos escolares del ataque de unos zombis. Los gags son todo lo elementales que se puede esperar. La presunta incorrección se queda a medias en el retrato de personajes que podrían haber dado mucho juego (caso del cómico infantil).

El mayor (si no único) atractivo de la película es la presencia de Lupita Nyong'o, buena actriz que por voluntad propia o por las circunstancias va sumando una desconcertante filmografía en la que cabe de todo, desde la película testimonial a las grandes máquinas de hacer dinero o cosillas como esta. Las canciones, que también las hay, refuerzan el aspecto de entretenimiento para la chavalería aficionada a las bromas sangrientas y adultos incansables.

Dirige el australiano Abe Forsythe, actor y realizador televisivo que tras dos largometrajes –Ned, una sátira sobre el forajido australiano Ned Kelly, y Down Under, una comedia negra sobre el racismo y la xenofobia– que ha caído en gracia con esta cosita de zombis y trabaja en una secuela de Robocop Returns, quizás por ciertas maneras verhoevenescas que apunta en esta película.

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