Cine

El Festival de San Sebastián se inaugura con ánimo guerrero

  • La directora gala Emmanuelle Bercot narra la lucha de una doctora contra una gran farmacéutica.

Sidse Babett Knudsen, la actriz a la que la serie televisiva Borgen ha dado gran popularidad, protagonizó ayer la primera jornada de proyecciones del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Knudsen es la protagonista de La doctora de Brest, la película de la francesa Emmanuelle Bercot que inauguró el certamen donostiarra, conviertiéndose, de paso, en la primera mujer sobre la que recae esta responsabilidad en los 64 años de historia del mismo.

"Es un privilegio del que estoy muy orgullosa", dijo Bercot, que curiosamente ya abrió también otro festival importante, el de Cannes, el año pasado con su largometraje anterior, Con la frente en alto. Ahora, en La doctora de Brest, adapta un exitoso libro autobiográfico publicado en Francia, obra de una "neumóloga de provincias", Irène Frachon, que viene a ser, como la llama la actriz que le da vida en pantalla, "la Erin Brockovich francesa".

Frachon descubrió una conexión directa entre una decenas de muertes en el hospital donde trabajaba y el empleo de un medicamento contra la diabetes aprobado por el Estado. Y ahí comenzó el lío: la doctora emprendió entonces una titánica batalla en solitario contra la todopoderosa empresa farmacéutica gala Servier y las propias autoridades sanitarias del país.

Sidse Babett Knudsen mantuvo, para preparar su actuación, una serie de encuentros con la doctora, que le puso "al día de todos los detalles del caso, como un torrente", contaba ayer la actriz. "Es hiperactiva, contesta teléfonos, habla contigo, atiende al ministro, llora un poco, se ríe, todo a la vez... Es muy emocional, es un gran personaje, no se puede uno inventar a esta mujer, sería demasiado inventar", afirmó la protagonista de la película.

"A Irène Frachon le costó muchísimo que le hicieran caso, la despreciaban no sólo por ser mujer, sino porque viste cazadora y botas. Digamos que, por su apariencia, la tomaban por una especie de paleta. Está claro que si este escándalo lo hubiera sacado a la luz un estudiante parisino, con traje caro y pelo gris, habría sido distinto", opinó Bercot. A su lado, la intérprete danesa asiente, antes de explicar las razones por las que quiso participar en La doctora de Brest: "Me interesa interpretar personajes en los que me gustaría verme a mí misma; me encanta ser heroína, aunque sea como ésta, tan poco cool, tan poco sexy, y tan humana, eso sí. Debería haber más papeles así".

La directora y la actriz, junto con el resto del equipo de la película, cerraron anoche la gala de inauguración del festival, que presentaron las actrices Mireia Gabilondo, Emma Suárez y Cayetana Guillén.

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