Salir al cine

Disparen contra el crítico

  • Mañana se estrena en TCM el documental sobre el controvertido crítico Carlos Boyero. Vuelve el cine a Cicus con un homenaje a Godard, un documental sobre Jorge Pardo y un mini-ciclo dedicado al nuevo cine rumano.  

Tras su presentación en San Sebastián y su estreno limitado en salas, llega al canal TCM, que es quien lo produce, este documental sobre el controvertido crítico cinematográfico Carlos Boyero. Controvertido en tanto que, antes incluso de la era de las redes sociales, su figura ya polarizaba la opinión pública, también la de sus colegas de oficio, en una particular batalla cultural que, en cualquier caso, siempre se ha saldado a su favor, es decir, en el mantenimiento tozudo y orgulloso de unos gustos, un estilo y unos criterios de los que ha hecho bandera de autoridad, durante muchos años en El Mundo y en los últimos desde las páginas de El País.

El Boyero de este documental de Zavala y Morales es sin duda el de sus amigos, simpatizantes y conocidos (de Fernando Trueba a Álex de la Iglesia), mucho más presentes que los detractores o aquellos que ponen en cuestión su método y sus maneras. Un método personalista y unas maneras chulescas y a la vieja usanza que el de Salamanca (1953) ha ido desplegando y perfeccionando con los años para convertirse en el crítico más popular en un país en el que ya casi nadie lee y mucho menos echa cuenta a los críticos de cine.

Fin de raza y genio y figura, el Boyero de este documental es el de sus amigos, conocidos y simpatizantes

Boyero trasciende en cualquier caso el oficio especializado de la crítica. Su pluma, sin duda fluida y con estilo propio, incluso a pesar de su tendencia a la primera persona como principio y fin de todo argumento, tiene quizás más que ver con la de los columnistas de opinión del viejo periodismo que con la tradición crítica cahierista, la más influyente aún hoy entre el gremio especializado. A Boyero se le achaca su desdén por lo nuevo, su altivez yoísta, sus gustos clásicos inamovibles, su pereza por el descubrimiento y tantas otras obligaciones que se le suponen al cronista cinematográfico. Frente a esos ataques, que se materializaron con una carta al director de El País firmada, entre otros, por Víctor Erice o José Luis Guerin, en la que se pedían responsabilidades al medio por su abandono de la profesionalidad en terrenos cinematográficos, Boyero y su guardia pretoriana (ahí queda Oti Rodríguez Marchante) se han mantenido firmes en su posición de privilegio y resistencia que les permite, entre otras cosas, seguir viajando y comiendo a gastos pagados por los mejores festivales del mundo al tiempo en que la profesión, o lo que queda de ella, agoniza en la precariedad y la falta de influencia más allá del círculo cada vez más reducido de lectores en plena era de la atomización y el desconcierto en Internet.

El Boyero que vemos en este entretenido documental sigue fiel a su viejo móvil, no se maneja bien con las nuevas tecnologías, sigue amando el cine, la literatura y la música de su juventud díscola, noctámbula y adicta en el Madrid de la Transición, sale ya poco y escribe con la misma visceralidad sardónica contra sus enemigos (Almodóvar al frente) o a favor de sus pasiones confesas.

El Crítico es pues un fiel retrato de Boyero desde la fascinación por el personaje y la empatía con sus defectos, convertidos ya en una parte del atractivo de su personalidad a prueba de antagonistas y/o envidiosos. Podrá gustarnos más o menos, podremos estar o no de acuerdo con sus gustos cinematográficos, televisivos o culturales, habrá quien se escandalice incluso de que navegue a contracorriente de estos tiempos de corrección política y gustos homogeneizados, pero nadie podrá negar que Boyero no sólo es fin de especie sino, sobre todo, genio y figura.    

Godard, Jorge Pardo y el último cine rumano

Regresa la programación cinematográfica de Cicus y lo hace con un pequeño ciclo dedicado al último cine rumano en colaboración con Filmoteca de Andalucía, un homenaje a Godard y la proyección de un documental sobre el jazzista Jorge Pardo.

Tras el pase este pasado lunes de Blue moon, el día 31 (19h.) llegará una nueva muestra de la más reciente e inédita cinematografía rumana, Poppy field (2020, Eugen Jebeleanu), un filme basado en hechos reales que refleja “las tensiones y miserias de toda una sociedad concentradas en una sala de cine boicoteada por un grupo fascista durante la proyección de un film de temática homosexual”.

Una semana antes, y dentro de la programación del Festival de Jazz, el próximo lunes 24 a las 18h., se estrena en Sevilla el documental Trance, que sigue los pasos y la carrera de uno de nuestros grandes intérpretes de jazz, el flautista y saxofonista Jorge Pardo, de los días de Dolores a sus giras con Camarón y Paco de Lucía pasando por su trayectoria como solista.

Ese mismo lunes 24 a las 20h., Cicus rinde homenaje al recientemente desaparecido Jean-Luc Godard con la proyección de uno de sus títulos más emblemáticos, aquel Pierrot el loco (1965) que puso a Belmondo y Karina en la carretera bajo los colores de la bandera francesa y en constante fuga hacia una aventura incierta.

El estreno de la semana: ‘Un año, una noche’

Recibida con buenas críticas en la Berlinale, la nueva película de Isaki Lacuesta adapta el libro autobiográfico de Ramón González para adentrarse en las dispares consecuencias emocionales de una pareja (Pérez Biscayart y Merlant) tras el atentado de la sala Bataclan de París en noviembre de 2015. Se trata de un filme de encargo, no obstante, la sensibilidad y la mirada del director de Entre dos aguas preludian una incursión en el duelo y la esperanza fuera de convenciones.

Trailer Un año una noche