En vísperas del día de la Constitución, varios interrogantes sobrevuelan nuestra Carta Magna.

"¡Más quisiera yo pasar por debajo de un andamio y que cinco albañilas me dijeran picardías!".

¿Quién no tiene en casa un arsenal de medicamentos? El farmacéutico sabe de mí más que mi confesor.

En su palabrizal, Chiquito de la Calzada evocó el don de reírnos de tanta palabrería con un "¡Norrl!".

Hay quien piensa que las mujeres prosperamos no por méritos propios sino por amplias tragaderas.

Raudas caen este otoño las hojas de los periódicos. Esta columna se autodestruirá en un instante.

Quienes vinimos al mundo con una democracia debajo del brazo también podemos hablar de fascismos.

Hay gente que -ideologías aparte- de ponerse la cosa chunga, quisiera merecérmela al lado.

Un vecindario es una España en miniatura. Ahora los vecinos nos hacemos señales con banderas.

La tercera España es heterodoxa, abierta y mestiza, dura de etiquetar y más aún de polarizar.