Ojo avizor, para que el miedo no nos ciegue si no que, nada más sentirlo, nos despierte.

Lo que verdaderamente vivimos es tan tremendamente bello como poco 'instagrameable'.

La primera ministra de Finlandia se ha puesto, literalmente, como a nadie le importa.

Bajo un árbol ha sido posible esa forma de pensar juntos que los griegos llamaron 'diálogo'.

Malo, si invitan a que la consciencia y la razón común también se pillen vacaciones.

Más que por los decibelios, los relojes de los pueblos desasosiegan por su aviso de que el tiempo pasa inclemente.

Aquella chica se esforzaba no por ser tan hermosa como es, sino muy otra, en el mundo paralelo de Instagram.

Desde luego que con la salud no se juega, pero tampoco con tomar su nombre en vano.

Gobierne quien gobierne, Andalucía no merece que se desdibuje la atención a la igualdad y a la cultura.

En una personita con días de vida podemos verle la masa de la sangre, algo así como su ser.