La mejor versión de Alemania en bastante tiempo destrozó las más que fundadas ilusiones de Portugal, tan competitivo como su rival pero que pagó de manera muy pronunciada un par de desajustes y la nula eficacia de Ricardo. Una contra vertiginosa y dos faltas permitieron a los germanos avanzar a semifinales y descubrir de paso a sí mismos y a todos que tienen más fútbol de lo que parecía.

A pesar de Deco, Portugal no terminó de estar cómodo hasta que Alemania reculó sobremanera con los cambios hasta jugar con fuego en el tramo final. Los lusos marcaron sus dos tantos a cinco minutos del final de cada parte, con el triunfante rival pensando ya en el pitido.

Löw, confinado tras un cristal por el numerito de Mejuto ante Austria, rediseñó a su equipo. Puede que por la ausencia de Frings o directamente porque se diera cuenta de que la actuación alemana era manifiestamente mejorable. Así, prescindió de Mario Gómez para adelantar a Ballack, Schweinsteiger cogió el lugar de Fritz y en la medular introdujo a Rolfes y a Hitzlsperger. Más toque, más dominio del centro del campo, más velocidad y no menos remate.

Ballack jugaba siempre en campo ajeno y por delante del balón, algo que no había ocurrido hasta ahora, y Alemania creció de forma exponencial. Sufriendo en defensa por la barbaridad de espacios que consentía a la espalda de los zagueros, Alemania consiguió embotellar a Cristiano Ronaldo durante 40 minutos y rebajar el fútbol portugués.

Eso a pesar de Deco, un futbolista excepcional. Nunca lo suficientemente valorado, se sobra para dar fútbol a quien lo quiera coger. Se las ingenió para que Portugal no le perdiera la cara cuando la cosa se puso fea y tuvo margen para crear, tocar y avanzar. Para que todo el equipo se moviera y sufriera de lo lindo la rigidez defensiva germana.

Ocurre que Portugal comete una imprudencia producto del planteamiento alemán. Con Klose solo arriba y dos puñales por las alas, el ataque teutón deja de ser estático y adquiere un dinamismo que obliga a los ibéricos a juntar líneas. La defensa sube y Alemania la destroza. Tal cual.

Moutinho, poco antes de lesionarse y meter en más problemas a su selección, ronda el gol con un centro de Bosingwa que no acierta a rematar de forma ortodoxa. Aviso serio de Portugal. Alemania no avisó. Golpeó. Podolski arrancó con fuerza, se marcó dos paredes con Lahm y Ballack, superó en velocidad a Bosingwa sin permitir que llegara Pepe y centro raso y duro para que Schweinsteiger superase a Ferreira en velocidad por el centro para fusilar a Ricardo. Veintidós minutos. Portugal tira la línea demasiado arriba y lo paga carísimo.

Ya había advertido Alemania que insistiría en el que consideraba principal defecto portugués: Ricardo. Los mensajes minusvalorando al meta portugués han sido frecuentes. Schweinsteiger le marcó dos goles en la final de consolación del Mundial 2006. "Jugará seguro", señaló Löw a principios de semana. "Ricardo me trae buenos recuerdos", sentenció el extremo. Scolari, en visto de eso, tomó buena nota de la altura de los alemanes. Pero no sirvió de nada.

Alemania golpeó por segunda vez en la segunda imprudencia portuguesa. A balón parado, antes de la media hora, Schweinsteiger lanzó una falta hacia adentro evitando el fuera de juego luso, Cristiano Ronaldo ni siquiera siguió a su par y Klose remató de cabeza solo ante Ricardo, que pudo hacer algo más. Todos los males se cumplieron. A balón parado, Portugal sufre.

40 minutos tardó Cristiano Ronaldo en explotar los espacios que deja la defensa alemana. Como si hubiera estado observándoles, la estrella portuguesa tiró un desmarque cantado y Deco le dejó solo ante Lehmann, quien detuvo pero dejó el balón suelto para que Nuno Gomes dividiera el premio alemán con Metzelder tapado bajo palos por Mertesacker.

Puede empatar Ronaldo pero con el descanso Alemania toma aire y prosigue su control casi totalitario. De nuevo, avisa Portugal. De nuevo, lo paga. Deco peina un córner que Pepe no acierta a remachar. Muy poco después, Alemania repite falta y repite premio. Schweinsteiger lanza hacia adentro, Ballack desplaza a Ferreira, Ricardo sale a por uvas y la estrella alemana logra el 1-3 cristalizando los peores comentarios sobre el irregular meta luso, que dejó al aire su palo en el 0-1, no tuvo reflejos en el 0-2 y se tragó el 1-3. De hecho, su única parada se produjo en el minuto 94…

Pero Portugal tiene carácter y fútbol, y aunque Alemania demostró ir servida de recursos, Scolari perseveró con Nani y Postiga. Ambos se las ingeniaron para rescatar a Portugal cuando más perdido estaba para ofrecer un final acorde al gran espectáculo vivido en Basilea. Tarde, pero de agradecer. Alemania pasa elevando mucho su listón y con una semifinal bastante apetecible ante Croacia o Turquía.