Andaluzas 22M

Del 'mensaje es Susana' al voto útil de la estabilidad

  • La candidata socialista vincula el resultado del 22-M con un gobierno fuerte en Andalucía a la propia "estabilidad y unidad de España".

Esteban es taxista en Ronda desde hace 35 años y ni una sola vez ha fallado en toda la democracia con su particular barómetro electoral: punto arriba punto abajo, ha clavado el resultado de las municipales. Y lo ha hecho, además, en una plaza que es un verdadero polvorín de transfuguismo. Su pronóstico para las autonómicas del 22 de marzo es "no tengo ni idea". Nunca hasta ahora ha subido en su coche a tantos indecisos. Él mismo ha sido siempre felipista -digamos por extensión que susanista- pero en esta ocasión me confiesa que tampoco él sabe qué hacer.

Si hace sólo diez años le hubieran mostrado cualquiera de las portadas que estamos publicando estos días, con hasta cuatro partidos disputándose el sillón de San Telmo, pensaría que es ciencia ficción. No lo es. Y la mayor evidencia de ello es el esfuerzo que están haciendo los grandes partidos por advertir a los ciudadanos que lo que está en juego en Andalucía, en España, es la "estabilidad". No nos asustan -aún- con el recurso fácil de Grecia o Venezuela pero el mensaje es directo: el crecimiento de la economía y el empleo, el blindaje de los servicios públicos y el mantenimiento de nuestro nivel de vida depende directamente de la fortaleza que tenga el gobierno que salga el 22-M en las urnas.

Ésta es la "mayoría" que Susana Díaz no se cansa de pedir y para la que no va a admitir ni una sola "interferencia". Los socialistas se están jugando todas sus bazas al #YoConSusana y Susana lo hace a la carta de la estabilidad. El mensaje del voto útil, pero con el altavoz orientado tanto a Sevilla como a Madrid. "Unidad y estabilidad en Andalucía" como condición necesaria e imprescindible para la "unidad y estabilidad de España". Estabilidad como sinónimo de "impulso económico", de "recuperación "para todos" -no "para los de siempre"- y de "seguridad" para garantizar que la Junta no se "distraiga en líos de partidos" y concentre todas las energías en lo principal, el empleo.

Durante más horas al día de las que el médico le recomendaría por su avanzado estado de gestación, la candidata socialista se está "dejando la piel" en una campaña puerta a puerta que ha decidido llevar por todos los rincones de nuestra comunidad, por los pequeños pueblos de la Andalucía rural pero también por las grandes urbes y las ciudades medias. En el cara a cara despliega el "muy buenas, un placer" con el que se va metiendo en las casas encaladas andaluzas y en los encuentros sectoriales y los mítines va desgranando las recetas con que quiere convencer de que tiene la "fuerza", la "ilusión" y la "capacidad" que Andalucía necesita para dar el "salto adelante" que merece. "Salto adelante". Es una de las palabras que más repite en todas sus intervenciones; cuando cuchichea con los vecinos y cuando se sube al atril. Un "salto" que va siempre unido a la "amplia mayoría" que reclama y al "gobierno fuerte y estable" que promete.

Sobre estas ideas ha fijado ya sus líneas rojas. Para Rajoy y para su propio partido. Lo hizo ayer en Cádiz. Con contundencia y sin dejar espacio a equívocos. En la intensa jornada que desarrolló por la provincia -desde las callejuelas turísticas del precioso pueblo de Setenil hasta el Campo de Gibraltar pasando por Ubrique y por esa Algeciras industrializada que hoy representa un puntal en los planes estratégicos de desarrollo de la comunidad- la líder socialista fijó tajante su hoja de ruta.

Al "turista", como ya ha bautizado al presidente del Gobierno, le pidió que venga con algún compromiso este fin de semana cuando vuelva a aparecer por Andalucía para apoyar a un candidato en quien no confía: "Están muy nerviosos. Cuanto más vienen, menos le salen las cuentas. Tienen miedo al 22-M. Por eso responden con tantos insultos y desprecio".

A compañeros como José Bono que le quieren dar lecciones desde Madrid sobre política de pactos, les contesta con la misma claridad con que dice todos los días a PP y Podemos que no hay alianza posible. Y lo afirma ella, Susana, sin perder ni un minuto en saber qué opina Ferraz y, por supuesto, sin dejar espacio alguno a que puedan interferir. Justo al contrario. El mensaje es Susana se ha resituado ya en el eje del año electoral: de la mayoría amplia depende la estabilidad de Andalucía, pero también la estabilidad y la unidad de España. El viernes sabremos si es Pedro Sánchez quien toma nota.

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