Andaluzas 22M

El cuaderno rojo de la presidenta y la subasta de promesas de Rajoy

  • Susana Díaz advierte al PP que desde el lunes exigirá que cumplan sus compromisos.

Mañana termina la campaña, el domingo es la cita con las urnas y el lunes, aparte de la resaca electoral, es el momento de pedir explicaciones y de exigir que se cumpla la "subasta de promesas" que los partidos políticos han ofrecido estos días al votante andaluz. Si analizamos los programas y los anuncios sorpresa que se han ido desgranando en estas dos intensas semanas, no es difícil llegar a la conclusión de que es el Partido Popular el que ha apostado más fuerte. Ante el mayor problema de la comunidad autónoma, y la mayor prioridad compartida por todas las formaciones, Mariano Rajoy y Juanma Moreno han terminado comprometiéndose a crear más de un millón de empleos.

 

Todos lo firmaríamos hoy. Incluida la líder socialista y candidata a la reelección. No sabemos si Susana Díaz, en lugar de un cuaderno azul estilo Aznar, tendrá uno rojo o uno verde pero de lo que no hay duda es de para qué lo quiere: está anotando una a una las promesas que el presidente del Gobierno y sus "ministros turistas" están realizando en todas las provincias dentro de la operación desembarco que se ha planificado desde Madrid para arropar a su candidato y, de paso, ir calentando las plazas con el horizonte en las municipales de mayo y las generales de noviembre.

 

"Estoy tomando nota. Ya está bien. Ya se ha acabado esto de que las promesas son vacías y al día siguiente de las elecciones se olvidan. A partir del lunes, todos los días voy a estar recordando esta subasta de promesas que están haciendo estos días quienes no han venido a Andalucía en tres años. El primero, Rajoy".

 

Si los andaluces le dan la confianza para gobernar -está por ver si llegará a esa "amplia mayoría" que reclama para conformar un "gobierno sólido que dé seguridad y confianza" a los ciudadanos-, para el día después ya tiene los objetivos claros: cumplir lo prometido por su propio partido y asegurarse de que también el PP lo hace. Punto por punto. Y lo exigirá a diario. Quienes se presentan por primera vez a las elecciones todavía tienen la oportunidad de demostrar si sus programas se quedarán (también) en papel mojado; quienes llevan tres años al frente de la Administración central  aplicando duros recortes y han decidido volcarse en Andalucía para respaldar a su candidato lo tendrán más complicado si no consiguen el "cambio histórico" que persiguen. 

 

En la ciudad de Jerez, donde hace justo una semana arrancó Rajoy la campaña electoral, la líder socialista advirtió ayer que no es "casualidad" que el dirigente popular esté "jugando estas elecciones en primera persona", ni que los ministros estén "todos los días" en Andalucía: "Rajoy se está tentando hoy la ropa. Tiene mala conciencia. Tiene miedo a la voz de los andaluces. Ese es su problema. Pero nosotros vamos a abrir los mejores años de nuestra tierra. Y sabe que después del 22-M va él".

 

Susana Díaz irá a la carga desde el mismo lunes. Y se lo volvió a recordar ayer por la tarde desde Marbella: que no se puede utilizar la campaña como una "subasta", que "con la ilusión y la esperanza de la gente no se juega" y que, cuando se les acabe esta historia de "amor" con Andalucía, lo que les va a "quedar" es una presidenta recordándole "todos estos días de idilio". "No saben bien la que les espera conmigo. Creo que ya se han dado cuenta de que, cuando se trata de defender Andalucía, no hay quien me calle".

 

Pero no son las promesas electorales lo único que ya está recogido en la libreta roja de la presidenta. También tiene ya subrayado el desafío al que se tendrá que enfrentar Andalucía a partir de julio cuando Hacienda abra el proceso de negociación para revisar el modelo de financiación autonómica. Y ya ha avisado al Gobierno de que va a estar "vigilante" para que la factura de los acuerdos del presidente y los intereses del Gobierno "no la paguemos como siempre los andaluces".

 

La líder socialista no deja de asegurar que la primera que está dispuesta a aplicarse la vara de dar ejemplo es ella misma. En la capital de Málaga, un grupo de trabajadores le dieron la oportunidad de demostrarlo. Tal vez derivado de esa obsesión por querer devolver la dignidad a la política, la respuesta a quienes la recibieron con un sonoro abucheo en la barriada de La Luz de Málaga fue inmediata. Antes de participar en el mitin con que cerró la jornada del jueves en un hotel de Marbella, Díaz dio la cara, situó dentro de la más absoluta "normalidad" que los ciudadanos "se acerquen a su presidenta" cuando tienen problemas y aseguró que sus reivindicaciones se van a atender. 

 

En la capital malagueña, en una visita programada a la asociación de vecinos La Luz, Susana Díaz tuvo que enfrentarse a un sonoro abucheo, la primera pitada seria de la campaña. A un lado de la calle unían sus voces trabajadores y alumnos de La Cónsula, un grupo de agentes locales de empleo (ALPE) y prejubilados de la empresa Hitemasa pidiendo precisamente a la presidenta que "cumpliera" sus compromisos y que no se "escondiera". Al otro lado de la calle estaban sus incondicionales acusando a los manifestantes de querer "reventar" el acto y reprobando los insultos que profirieron contra Díaz. Bandera del Che incluida, la llamaron "cobarde" y "mentirosa" y, en declaraciones a este diario, aseguraron que un abogado de la Junta "con formas de mafioso" les había amenazado con "cortar las conversaciones" si no cesaban las protestas. 

 

No es la primera vez que la tensión marca la presencia de la presidenta en Málaga. En octubre de 2013 se produjo el polémico escrache de alcaldes del PP y ayer mismo por la mañana se repitieron las protestas en un acto del consejero Alonso. Sin la tensión vivida ayer, los agentes locales de empleo ya promovieron una protesta similar hace una semana aprovechando su presencia en el acto sectorial de turismo organizado en el Palacio de Congresos de Málaga y también han llevado sus reivindicaciones a otros municipios incluidos estos días en la ruta del PSOE. 

 

Lleva razón la candidata socialista cuando dice que ella habla desde la "prudencia" que supone la "responsabilidad de estar en el Gobierno" y de confiar en que seguirá siendo así a partir de lunes. Pero, con el mismo ímpetu que los andaluces agradecerán que esté anotando en rojo los compromisos del PP, exigirán a su presidenta que responda de su palabra. 

 

El Gobierno siempre tiene dos caras: prometer y cumplir. Y sin dobles varas de medir.

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