Lejos de acusar el cansancio de la intensa campaña electoral que ha diseñado su partido, Susana Díaz acelera. Dice que la energía se la “carga” a diario con el cariño y el apoyo de los ciudadanos. “Para pisarme a mí los talones hay que echar muchas horas”. El destinatario de su mensaje es el candidato del PP, Juanma Moreno. Mientras atiende a los periodistas en el Club Náutico de Roquetas de Mar, la sintonía de los populares se cuela desde la calle con el llamamiento al voto de su histórico adversario. La megafonía del coche del PP lleva desde primera hora animando las calles del municipio almeriense. La candidata socialista sonríe, propone un ‘kit kat’ que no se produce y continúa sin perder el hilo de respondiendo con contundencia a los rumores que se han filtrado en las redes sociales en las últimas horas: ni hay suspensiones de actos, ni está indispuesta ni se va ausentar el lunes del debate de vuelta que ha organizado TVE en Sevilla con los aspirantes a la Presidencia de la Junta de PSOE, PP e IU. “Yo no soy Javier Arenas. Yo no voy a dejar ninguna silla vacía”.

En una abarrotada reunión con mayores, la candidata socialista no acusa directamente a Rajoy de dejación de funiones pero casi: “¿Quién se dedica a gobernar en España? Con tanto desembarco de ministros, ¿qué deben estar pensando en Cataluña, Valencia o El País Vasco?”. Ataca pero sin ofender. Vuelve a reiterar que su campaña es en positivo, para dar soluciones, con “ilusión” y con “ganas”. Insiste en que ella va a seguir “a lo suyo” y que no se va a distraer en los “líos de partidos” y “peleas” que no interesan a nadie.

“Vamos a más”, clama tajante.

Nuevas encuestas le dan la victoria pero lejos de la mayoría “amplia” y “fuerte” que busca. Es más que consciente de ello y así lo transmite en su intervención. El reto no es ganar, es “ganar bien” para ser “libre” y no tener que “someterse a los interses de un partido (en alusión a IU)” como ha ocurrido al final de la legislatura: “Yo no tengo ningún apego al poder, tengo apego a mi tierra. Y por eso no puedo consentir que nadie me diga lo que tengo que hacer”. Unos minutos más tarde lo vuelve a repetir a los medios recalcando el “gobierno en precario” que hubiera sufrido Andalucía si no hubiera decidido adelantar las elecciones.

Con un sonoro “nunca” responde a quien le pregunta si se ha arrepentido del adelanto electoral. Tiene claro por qué lo hizo y hoy asegura estar más segura aún de que no se equivocó. “Quien hace lo que tiene que hacer no cambia de opinión”. Cree, además, que la propia gente le está dando la razón durante la campaña con su cariño. “He hecho lo que tenía que hacer porque no me sentía libre para defender a Andalucía”, enfatiza una vez más reiterando la idea de que estamos en “un momento histórico” similar al que se vivió en el 28-F y que la “mayoría grande” que pide a los andaluces es “para dar un paso más”.

“Quiero más”. Se refiere al blindaje de la educación pública, la sanidad o la dependencia que conforma el eje central del programa socialista junto a la apuesta por crear empleo (de calidad y para todos) con un camino distinto al “daño” y “sufrimiento” de Rajoy.

 “Sé que somos incómodos para España porque hemos demostrado que se puede crecer por encima de la media y sin tocar la educación o la sanidad”. Susana Díaz sabe que todos los socialistas tienen puesta la mirada y la “esperanza” en Andalucía. Incluido su secretario general. Después del encuentro con mayores en Roquetas ha visitado una cooperativa en este municipio del Poniente almeriense y completa la agenda matinal con una visita las instalaciones de la Cooperativa Morgi Verde de El Ejido.

El gran acto de la jornada se celebrará esta tarde en el Pabellón de la Gongosa de Vícar donde los socialistas esperan reunir a 3.000 militantes en el primer acto de toda la campaña al que acudirá Pedro Sánchez. La supuesta tensión y falta de sintonía entre los dos dirigentes continúa de forma soterrada pese a los mensajes de normalidad que Díaz intenta trasladar: “Tengo el apoyo total y diario de Pedro Sánchez”. Sus palabras, sin embargo, no se refuerzan con demasiados hechos. Desde noviembre el secretario general del PSOE no ha visitado Andalucía y la previsión es que tarde transcurra todo el acto dentro de un clima de absoluto formalismo. Sánchez llegará en avión un poco antes del mitin mientras la candidata andaluza y responsable de la principal federación socialista prosigue incansable su particular puerta a puerta.

Este viernes , en el paseo marítimo de Roquetas, hasta ha tenido tiempo de asesorar a un vecino discapacitado que ha acudido a su encuentro en silla de ruedas para preguntarle qué tenía que hacer para comer. La presidenta le ha pedido que acuda a los servicios sociales del pueblo para que evalúen su situación y analicen qué tipo de ayudas podría solicitar. “Con la edad que tienes, lo que no puedes hacer es pedir para comer en la puerta del supermercado”. La tensión inicial se ha disipado y, aunque no muy convencido, la ha despedido con un “enhorabuena” por su embarazo tremendamente educado.

Susana Díaz ni está cansada ni pisa freno. Al contrario.