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El pasado octubre Rafael López, más conocido como 'El Faillo', se hizo famoso por su peculiar acompañante por las calles de La Algaida, una colonia agrícola perteneciente a Sanlúcar de Barrameda. Currito, como así bautizó Rafael a su flamenco favorito, es su inseparable amigo desde que este agricultor lo mimó cuando nació hace apenas un año.
Rafael, criador junto a sus hijos de flamencos, le cogió un cariño especial a uno de ellos por ser el más pequeño de la camada que nació en marzo de 2020.
La familia López lleva una década criando animales. Una tradición que ha pasado de padres a hijos y de abuelos a nietos, ya que Gaddiel, hijo de Rafael hijo, da de comer al centenar de flamencos que tienen.
"Si se le diera este trato a todos, habría cienes de curritos", asegura Rafael hijo, experto criador y parte del Centro de Cría La Avutarda.
Cada vez que lo visitaba, lo acariciaba y le hablaba. Así surgió la especial amistad entre este agricultor y su ave.
La diferencia de edad, Rafael tiene 71 y Currito 10 meses, no es obstáculo para que su relación sea estrecha. Aunque tengan diferentes lenguajes, se entienden a la perfección cuando están juntos.
La caza es una de las aficiones de Rafael, que traía a sus hijos animales heridos para que los cuidaran. Esto hizo que se apasionaran por las aves desde jóvenes.
Currito es muy popular en este rincón de la provincia de Cádiz, donde sus vecinos se acercan a saludarlo cuando pasea con Rafael.
"Le regalamos una foto de los dos en Navidad y se emocionó". Rafael hijo describe con cariño la escena ocurrida hace semanas, cuando Rafael recibió una imagen con Currito que hizo que se le saltaran las lágrimas.
Currito nació en La Algaida, una colonia agrícola de Sanlúcar de Barrameda con más de un siglo de historia. Allí vive la familia López, que lo cría diariamente.
Currito es un 'Phoenicopterus roseus'. Es decir, flamenco común. Un ave muy habitual en las marismas del Parque Nacional de Doñana.
Rafael inculcó desde pequeños a sus hijos el amor por los animales y los anima a criar aves. El mimo con el que trata a Currito es buena prueba de ello.
Currito pasea por La Algaida sin correa como otras mascotas. No obstante, no corre ni se separa de su dueño en ningún momento.
Currito es tan sólo uno de los cientos de aves que nacen y se crían en un centro de referencia a nivel mundial, puesto que sus profesionales son consultados desde otros países para aprender sus técnicas.
La morfología del flamenco permite que Rafael lo abrace con facilidad. Algo que parece encantar a Currito, que se arrima a su dueño devolviendo el cariño que este le da.
Currito acompaña a Rafael a todos sitios. La farmacia, el ambulatorio o el bar son algunos de esos lugares, en los que este ave es muy popular y querida.
El medio rural es el escenario de esta original historia. La agricultura es la ocupación de gran parte de los habitantes de La Algaida.
Rafael, conocido como El Faillo entre su entorno, sabe que Currito es protagonista cada vez que camina con él por la calle. Su figura y su sombra asombran a los que pasan junto a ellos.
Ver a un flamenco sobre el asfalto sería motivo para inmortalizar el momento en la inmensa mayoría de localidades de España. Sin embargo, en La Algaida es habitual lo inusual en este caso.
El discurrir elegante del flamenco por la colonia agrícola llama la atención de todo aquel que se lo cruza. Su peculiaridad, unida a a cercanía con el ser humano, permite que muchos lo puedan conocer.
Rafael y Currito pasan muchas horas juntos, pero cada cual tiene su espacio. Ante la reja finaliza la jornada hasta la próxima.
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