Francisco Serrano

Portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía

Con sólo doce diputados

Foto del grupo parlamentario de Vox

Foto del grupo parlamentario de Vox / EFE

Ha pasado poco más de un mes de las elecciones históricas del cambio. La confianza de casi 400.000 andaluces (395.978) en Vox hizo posible una alternativa al régimen socialista de los últimos 37 años –cuatro de ellos con el apoyo de Ciudadanos–. Nuestros votantes nos encomendaron una misión que está fielmente reflejada en las 19 propuestas para la investidura del presidente de la Junta de Andalucía que presentamos al Partido Popular. Acudimos al encuentro con ánimo de entendimiento, porque ya habíamos advertido que no seríamos obstáculo para el cambio. Pero tampoco la alfombra que algunos pretendían. El momento histórico exige negociaciones para alcanzar acuerdos. Andalucía podía marcar el inicio de un nuevo tiempo en el resto de España o ser una oportunidad perdida fruto de la cerrazón de quienes antes que estudiar propuestas han recurrido al insulto y al desprecio hacia 400.000 andaluces.

¿Acaso no están de acuerdo muchos andaluces en el sobredimensionamiento de la Junta de Andalucía? ¿Y en la existencia de gastos superfluos?¿Y en que hay que acabar con la administración paralela? ¿En que no nos sobra el dinero para derrocharlo en sostener y fomentar la inmigración ilegal, o en ONG e instituciones dedicadas a la promoción del feminismo supremacista?… ¿Alguien piensa que el contribuyente no está harto de pagar la fiesta?

Frente a esto, queremos recuperar el principio de austeridad tan odiado por la izquierda y sus adláteres. Nosotros no creemos que la austeridad deba regir sólo en los momentos de crisis económica. La austeridad debe guiar las acciones y decisiones políticas. En ningún caso, el dinero público debe ser utilizado para crear redes clientelares y electorales. Esta idea, que está presente en las propuestas de Vox, creíamos que no debería suponer ningún problema para el PP y Ciudadanos. Hoy queda claro que, al menos para Ciudadanos, sí suponía un escollo.

"Andalucía puede marcar el inicio de un nuevo tiempo en el resto de España"

Quien ha hecho gala y dado lecciones al resto de partidos sobre su “disposición” al diálogo en estos “nuevos tiempos”, Ciudadanos, se ha quitado la careta ante todos los españoles: su “disposición” al diálogo es con la izquierda radical, siempre y cuando se lo permitan desde París. No le ha parecido a la formación naranja que urgiera cambiar las políticas implementadas por los gobiernos del PSOE –en connivencia en ocasiones con IU y, en esta última legislatura, con ellos–. Tal vez querían gobernar con el PSOE en Andalucía, como ya lo han hecho hasta hace poco.

Para Vox estaba claro: Andalucía es la irrefutable prueba del fracaso del socialismo. Detrás de las prédicas en nombre de la igualdad a lo largo de tantos los años, hoy la tierra desde la que se culminó la Reconquista –cosa vergonzante para algunos–, está a la cola de todos los indicadores (económicos y sociales). Por suerte y voluntad política hemos pactado 37 medidas con el PP para cambiar las políticas desarrolladas por los distintos gobiernos del PSOE. ¿Que nos hubiera gustado que el cambio fuese más profundo? Por supuesto, y desde nuestros escaños, en cada votación, procuraremos que así sea con nuevas propuestas, y a la vez manteniendo hasta la última coma de nuestro programa.

Con sólo doce diputados hemos demostrado más ambición de cambio que todas las fuerzas políticas en 37 años. No nos hemos doblegado ante la jauría mediática y política que pretendía acallar nuestras convicciones, y se han abierto debates que la dictadura progre pretende silenciar a base de gritos y mentiras. Hoy, gracias a las medidas de Vox, los andaluces recuperan libertades y tendrán más oportunidades. Los padres podrán sacar a sus hijos de las aulas cuando el gobernante de turno o los lobbies de género acudan a ellas a adoctrinarlos, y podrán elegir el centro educativo que quieran para sus hijos.

Libertad también para elegir al especialista sanitario que deseen. Se derogará la Ley de Memoria Histórica, que en Andalucía es todavía peor que la estatal. Conseguiremos que los andaluces puedan acudir a los toros o salir a cazar sin tener que aguantar que la Junta subvencione a quienes les criminalizan. Tendrán más oportunidades las familias y se fomentará la natalidad. Se ayudará a las mujeres con embarazos no deseados en favor del derecho a la vida…

Y, con todo, el camino todavía es muy largo. Las políticas socialistas de todos los partidos han hecho mucho daño durante mucho tiempo. Pero, si con sólo doce diputados en Andalucía hemos conseguido esto, ¿se imaginan lo que puede conseguir Vox de ahora en adelante? Dios dirá. Por nuestra parte, pondremos todo nuestro esfuerzo en trabajar con humildad y con respeto, pero también con toda la firmeza que requiere la defensa de nuestros principios.

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