Andalucía

Un menor mata a su padre minutos después de apuñalar a otro joven

  • El presunto parricida, de 17 años, confesó el doble delito · Con la otra víctima, que resultó herida de gravedad, mantuvo una fuerte discusión a la salida de un bar de la localidad gaditana de Puerto Serrano

Un hombre de 41 años y vecino de Puerto Serrano (Cádiz) murió ayer a manos de su propio hijo, un menor de 17 años, quien le apuñaló en el transcurso de una fuerte discusión. Momentos antes del mortal enfrentamiento, el presunto parricida había herido también de gravedad, con un arma blanca, a otro joven, de 27 años, que se vio envuelto en una bronca cuando salía de un bar acompañado de su novia.

Tras los hechos, que tuvieron lugar sobre las siete de la mañana, la Guardia Civil logró interceptar al menor en la casa de un familiar, a poca distancia de su vivienda. Ésta se encuentra situada en una zona marginal a las afueras de la localidad. En concreto, fue detenido en casa de un tío suyo sin oponer en ningún momento resistencia.

Después de confesar el doble delito, los efectivos policiales lo trasladaron al cuartel de la Guardia Civil, en Villamartín, donde permaneció recluido. Para hoy está previsto su traslado hasta los Juzgados de Arcos, que pondrán el caso en manos de la Fiscalía de Menores.

Por su parte, el joven herido también por el agresor se restablecía, poco a poco, de las heridas de navaja que sufrió en la zona del cuello y el abdomen, que le provocaron una importante hemorragia. Como consecuencia de las puñaladas tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el hospital Virgen de las Montañas de la vecina localidad de Villamartín.

Los últimos compases de la Nochevieja, en Puerto Serrano, se tiñeron de dolor y sangre. Todo comenzó entre las seis y las siete de la mañana cuando M.P.C., de 27 años, y su novia caminaban tranquilamente por la calle después de salir de un bar, donde festejaban en compañía de amigos la entrada del año. En su camino, se cruzaron con varias personas y con el citado menor, quien al parecer, le soltó a la chica una serie de improperios, que fue el origen de un encontronazo. El presunto autor de los delitos sacó una navaja que llevaba encima y en medio de la trifulca asestó al novio varias puñaladas, dejándolo en el suelo malherido.

Pero ahí no quedó la cosa. Minutos después, el agresor alcanzaba su casa. Allí inició otra riña, que terminó con el fatal asesinato de su padre, Francisco Martínez Pérez. Al parecer, dentro de la vivienda se encaró, aunque no han transcendidos los motivos, con la madre y con el padre, no sin antes hacerse con un cuchillo de cocina de grandes dimensiones. El progenitor logró salir del inmueble pero fue alcanzado a pocos metros del mismo por el hijo, quien le asestó una puñalada mortal en el pecho, que le atravesó irremediablemente el corazón.

Al parecer, los hechos podrían relacionados con el consumo de sustancias estupefacientes.

Se da las circunstancias de que el fallecido, de etnia gitana, se vio implicado hace años en la muerte del propietario de la conocida venta Cuatro Mojones, en Puerto Serrano, que le supuso, según fuentes policiales, una condena de 15 años. Francisco Martínez salió de la cárcel hace unos cuatro años tras cumplir su pena impuesta y se instaló en el pueblo.

Pero su propio hijo terminó con su vida en las primeras horas de este nuevo año. Mientras el chico huía a casa de un familiar para buscar refugio, la esposa del fallecido, con ayuda de otros vecinos, lograba introducir al hombre, aún con un hilo de vida, en un vehículo marca Fiat, hasta el ambulatorio del pueblo. La primera asistencia sanitaria determinó su traslado inmediato hasta el centro hospitalario de Villamartín.

Para rizar aún más, si cabe, esta truculenta historia, hay que mencionar que el vehículo Fiat, propiedad de un vecino, que trasladaba al malherido chocó contra otro auto cuando alcanzaba una rotonda en dirección al centro de salud de Puerto Serrano. Afortunadamente no hubo que lamentar consecuencias mayores.

Francisco Martínez Pérez falleció durante el camino que une Puerto Serrano con Villamartín. En este último municipio serrano sólo pudieron certificar su muerte. Paradójicamente, sus allegados se encontraron allí con la familia del primer herido, ya hospitalizado, quienes conocían en el momento el dramático final de la historia. Pese a las circunstancias tan tensas, no hubo ningún tipo de altercados entre ambas partes. Sólo nervios y desesperación de un lado y de otro.

Hubo otro hecho llamativo. Y es que, ya dentro de las instalaciones, a la mujer del asesinado y madre del arrestado se le confiscó por parte de los agentes una navaja mientras los facultativos le anunciaban la fatal noticia.

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