Andalucía

El hombre cuyo coche fue arrastrado por la riada en Iznalloz sigue sin aparecer

  • La familia, que se unió a las tareas de rastreo, espera que el cuerpo aparezca "cuanto antes"

Agentes de la Guardia Civil, voluntarios y familiares de José Barrionuevo batieron sin éxito el cauce del río Cubillas en busca del cuerpo del vecino de Deifontes (Granada) de 57 años desaparecido en la noche del miércoles cuando conducía su coche en el puente sobre la rambla de San Juan, en el kilómetro 1,400 de la A-4000 de Iznalloz. El vehículo fue arrastrado por la corriente sin que, después de tres días de búsqueda, se hayan encontrado ni el coche ni a su ocupante.

Hoy continuarán las tareas pero el dispositivo de la Guardia Civil no contará ni con los agentes de la Sección de Rescate e Intervención en Montaña ni los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas. Únicamente inspeccionan la zona los guardias civiles de los puestos de la zona y probablemente continúen en el lugar tanto los vecinos que voluntariamente revisan los cauces como los familiares del desaparecido, que cuenta con siete hermanos. Todos se encuentran desde ayer en Deifontes, donde todavía vive la madre, y se mostraron profundamente afectados por todo lo ocurrido. Mientras algunos allegados intentaban dar con algún indicio cerca de donde desapareció el coche, otros presenciaban el despliegue de la Guardia Civil unos kilómetros abajo. Todos ellos permanecerán en el pueblo mientras se lo permitan sus obligaciones laborales, ya que todos residen en el País Vasco.

A pesar de que prefieren mantenerse al margen de la expectación generada por la búsqueda, sí declararon que esperan que el cuerpo aparezca "cuanto antes". Del carácter de José, el segundo de nueve hermanos, destacaron su carácter afable -"habla con todo el mundo"- y, sobre todo, el afecto por su tierra. Los hermanos mayores de esta extensa familia -José tiene cuatro hermanas, tres hermanos y 17 sobrinos- nacieron en Deifontes. El resto, en Bilbao, donde la familia emigró. Pasó buena parte de su vida fuera de Granada -trabajó en Lérida y Valencia- pero con la idea de volver. "Él siempre decía que quería morir en su pueblo. Siempre le ha tirado mucho esto". Un accidente de tráfico que le dejó secuelas en una pierna le obligó a tramitar la incapacidad permanente, momento en el que José y su pareja decidieron asentarse en Deifontes hace una década.

Ayer las tareas de búsqueda resultaron infructuosas. Los buzos de la Guardia Civil inspeccionaron las cuatro pozas que hay en el cauce del río Cubillas entre el punto el que que desapareció el coche y Deifontes, un tramo de unos seis kilómetros, una tarea especialmente penosa y lenta por la cantidad de restos que se acumulan en el lecho y por la turbidez del agua. De forma paralela, los agentes de montaña peinaron con sondas las zonas menos profundas del cauce mientras que el helicóptero de la Benemérita sobrevoló la zona una vez más.

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