Andalucía

Ocho de cada diez familiares que cuidan a dependientes sufren estrés

  • Un estudio de la Universidad de Granada constata los problemas psicológicos y emotivos que causa la atención continua a un familiar impedido · Las hijas son en su mayoría quienes se hacen cargo de la tarea

Ocho de cada diez personas que tienen a algún familiar a su cargo sufren ansiedad y estrés, independientemente de su situación social o demográfica. Por lo general, son las familias, y en concreto las hijas, quienes en gran parte de los casos asumen el cuidado informal de mayores dependientes.

Así lo desvela una investigación realizada por Ruth María Calero, del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada (UGR), dirigida por el profesor José María Roa.

El estudio viene a incidir sobre los problemas psicológicos y emotivos que causa a un cuidador la permanente atención a la persona que necesita de sus cuidados y que, en algunos casos, puede acarrear "comportamientos inadecuados" en la relación. Los malos tratos son una de las posibles consecuencias si la relación se resiente.

Pero el objetivo de este estudio se concentra en los efectos que causa al cuidador, "a nivel físico, psicológico y social". Esas reacciones están altamente relacionados con la historia de vida previa entre cuidador y atendido. También por el aislamiento social percibido por el cuidador -se encuentra que la única tarea en su vida es el cuidado de esa persona- y el sentimiento de soledad en la relación con la persona atendida.

La muestra consultada para la realización del estudio se cifró en 203 personas, todas ellas cuidadores informales. En Andalucía, desde la puesta en marcha de la Ley de Dependencia, 33.206 personas han sido dadas de altas a la Seguridad Social como cuidadores informales. Sólo 27 de ellos, según datos del Ministerio de Sanidad y Política Social, son voluntarios. El restante 99,9%, obligatorios. La mayoría de ellos recibe gracias a la ley una paga económica, de entre 300 y 600 euros.

Los resultados del estudio de la Universidad de Granada revelan que las variables cognitivas -pensamientos y valoraciones- utilizadas por el cuidador, tanto positivas como negativas, influyen de forma decisiva en la manera en que se relacionan cuidador y atendido. Estas variables son el apoyo familiar y el apoyo institucional, y modulan el impacto que puede tener la relación entre ambos, apunta.

Ciertas variables culturales, como los patrones de crianza y los estilos de educación recibidos, ejercen una "clara influencia" en la forma de ser y de actuar de los cuidadores informales, lo que repercutirá en la tarea de cuidar, añade el informe.

La autora del trabajo propone un control de todas estas variables como un primer paso para la intervención por parte de las administraciones con el que se mejore la calidad de vida de este colectivo.

Esta actuación "debe ser de carácter psicoeducativo y garantizar, de alguna forma, una mejor calidad de vida de las personas que cuidan del mayor dependiente". La Junta prepara con los sindicatos cursos para los cuidadores.

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