Andalucía

El juez esperará el atestado para reflotar la lancha de Álvarez Colunga

  • La investigación de las causas que provocaron la muerte del empresario en aguas onubenses continúa abierta

El Juzgado de Instrucción número 1 de Moguer, encargado de la investigación de la muerte del empresario sevillano Rafael Álvarez Colunga, presidente de honor de la Confederación de Empresarios de Andalucía, no tomará ninguna decisión acerca de reflotar la zodiac en la que viajaba y que explotó causándole la muerte, hasta que la Guardia Civil no entregue el atestado correspondiente. Fuentes cercanas al caso explicaron que la investigación que debe arrojar luz sobre los sucesos que rodearon a su fallecimiento el pasado sábado en la costa de Mazagón, continúa abierta, después de que prestara declaración el hijo de Álvarez Colunga y la última persona que lo vio con vida, que podría ser un operario del puerto.

Estas mismas fuentes indicaron que una vez que concluyan las investigaciones de la Policía Judicial se abrirán diligencias, ya que aún está incluso pendiente el informe de la autopsia por parte del Instituto de Medicina Legal, un trabajo que será complicado "por la situación en la que se encontró el cadáver". Por último, señalaron que "si los indicios ven necesario reflotar la embarcación, así se hará".

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno explicaron ayer que sería el juez encargado del caso el que decidiera sobre la posibilidad de sacar a flote este barco, después de que el cuerpo sin vida del empresario fuera localizado por Salvamento Marítimo en el agua después de que, sobre las 17:10 del sábado, se detectara en el horizonte una columna de humo que procedía de una embarcación, en aguas cercanas a Huelva capital, en la zona de la monoboya de descarga de petróleo del gaseoducto Poseidón.

Sobre las 22:00 se procedió al levantamiento del cadáver, que, según fuentes de Guardia Civil y de Salvamento Marítimo, era "prácticamente irreconocible porque estaba carbonizado".

Álvarez Colunga fue presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) desde mayo de 1996 hasta febrero de 2002 y también resultó elegido vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) en 1992, un cargo en el que se ha permanecido hasta febrero de este año. Su funeral, que se celebró anteayer en Huelva, congregó a toda la clase empresarial y política andaluza. Sus restos fueron incinerados y sus cenizas reposan en Olvera (Cádiz).

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