El PSOE mantiene su hegemonía, aunque le cuesta un diputado. El PP no puede evitar una depresión que le arrebata uno de los tres sillones que tiene en la sede del Hospital de las Cinco LLagas. Y los que han sido los dos pequeños hasta ahora se abren paso para superar lo que ellos mismos no habrían esperado: duplicar la representación que obtuvieron en 2015 en la próxima cita con las urnas.

Susana Díaz en un acto público que se celebro ala semana pasada en Bollullos.

Con esos resultados sobre la mesa, la maquinaria de cada partido apura los últimos cinco días que le restan para afianzar sus posiciones. El PSOE pasa por un desgaste que se hace invisible a simple viste gracias a la unidad de filas que se muestra en el partido que dirige en Huelva Ignacio Caraballo. Tiene experiencia suficiente como para saber engranar cada pieza para movilizar a su gente y no dejar escapar más de lo justo.

Pablo Casado con Fatima Báñez y los cabeza de lista por el PP.

Huelva es una provincia de izquierdas. Así lo ha demostrado en cada cita electoral y enfrente se lo han puesto más fácil que otras veces. El PP está inmerso en una crisis local que se ha acomodado en el partido. El problema es que lleva ya mucho tiempo asentada en las filas de los populares (desde que Pedro Rodríguez perdiera las municipales de 2015) y así es muy difícil levantar cabeza. Esa desgana ha distanciado mucho la dirección del partido con gran parte de sus filas y votantes históricos, algo que le pasará factura el próximo domingo. Le costará un acta, según el sondeo de Metroscopia para el Grupo Joly. En la campaña han puesto todas sus fuerzas en prometer una sanidad digna y el desbloqueo de los chares. Pero ni siquiera eso parece que pueda cambiar las tornas populares.

Las infraestructuras son eje de la campaña a las puertas de una convocatoria de movilización contra el aislamiento de la provincia

Y es que el factor sorpresa que se apunten los del puño y la rosa para recuperar su terreno estos días será crucial. Prueba de ello fue el anuncio que el sábado hacía la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, sobre el inicio de las actuaciones para mejorar las máquinas de los trenes que unen Huelva con la capital española.

Las infraestructuras se han convertido en una de las principales bazas para sumar puntos (votos en este caso), con una convocatoria de gran movilización ciudadana a la vuelta de la esquina contra el aislamiento de Huelva con el resto de provincias andaluzas y del país.

Los minoritarios dejan de serlo

En medio de esa disputa bilateral, emergen los que hasta ahora habían sido minoritarios en la provincia. Cs y Adelante Andalucía (antes Podemos). Cada uno de ellos cuenta con un único diputado por la provincia y todo apunta a que duplicarán esa presencia a partir del domingo.

En el partido naranja lo saben y han optado por una campaña más cercana, con líderes que se dejan ver por la calle, entre los puestos del mercado. En definitiva, un cara a cara con el que se quiere amarrar a los desencantados del PP y a un nada desdeñable colectivo de anteriores votantes socialistas.

Toni Cantó con los líderes onubenses a la puerta del mercado.

De los programas poco se habla porque entienden que las siglas son las que ya están calando entre los onubenses y para ello nada mejor que traer a Huelva a sus primeras filas y a esos rostros que llegan desde Madrid pero que entre los onubenses se conocen de sobra, al contrario que las caras de quienes encabezan la formación naranja por la provincia. Precisamente esa falta de liderazgo que arrastra Cs tras los problemas que tuvo la formación con Ruperto Gallardo y Enrique Figueroa en la capital es el principal agujero que le queda por cubrir a los pupilos de Albert Rivera durante esta semana.

Primer acto de campaña de Adelante Andalucía en Huelva

Adelante Andalucía gana con la coalición de IU y Podemos y recupera el acta que dejó atrás en 2015. Su estrategia pasa por no hacer ruido. Y les funciona. Con la educación como principal abanderada, junto a la necesidad de mayor inversión en sanidad, avanzan a su ritmo.

Los ingredientes están, pero hasta el domingo no se sabrá si las cantidades han sido exactas y si el tiempo de cocción se ha respetado. La noche electoral despejará las dudas.