Sucesos

La acusada de dejar morir a un niño alega que tuvo miedo por no tener papeles

  • El fiscal, que pide diez años de cárcel, ha escuchado también a la madre del niño fallecido, cuya versión es opuesta a la de la acusada.

La joven boliviana acusada de dejar morir al niño tetrapléjico al que cuidaba ha asegurado este lunes que no pensó que le pasaría algo por dejarlo dos días solo y ha alegado que tuvo miedo a pedir ayuda porque no tenía papeles para estar legalmente en España.

En el juicio que este lunes ha comenzado ante un jurado, la acusada I.C.C., entonces de 20 años, ha declarado que cuando el niño de 8 años se quedó dormido, ella se fue con unas amigas a una discoteca y dio las llaves de la casa a un joven ecuatoriano al que luego perdió de vista.

A continuación dejó pasar dos días sin pedir ayuda, primero porque se emborrachó y luego porque pensó que "todavía podía encontrar las llaves y regresar a la casa", según ha declarado.

La niñera se quedó sola con el niño mientras la familia para la que trabajaba viajó a una celebración familiar en Ceuta y lo dejó solo desde la medianoche del sábado 26 de agosto de 2006 hasta que a las 20 horas del lunes día 28 regresaron los padres y se encontraron al menor muerto por deshidratación.

Durante ese tiempo la acusada estuvo en una discoteca y durmió en casa de una amiga, en la mañana del domingo recorrió lugares de concentración de latinoamericanos en el barrio de la Macarena sin encontrar al joven, volvió a casa de su amiga, por la tarde fue a un polideportivo frecuentado por ecuatorianos y a las 22.30 horas regresó al piso de su amiga y se acostó.

En la mañana del lunes, según su declaración, se levantó y fue a dos panaderías de la Macarena porque el joven ecuatoriano trabajaba en una, pero no lo encontró y entonces almorzó en casa de un primo suyo y pasó la tarde "caminando por las calles".

El fiscal, que pide diez años de cárcel, fue desgranando en su interrogatorio todas las ocasiones en las que la joven pudo relatar lo ocurrido a alguien o pedir ayuda pero no lo hizo, lo que la acusada justificó porque "tenía miedo" al carecer de documentación para estar en España y porque sus amigos estaban borrachos.

Tampoco pidió ayuda a otras dos hermanas que tiene trabajando en el servicio doméstico en España porque unos días antes se había peleado con ellas, ni a la monja que le consiguió el trabajo, perteneciente a una congregación de ayuda a inmigrantes.

En la jornada de este lunes ha declarado también como testigo la madre del pequeño, S.H.T., quien ha manifestado que contrató a la boliviana, después de cuatro meses de espera, porque tenía experiencia en enfermos y había cuidado, hasta su muerte, a un matrimonio de ancianos impedidos de Sevilla, según le comunicó la monja.

La madre y la niñera dieron versiones contrapuestas, pues la madre aseguró que I.C.C. supo siempre que su trabajo era cuidar al pequeño y la primera entrevista tuvo lugar con él delante, pero la niñera declaró que la contrataron para la limpieza y que la familia "sabía que a mí me daban miedo los ataques del niño".

El juicio no va a contar con tres testigos fundamentales, pues el joven que se quedó con las llaves ha fallecido en un accidente de moto y las amigas bolivianas de la acusada no han sido localizadas.

Durante su viaje a Ceuta, los padres llamaron varias veces a la niñera y en la última llamada le preguntaron por qué lloraba, a lo que la joven respondió que su madre se había muerto en Bolivia y que en breve iba a tener que viajar a su país. 

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