Sergio Romero lleva poco más de un año como portavoz de Ciudadanos en el Parlamento andaluz. Heredó el puesto de Juan Marín cuando el líder naranja entró en el Gobierno. “El balance no puede ser más positivo”, apunta el político gaditano, que destaca en cada sesión de control por su dureza contra la herencia del PSOE.

–Sus interpelaciones a Juanma Moreno son mucho más duras que las que hacía Juan Marín a Susana Díaz la pasada legislatura.

–Cada uno tiene su estilo. Hay que dejar las cosas claras cuando se pregunta al presidente, no sólo en cuestiones del pasado.

–Ha recibido críticas por mirar demasiado a ese pasado socialista.

–Han sido 37 años. Fue una etapa de glaciación y, ahora, en este proceso de deshielo, hay que hacer alusión a esos años ininterrumpidos de corrupción, mala gestión, incompetencia e intereses de partido. Hay que ponerlo sobre la mesa para compararlo con lo que se está haciendo.

–No hace tanto que gobernaban con el PSOE y entonces ya llevaba varias décadas en el poder.

–No gobernamos con el PSOE, le dimos la confianza a Susana Díaz para que demostrase que iba a cambiar las cosas y no lo hizo. Por eso rompimos. Se han llevado 37 años pensando que Andalucía era su cortijo, pero siempre miramos al futuro. Hemos aprendido de lo que el PSOE ha hecho tan mal.

–¿Pecó Ciudadanos de optimista en 2015 al pactar con el PSOE?

–Cambiar Andalucía desde la oposición es complicado. Intentamos ser útiles. Pero a pocos engaña ya el PSOE. Andalucía crece y se está regenerando de verdad con los presupuestos más sociales.

–Los economistas aseguran que las cuentas son continuistas.

–Las medidas estructurales que ha ido implantando el PSOE se tienen que ir deshaciendo paulatinamente. Tenemos un lastre, una herencia del PSOE.

–¿Les preocupa que no se note el cambio entre los ciudadanos?

–Cuando viajo por Andalucía veo el reconocimiento de lo que estamos haciendo, como apoyar a los autónomos o reducir las listas de espera en sanidad o dependencia.

–Haga autocrítica, ¿qué es lo que no han sido capaces de hacer los consejeros de Ciudadanos en este primer año de Gobierno?

–Hay que darles tiempo, simplemente. Se han encontrado un auténtico caos administrativo, de gestión y de corrupción. Trabajan 24 horas durante los 365 días.

–En tres de sus consejerías han cambiado los viceconsejeros y la mayoría de ceses o renuncias del Gobierno afectan a Ciudadanos.

–Siempre hemos dicho que la sociedad civil tiene que participar en la política. Deben tener facilidad para entrar en política y hacer un trabajo distinto, pero también para salir de una forma sencilla. Que los altos cargos se vayan sustituyendo porque tiene sus propios intereses es lo de menos.

–¿No genera inestabilidad?

–Las políticas son más importantes que los políticos. No se trata de los nombres. Se trata de que la formación profesional para el empleo sea una realidad o que los colegios se arreglen de verdad, que se estaban cayendo a pedazos. Yno porque lo diga yo, sino porque lo digan los técnicos de Educación.

Sergio Romero, en un momento de la entrevista.

Los roces entre Ciudadanos y Vox

–Rocío Ruiz y Javier Imbroda, dos de sus consejeros, llevan ya varias fricciones con sus socios parlamentarios de Vox. La última la del llamado pin parental.

–El pin parental no se va a aplicar. Nadie va a impedir que sigamos reforzando en los centros educativos los valores de igualdad, libertad, respeto y tolerancia. Vox tiene que explicar por qué se niega a que nuestros hijos reciban unos valores fundamentales que están en la Constitución. No vamos a retroceder en derechos. Es obligatorio que los niños reciban una formación en valores inexcusables para una sociedad moderna.

–Al principio de la legislatura evitaban llegar a acuerdos con Vox. ¿Ya no existe este problema?

–Ellos aprobaron nuestros Presupuestos en un ejercicio de responsabilidad, pero son los de un Gobierno de Cs y PP.

–¿Se siente más cómodo pactando con el PSOE o con Vox?

–Cs está cómodo cumpliendo con los andaluces y sus votantes. Nunca hemos evitado el diálogo con nadie. Somos un partido de centro y podemos negociar con cualquier partido dentro de un marco de respeto a los valores fundamentales. Los extremos se tocan, pero no recogen lo que la mayoría de la ciudadanía siente. Cs es el partido que más se parece a los andaluces.

–Eso dice también el PSOE.

–Pues ahora están en la oposición.

–¿Sus postulados centristas están mas cerca del PSOEo de Vox?

–Los postulados de Ciudadanos son independientes de la extrema derecha, la izquierda o la derecha. Reforzar la igualdad, la libertad o la tolerancia no es de izquierdas o de derechas.

–¿A qué achaca el batacazo de Ciudadanos en el 10-N?

–Dijimos que con Pedro Sánchez era difícil llegar a un acuerdo. Sabíamos cuáles eran sus intenciones y, quizás, no lo comunicamos bien. El PSOE hace lo que no sotros veníamos diciendo y nosotros vamos a trabajar desde la oposición, a nivel nacional, para defender la unidad de España y el constitucionalismo y desenmascarar a un traidor, que es Pedro Sánchez.

–¿Y eso tiene que ver con el fracaso de Cs en las generales?

–Asumimos la derrota con deportividad. Todo el mundo tiene derecho a caer. Tenemos que aprender de los errores. En el ámbito comunicativo tenemos que tener más cercanía con la ciudadanía. No hemos conseguido llegar a los españoles de una forma efectiva.

–Juan Marín ha dicho recientemente que el veto a Sánchez fue un error. Suena incompatible con su discurso.

–El tiempo ha demostrado que Sánchez está plegado a los independentistas y al populismo.

–Discrepa entonces con Marín.

–Mantenemos una comunicación prácticamente diaria, como no puede ser de otra manera. Me refiero sólo a determinados detalles del pasado en cuanto a Sánchez.

–¿Apoya a Inés Arrimadas como sucesora de Albert Rivera?

–Absolutamente. Es la persona ideal para relanzar el proyecto.

–¿Prefiere un Ciudadanos más centralizado o dar más poder a los territorios?

–Eso lo decidirán los afiliados. Entre todos debemos decidir qué partido queremos. Cs está en gobiernos muy importantes, como el andaluz. Determinadas cuestiones tienen que revisarse, para que haya más coordinación y agilidad para que haya comunicación interna para que se puedan llevar a la práctica la política de forma más efectiva. La dirección nacional tiene que tener un peso importante, independientemente de que los que estamos en las comunidades seamos escuchados.