Cinco Llagas

Producciones cinematográficas

  • Empate en el clásico Moreno-Díaz. Los pesos pesados de la liga regional se acusaron mutuamente de incoherencia, cinismo e indignidad, con buenos argumentos en ambos casos

Inmaculada Nieto, en su interpelación a Juanma Moreno, en el Pleno del Parlamento.

Inmaculada Nieto, en su interpelación a Juanma Moreno, en el Pleno del Parlamento.

Susana Díaz y Juanma Moreno hicieron ayer en el Parlamento andaluz un clásico. Los pesos pesados de la liga regional empataron en una confrontación en la que se acusaron mutuamente de incoherencia, cinismo e indignidad, con buenos argumentos en ambos casos. En la sesión de control al presidente, la coalición gobernante puso en acción a su departamento de producciones cinematográficas. La película de la jornada tuvo un argumento de enjundia; las medidas de control que la ministra Montero quiere imponer al Ejecutivo autonómico por los incumplimientos presupuestarios de la consejera Montero y el último Gobierno socialista andaluz en 2018. Cine de intriga.

Como actor principal repitió el portavoz de Ciudadanos, que hace tiempo desplazó a Vox de la posición antisocialista más extrema. A su lado, el portavoz de Vox Alejandro Hernández, con sus ideas de hierro y su verbo de seda, podría hasta pasar por centrista. José Antonio Nieto (PP) en el inicio de su intervención sobre la cumbre del clima parecía que iba a obviar la deriva peliculera. Pero no pudo contenerse y derrapó en la misma curva que Romero.

La intervención más ortodoxa fue de la diputada de Adelante Andalucía Inmaculada Nieto. Lejos del estilo populista que se gastan Rodríguez y Aguilera, puso en apuros al presidente. Le preguntó por sus políticas para paliar la pobreza energética que padece un 13% de la población. Subrayó que el precio de la luz ha subido un 70% en una década.

El presidente se defendió argumentando que la pobreza energética ya creció un 76% desde 2008. Y agregó que la solución no está en manos de una única institución. Entre sus medidas citó la renta mínima de inserción, el apoyo a los ayuntamientos y la sensibilización de las compañías eléctricas. A Nieto le molestó la cita a la renta mínima “porque se ha reducido en un 30% en 2019 y para 2020”, y su montante total daría para 50 céntimos al día por persona afectada.

Le reprochó al presidente que esta causa no esté entre sus prioridades. Añadió que el encarecimiento de la electricidad es consecuencia de decisiones políticas concretas que incluyen a compañías en cuyos consejos acaban políticos del PP. Finalmente le echó en cara que hubiese asistido a la inauguración de la iluminación navideña de Málaga, que calificó de opulencia en contraste con la pobreza. Aquí Moreno le respondió que el Ayuntamiento de Cádiz, de Podemos, se ha gastado 850.000 euros en dos años en iluminación navideña. (Un poco más tarde, cuando debatía con Susana Díaz, Juanma Moreno fue víctima de un apagón en la capilla de las Cinco Llagas, que alborotó a toda la Cámara. Seguro que el asunto daba para un cuento de Navidad).

Hernández primero lamentó muy afligido que por error en la sesión del miércoles los diputados de Vox votaran junto a Adelante Andalucía una propuesta sobre sanidad. A eso añadió su enfado porque en las tertulias políticas de Canal Sur se califique a Vox como extrema derecha, pero nunca se diga que Podemos sea de extrema izquierda, “ni se aluda a los traidores a España ni a los filoterroristas”. Y propuso la eliminación del Consejo Audiovisual o darle más competencias como alfabetización digital o control de contenidos de internet. Moreno anunció una nueva ley audiovisual, que aumentará las competencias de este órgano estatutario, defendió la independencia de los medios públicos de comunicación y su dotación presupuestaria. Y presumió de que Canal Sur Radio haya aumentado en el último EGM 72.000 oyentes.

La coalición gobernante copió ayer la moda del lazo de los soberanistas catalanes, un lazo verde, blanco y verde, que exhibieron sus 47 diputados. Romero calentó la sala con la reclamación de Hacienda por los incumplimientos del ejecutivo de Susana Díaz. Lo calificó de atropello, injusticia, contorsionismo, pisoteo, humillación, desprecio, ataque. Un castigo del “dúo letal del señor Sánchez y la señora Montero”. Dijo que su hijo de seis años gestionaría las cuentas mejor que la ministra de Hacienda. Y, de nuevo imitando al independentismo catalán, habló en nombre de todos los andaluces sin excepción.

No hubo pregunta, pero en la respuesta Moreno se quejó de que no hay contacto, ni comunicación con el Gobierno central: “se nos da la espalda”. Otra coincidencia con el caso catalán, aquí parece que tampoco nadie llama a nadie. Insinuó el presidente que en 2019 puede haber también déficit porque el Gobierno central no ha ingresado a Andalucía los 1.350 millones del IVA y los adelantos a cuenta. Y que de los 4.000 millones de déficit financiero que reclamaba el PSOE y corroboró todo el Parlamento andaluz [menos Ciudadanos] nunca más se supo.

El portavoz popular José Antonio Nieto empezó hablando de la cumbre del clima, para pasar a la banda sonora original de la película del día, la canción de Montero. Y explicó el por qué del lazo. Díaz ya ejercía un acusado pujolismo en sus últimos tiempos y se envolvía en la bandera en cuanto la criticaban. Ahora Moreno coge la misma senda e imita hasta las frases. “Lo que es bueno para Andalucía es bueno para España”, dijo ayer Juanma, frase cuyo copyright reclamó Susana inmediatamente. Con razón. Ella exageraba siempre la población de Andalucía, redondeando en nueve millones los habitantes, y él ayer llegó a decir que representaba casi la cuarta parte de la población nacional, cuando no llega ni a la quinta parte. En respuesta a Nieto, Moreno enumeró los cinco puntos de su revolución verde: reforestación, gestión de residuos, calidad del aire y del agua, y energía renovable. Ni una palabra sobre restringir regadíos intensivos en el entorno de Doñana y ni una duda sobre el blanqueo a 327.000 viviendas ilegales.

Susana Díaz perdió ayer una gran oportunidad para pedir al Gobierno de la nación que hable con el andaluz y resuelva por las buenas el despropósito del déficit excesivo generado por la anterior administración. En vez de eso, prefirió un cuerpo a cuerpo con Moreno del que ninguno salió bien parado. Díaz primero calificó de indigno que el actual gobierno mienta al decir que Andalucía está intervenida. Una exageración que considera que hace un daño irreparable a la imagen de Andalucía.

Moreno la acusó de cínica. Y estaba contestándole sobre los recortes en sanidad, acusándola de haberlos hecho durante su mandato, cuando se fue la luz. Ella insistió por dos veces en que estaba de presidente con los votos de un partido que no creía en Andalucía y él le reprochó que no fuese capaz de levantarle la mano a Sánchez. Un acto fallido, quiso decir la voz. Aunque mucho más le levantó en 2016 cuando lo echó de la Secretaría del PSOE. No quedaron muy buenos amigos. Un clásico.

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