Andalucía

Palomares: Contra el olvido de más de medio siglo

  • Una queja sobre la existencia de suelos contaminados no protegidos resucita el asunto, todavía sin resolver cuando está a punto de cumplir 57 años

Terrenos vallados en la localidad de Palomares.

Terrenos vallados en la localidad de Palomares. / Carlos Barba / EFE (Palomares)

España tiene abiertos tres frentes en la escena internacional. Todos tienen en común dos cosas, que eternizan su solución durante décadas y que afectan directamente a Andalucía. Los problemas fronterizos con Marruecos tienen su reflejo en las costas; la existencia de una colonia británica complicada con el Brexit mantiene en vilo al Campo de Gibraltar en unas negociaciones enquistadas y el choque de dos aviones de Estados Unidos en los cielos de Palomares, dejó miles de metros cúbicos de tierra contaminada que hasta hoy nadie se ha preocupado por llevarse. Se cumplen estos días 57 años de éste último y acaba de admitirse a trámite una queja ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo para que se descontaminen 428 metros cuadrados de suelo contaminado fuera del vallado que existe desde entonces.

Fue el 17 de enero de 1966, cuando un bombardero B-52 y un avión cisterna chocaban en una operación de abastecimiento en vuelo. El primero llevaba cuatro bombas termonucleares; tres caen en tierra provocando una contaminación que todavía existe; la otra en el mar y no fue recuperada hasta casi cuatro meses después. A la zona se desplazan cientos de militares de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y 33 navíos. Hasta abril de ese mismo año se retiraron 4.810 bidones con 1.400 toneladas de material contaminado. Hoy todavía hay 40 hectáreas y 50.000 metros cúbicos de tierra emitiendo radiactividad en la pedanía de Cuevas del Almanzora. 

Su exalcalde, Jesús Caicedo ha sido uno de los más insistentes a la hora de reclamar una solución definitiva para una localidad cuyo nombre aparece siempre asociado a la Guerra Fría y al temor por un accidente nuclear. Suyos fueron los intentos por solucionar un problema enquistado y que tuvieron en la reunión entre Trinidad Jiménez, entonces ministra de Exteriores y la secretaria de Estado Hillary Clinton y con posterioridad el acuerdo para la limpieza definitiva de Palomares rubricado por el secretario de Estado, John Kerry y el sustituto en el Ministerio, José Manuel García-Margallo. El cambio de la administración de Obama por Donald Trump, enterró el asunto hasta hoy.

José Ignacio Domínguez es el abogado que ha conseguido reactivar un asunto que amenazaba con dormir el sueño de los justos y que, tampoco tiene muchas esperanzas más allá de que "se hable del tema" en la actuación de las instituciones comunitarias. Su denuncia, que fue admitida esta semana a trámite por la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, se centra en el hecho de que "hay suelos radiactivos que se encuentran fuera del vallado, tanto en Cuevas del Almanzora como en Vera". Preocupa especialmente la situación "en los números impares de la calle Diseminado" en el primero de ellos, donde los vecinos se enfrentan a concentraciones de radiactividad que equivalen a "miles de radiografías".

En el fondo subyace la misma idea que sobrevuela el asunto de Palomares desde que se produjo el incidente y es que "nadie quiere hacerse cargo de la limpieza de los terrenos. Nosotros nos dirigimos al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que nos dijo que no era competente; pasaron la pelota al Ministerio de Transición Ecológica que lo remitió al Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), que volvió a remitirnos al CSN. Al final, en el Real Decreto sobre la guerra en Ucrania, se incluyó una Disposición Adicional en la que se regresaron las competencias al Ministerio, así que vuelve a empezar".

José Manuel García-Margallo junto a Hillary Clinton en su compromiso de limpieza de los terrenos. José Manuel García-Margallo junto a Hillary Clinton en su compromiso de limpieza de los terrenos.

José Manuel García-Margallo junto a Hillary Clinton en su compromiso de limpieza de los terrenos.

El letrado insistió en la máxima del exregidor cuevano, Caicedo, que hizo conocida su postura de "no hacen falta más informes cuando se sabe lo que hay que hacer, retirar la tierra contaminada y punto". Hace unos años se valoró en 31 millones el coste de esa retirada de suelos radiactivos. "Ahora nos dicen que llega a más de 400, porque argumentan que hay que construir una carretera para transportarlos hasta Cartagena, cuando tenemos una autopista como la A-7 donde no circula nadie y menos todavía en horario nocturno y los puertos de Garrucha o Carboneras, con más calado incluso que el de Cartagena, para poder embarcarlos de manera más sencilla, pero lo que significa todo esto es que sencillamente no quieren ocuparse del tema".

Desde que Fraga hiciera conocida la playa de Quitapellejos (en efecto, se bañó en ella) y mojara su meyba en unas aguas que por muy mediterráneas no invitaban al baño a comienzos de abril de hace 57 años, ningún ministro de ningún partido ha visitado la pedanía para interesarse por el tema y ese es el lamento quien fuera su alcalde durante tres legislaturas. Costó mucho llegar a un compromiso y fue a base de insistir mucho, en todos los ámbitos donde pude, desde el Senado, hasta el Parlamento andaluz, en la embajada de Estados Unidos o en el Ministerio. Se consiguieron que misiones europeas y americanas visitaran la zona, pero el problema estaba claro, había que llevarse la tierra contaminada".

El 8 de abril de 1966, Manuel Fraga y el embajador de Estados Unidos, Angier Biddle, se bañan en playa de Quitapellejos. El 8 de abril de 1966, Manuel Fraga y el embajador de Estados Unidos, Angier Biddle, se bañan en playa de Quitapellejos.

El 8 de abril de 1966, Manuel Fraga y el embajador de Estados Unidos, Angier Biddle, se bañan en playa de Quitapellejos.

"El medio para acabar con el problema es llevar a cabo la limpieza de la zona afectada, llevándoselas tierras contaminadas. Hay que exigirle al Gobierno de Estados Unidos, que fue quien causó el daño, que ahora lo repare". No son declaraciones de ayer. Constan en el Diario de Sesiones del Senado y fueron pronunciadas el 22 de febrero de 2011. "Si hubiera ganado Hillary Clinton, creo que sí hubiéramos conseguido que cumpliera su compromiso", confiesa ahora.

Hace unos años, Caicedo fue a ver a quien entonces era el embajador de Estados Unidos en España, James Costos. A éste le extrañó, no sólo la puntualidad, sino el adelanto con el que acudía a su encuentro: "llega usted con dos horas de adelanto", le dijo el diplomático. El entonces alcalde le contestó: "no, venimos con cincuenta años de retraso".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios