Sevilla

Maloma: Noticia de un secuestro

  • La joven española de origen saharaui lleva sin dar señales de vida desde el día de Navidad. Fue raptada por su familia biológica el 12 de diciembre.

Maloma Morales se nacionalizó española porque quiere ser policía. Hoy, cuando se cumplen casi dos meses de su secuestro en el Sahara, es precisamente la nacionalidad española la carta que más esperanzas da a su familia adoptiva para poder tenerla de regreso pronto en su casa de Mairena del Aljarafe. El caso Maloma se está moviendo a altos niveles diplomáticos. Su familia sevillana sigue insistiendo en que necesita una fe de vida. La última vez que hablaron con ella fue el 25 de diciembre. Desde entonces, ni siquiera tienen una idea cierta de en qué parte de los territorios liberados pueda hallarse.

José Morales y María del Carmen de Matos son los padres adoptivos de Maloma, que tomó sus apellidos cuando se nacionalizó española. La joven tiene ahora 22 años y llevaba en España permanentemente desde los 12. Antes, venía con regularidad a pasar los veranos desde los 7 años. Cuando cumplió 12, fue su misma familia biológica la que quiso que pasara su vida en España con sus padres adoptivos. Así lo hizo. Durante ese tiempo hablaba una o dos veces por semana con su familia biológica. El 5 de diciembre de 2015 fue a verlos, diez años después de que los viera por última vez.

Fue con su padre adoptivo en un viaje organizado por la asociación de amistad con el pueblo saharaui. El día 12, el último de su estancia en Tinduf, estaban en casa de una tía de la chica cuando José escuchó el motor de un coche en la puerta. "Había visto el coche aparcado allí desde por la mañana. De buenas a primeras oí que arrancaba y a ella llamándome. Un hermano suyo y dos primos la habían agarrado. Ella se liberó y pudo gritar, pero se la llevaron", cuenta José Morales, que tuvo que volverse al día siguiente con la expedición organizada y sin su hija.

La historia de Maloma es muy similar a la de decenas de jóvenes saharauis que hacían su vida en España y, cuando fueron al Sahara a ver a sus hermanos, fueron retenidas por sus familias biológicas. Se calcula que hay más de un centenar de casos similares. Es frecuente que los saharauis permitan que sus hijos crezcan en España, pero luego, especialmente en el caso de las mujeres, las quieren de vuelta. La explicación es sencilla: reciben ayudas durante el tiempo que los chicos pasan en España, pero necesitan mujeres porque la tasa de natalidad del pueblo saharaui es cada vez más baja.

En todos los casos, los captores suelen dar los mismos argumentos: las chicas están perdiendo el idioma y su cultura tras muchos años en España. Una explicación que para los padres de Maloma no tiene sentido, porque estaba en permanente contacto telefónico con ellos y habla perfectamente el hasaní, lengua de los saharauis. "Es más, dieron el mismo argumento en el caso de una chica de Valencia que es licenciada filología árabe. Imagínese si hablará bien el hasaní o no".

La diferencia con las otras secuestradas es que Maloma es española de pleno derecho. Obtuvo la nacionalidad porque era un requisito básico para su aspiración de entrar en el Cuerpo Nacional de Policía. En mayo de 2014, con 20 años, fue adoptada oficialmente por su familia sevillana. Ese mismo mes se hizo pareja de hecho de su novio, Ismael Arregui, con el que lleva cuatro años. En abril de 2015 un juez le concedió la nacionalidad española. Todos estos trámites tuvo que hacerlos siendo ya mayor de edad, para no encontrarse con la oposición de su familia biológica.

La joven estudia Bachillerato en el IES Bécquer, en Triana, y en Sevilla se pasaba los días con sus amigas y en el gimnasio. Sus padres regentan un bar, en el que ella también trabaja. El novio también se dedica a la hostelería. En uno de sus negocios, el bar Origen, junto a la estación de Metro Cavaleri, en Mairena del Aljarafe, se desarrolla esta entrevista.

Ni Maloma ni sus padres pensaron que podía ser secuestrada en el viaje que hicieron en diciembre. De hecho, toda la semana fue bien. "Ahora pienso que estuvimos muy vigilados, siempre con gente encima. Pero de esto me he dado cuenta después", cuenta José. El 12 de diciembre Maloma fue secuestrada, y entre ese día y el 25 de diciembre pudo llamar cuatro veces por teléfono a su familia española.

El día 13, un día después, habló con su madre. "Me dijo 'mi hermano me ha secuestrado' y me pidió que la sacáramos de allí, que ella se moría allí. No sale de casa, nadie la ve, dice que quiere dormir todo el día para que los días se hagan más cortos". El día 15 volvió a llamar por teléfono y felicitó el cumpleaños a Ismael, su novio, porque temía que la verdadera fecha de nacimiento de éste, el día 17, no tuviera oportunidad de telefonear. La tercera llamada la hizo el día 19 de diciembre. Ese mismo día la familia presentó una denuncia ante la Guardía Civil. Dos jornadas después lo haría ante la Subdelegación del Gobierno en Sevilla. La denuncia se ampliaría el 20 de enero.

La última comunicación con Maloma se produjo el 25 de diciembre. "Llamó sobre las ocho de la tarde y porque llevaba todo el día pidiéndolo. A ella le gusta mucho el día de Navidad y le insistió al hermano una y otra vez para poder hablar con nosotros". Desde entonces nada. "Han cambiado hasta de teléfono. Nos han dicho que la han visto en Tinduf en un supermercado, pero ahora puede estar en cualquier punto de un área de mil kilómetros que son los territorios liberados, que controla el Frente Polisario. Toda esta zona está llena de minas y es verdaderamente peligrosa".

Por un chico saharaui que vive con otra familia en Sevilla, los padres y el novio de Maloma oyeron una frase de uno de los hermanos de ésta: "La prefiero muerta que en España". Esta frase es la que tiene aterrorizada a la familia de Maloma, que cree que puedan intentar atentar contra ella al no considerarla una buena musulmana. "Nos llama la atención, porque ellos nunca la reclamaron. Si lo hubieran hecho, cuando era menor de edad, tendría que haber vuelto al Sahara".

La familia también ha presentado una denuncia en la Embajada de Argelia en España, puesto que el secuestro se produjo en Tinduf, territorio argelino. "Nos consta que está habiendo contactos y reuniones de alto nivel diplomático, tanto con Argelia como con el Polisario, y estamos permanentemente informados por el Ministerio de Asuntos Exteriores. También nos ha pillado el cambio de Gobierno, pero está claro que alguien debe intervenir ya, porque son casi dos meses sin Maloma".

Mientras tanto, la familia española ha iniciado una campaña a través de las redes sociales con la etiqueta #FreeMaloma, en la que se anima a los usuarios que se hagan fotos con un cartel y esta leyenda. El Betis saltó al campo en el partido contra el Getafe con una camiseta de apoyo a la causa. También hubo una protesta en el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla y se ha iniciado una campaña de recogida de firmas a través de change.org que ya cuenta con más de 70.000 apoyos. "La Junta de Andalucía tiene armas para presionar al Polisario y sabemos que se está moviendo también", dicen los padres, que esperan una cita con el presidente del Parlamento Andaluz y con el de la Diputación de Sevilla.

Estos días se está celebrando un curso de Derechos Humanos, organizado por la Universidad de Sevilla y la Pablo de Olavide y financiado por la Junta, en el que se toma como modelo el Sahara Occidental. Ha venido Aminatu Haidar, la activista que pasó 32 días en huelga de hambre. A ella también se le ha trasladado el caso de Maloma. "Pero se ha lavado las manos. Dice que eso es un asunto familiar. Qué curioso, sólo pelea contra la violación de los derechos humanos cuando la cometen los marroquíes. Cuando la hacen los suyos, se trata de un asunto familiar".

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