Adelanto, no, pero ¿retraso? La incógnita no se despejará hasta que pasen las elecciones generales de noviembre, pero el presidente de la Junta ya ha expresado que no tiene ninguna prisa en convocar las elecciones andaluzas, que por primera vez desde 1994 no irán unidas a las nacionales. Aunque no se reconozca en público como uno de los motivos, entre los dirigentes socialistas circula la idea de que cuanto más se ensanche el calendario entre ambos comicios, mayores posibilidades de victoria. En ese tiempo, y ante una hipotética victoria del PP nacional, Mariano Rajoy tendría que tomar medidas que serían aprovechadas en el argumentario del PSOE andaluz. Algo así dejó entrever ayer en su twitter Manuel Recio, consejero de Empleo. "¿Crees que algún político puede guardar medidas cuatro meses en el cajón? Je, je. Los mercados, ¿recuerdas?"

La decisión de mantener la fecha para las elecciones autonómicas cuando se cumplan los cuatro años de legislatura también tiene sus matices. Si el propio Griñán se atrevió hace meses a dar la fecha del primer domingo de marzo, ahora juega con el periodo legal ampliable hasta mayo para desesperación de los populares.

En una entrevista con Europa Press, Griñán aseguró que "nunca" se ha planteado adelantar las elecciones andaluzas y se mostró convencido de que el hecho de que vayan a ser separadas de las generales le ha pillado al PP con el "pie cambiado" porque "contaba" con que fueran conjuntas.

El presidente andaluz aseguró además que en absoluto ha recibido "presiones" del PSOE a nivel federal para celebrar conjuntamente ambos comicios. Según el presidente de la Junta, las razones que se han ofrecido para anticipar las elecciones generales "no coinciden con las necesidades de Andalucía", que necesita todavía cumplir la legislatura.

"Tenemos estabilidad parlamentaria y un programa que cumplir, al tiempo que hay seis leyes en el Parlamento", según Griñán, que apuntó que estamos en un momento "de plena intensidad parlamentaria que nos va a conducir a que tenemos que llegar necesariamente al año que viene".

Griñán recordó que a primeros de mayo vence la legislatura y que el último domingo para hacer las elecciones sería el último de abril. "Necesitamos todo el Parlamento abierto a lo largo de todo el otoño y a partir de ahí tomaremos la decisión más conveniente, en el mes de enero, sobre cuándo deben ser las elecciones", afirmó el presidente.

La portavoz del PP-A en el Parlamento andaluz, Esperanza Oña, avanzó ayer que su formación no descarta emprender acciones legales si el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, decide convocar las elecciones autonómicas en el mes de mayo, lo que, según indicó, iría en contra de la Constitución Española "al superarse en dos meses los cuatro años de legislatura".

El artículo 68.6. de la Constitución, y el Estatuto andaluz, establece que las elecciones tendrán lugar entre los 30 días y 60 desde la terminación del mandato. Mayo no, pero finales de abril sí es posible.

"Esto no es Venezuela, aunque se hace lo mismo que su presidente, Hugo Chávez: como me interesa quedarme, pues cambio la Constitución", aseveró Oña en rueda de prensa, para considerar que la posibilidad apuntada por Griñán supone una "actitud ridícula y una pataleta de última hora".

Oña no quiso sin embargo pronunciarse sobre el decreto aprobado el martes por el Consejo de Gobierno para preservar los lugares de represión franquista.

A la réplica no tardó en saltar el portavoz del PSOE-A en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, quien criticó que el PP-A se sitúe "al margen de la legalidad y al margen del Estatuto de Autonomía, al cuestionar las competencias que tiene atribuidas exclusivamente el presidente de la Junta de Andalucía para fijar la fecha de las elecciones". En un comunicado, Jiménez expresó que los dirigentes del PP se comportan como "fieras rabiosas".