Desde el martes pasado, dirigentes del PP andaluz vienen mostrando en las redes sus desayunos: jamón ibérico, algunos con mejor cara que otros, y aceite de oliva. Acompañan de este modo a la declaración que había hecho el consejero de Presidencia del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, quien señaló al ministro de Consumo, Alberto Garzón, del siguiente modo: "Ahora vienen estos señores comunistas a decirnos que el jamón es perjudicial para la salud". Garzón le ha respondido, acusándolo de promover una "campaña difamatoria y grotesca" y de "negacionismo político".

Tal como informó este periódico ese día, la polémica se debía a un etiquetado nutricional de ámbito europeo, y que ya se está aplicando en Francia y Alemania. El sistema Nutriscore se basa en una calificación del verde al rojo, de la A a la E, en el que el verde y la A son alimentos que se pueden consumir de modo masivo, y a partir de ahí baja hasta la E. El aceite de oliva, como grasa que es, se sitúa en la C, y el jamón ibérico, en la D, de consumo moderado. El reduccionismo de este algoritmo lleva a no distinguir entre embutidos de buena o mala calidad.  

Alberto Garzón ha publicado en las redes una extensa explicación en la que explica cómo es este sistema, subraya que se está implantando en Europa y que él, como ministro y dirigente de IU, nunca ha dicho que el jamón de ibérico y el aceite de oliva sean malos para la salud. Ha lamentado que Bendodo "en su habitual estilo haya sacado esto de su imaginación, porque nadie del Gobierno ha dicho nunca tal cosa". 

Para el ministro Garzón, "no está claro" a lo que "juega" el PP con esta posición y ha recordado que su "oposición frontal hacia la evidencia científica" y hacia lo que ya hacen países como Francia y Alemania "tampoco es extraña". "Es negacionismo científico, otra vez", ha añadido el ministro ,acompañando ese comentario de una viñeta en la que el expresidente Mariano Rajoy saluda al expresidente de EEUU Donald Trump dándole la razón por el "cuento chino" del cambio climático.

"La evidencia científica es abrumadora a favor del sistema", ha asegurado Garzón, quien ha indicado que "el sistema puede ser mejorado", por ejemplo con la exclusión de los monoingredientes como el aceite de oliva, que además puede tener propiedades "no reconocidas" por el sistema, algo que anunciaron "una semana antes de la campaña" de Bendodo.

No obstante, el ministro de Consumo defiende que este etiquetado sirve para reducir los problemas de sobrealimentación en la población infantil europea. Y pone como ejemplo que el aceite de oliva, aunque goce de excelentes propiedades, no se consume del mismo modo que un refresco. Otras organizaciones de consumidores, sin embargo, han sido muy críticos con el modelo de Nutriscore. En España, los alimentos ya llevan una etiqueta de información nutricional, pero al ministro le parece muy compleja.

En cualquier caso, este sistema, según recuerda el ministro, "que como se ve no es cosa sólo de comunistas", no valora si un producto es bueno o malo, "ni nadie dicta qué tenemos que comer", pero resume "de manera gráfica" si un producto contiene en exceso nutrientes cuyo consumo prolongado puede ser perjudicial, ha dicho. El ministro ha recordado que seis de cada diez niños de entre 6 y 9 años tienen algún tipo de exceso de peso.

La comparación que hace el consumidor debe realizarse entre productos de la misma familia porque "no se compara una botella de refresco con una de aceite porque su consumo es distinto". Garzón ha agregado que con este sistema cada uno será libre de comprar el producto que quiera, pero ahora verá un aviso que describe que su consumo excesivo es perjudicial, lo que cree que atraerá a las empresas a tener mejor calidad nutricional.