El que hasta el momento ha sido el mayor incendio de este verano quedó anoche estabilizado, pero no controlado, tras arrasar unas 4.000 hectáreas en Sierra Cabrera (Almería). Al cierre de esta edición, nadie se aventuraba a decir que durante la noche el incendio quedaría controlado.

Los miembros de Infoca sí aseguraron que "el perímetro del incendio no crecerá más del espacio que ya ha recorrido, aunque en el interior del cerco aún hay puntos calientes que serán refrescados durante la noche, puesto que el dispositivo mantendrá personal trabajando en la zona hasta el definitivo control".

La consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, que se desplazó hasta el lugar del siniestro forestal, confirmó que el incendio que afecta desde el martes al mediodía al paraje natural de Sierra Cabrera ha devastado ya más de 4.000 hectáreas de matorral y monte bajo y que "afortunadamente" las llamas no llegaron al único pinar de la zona del Levante, el parque natural de Los Murtales, ni tampoco al parque natural de Cabo de Gata. Y todo ello pese a la dificultad de batallar contra el fuerte viento de poniente y contra las demás adversidades meteorológicas que azotaban la sierra, como la escasa humedad y las altas temperaturas que llegaron a rozar los 39 grados.

Castillo certificó que todos los vecinos de los pueblos más cercanos, Turre y Mojácar, que fueron desalojados el martes han regresado a sus hogares, a la vez que aseguró que "sólo dos viviendas se han visto gravemente afectadas por el fuego", en el término de Turre. La consejera explicó que desde que se declaró el incendio, an completado el dispositivo unas 600 personas entre Fuerzas de Seguridad, Infoca, voluntarios y Protección Civil.