Tribunales

Condenado a 20 años de prisión el hombre que mató a su mujer en Roquetas de Mar

  • Un jurado popular le declaró culpable de asestar en 2006 hasta 18 puñaladas en vida a su esposa

El marido y asesino de Khadija Nejjar, Noureddine Sourroukh, ha sido condenado a 20 años de prisión por la Audiencia Provincial de Almería después de que el pasado día 2 un jurado popular le declarase culpable de asestar en 2006 hasta 18 puñaladas en vida a su esposa, de 34 años, quien murió desangrada en la bañera del cuarto de baño del domicilio familiar ubicado en el barrio de las 200 viviendas de Roquetas de Mar.

Fuentes judiciales precisaron que el fallo de la Sección Tercera establece una indemnización por responsabilidad civil de 150.000 euros para cada una de las hijas del matrimonio, que la víctima quería disolver tras la interposición de cuatro denuncias por maltrato, que derivaron en la detención del condenado en 2005, un año antes de que se produjera el crimen.

Noureddine Sourroukh, quien desde que ingresó en el centro penitenciario de El Acebuche el 10 de septiembre de 2006 y durante la vista oral mantuvo en todo momento una actitud con la que pretendía aparentar trastornos psíquicos, fue, según el veredicto unánime, el que, dos días antes de que fuese hallado el cuerpo de su mujer, aprovechó una visita rápida de ésta desde Marruecos para apuñarla 18 veces y después abandonar el lugar, donde murió Khadija Nejjar "murió sola, luchando por su vida y ahogada en sangre".

El jurado popular no consideró probado, sin embargo, el alegato de la defensa que sostuvo que su cliente sufría una alteración mental que anuló sus capacidad tanto cognitiva como volitiva. El fallo desestima la enajenación como el informe y declaración pericial forense, que señaló un discurso y comportamiento lúcido y coherente en este ciudadano marroquí de 44 años. 

De entre las pruebas presentadas en el acto de juicio oral, el veredicto recogía también en los amplios antecedentes por maltrato que pesaban sobre el imputado, el hallazgo de sus ropas manchadas de sangre en el escenario del crimen o los cortes que presentaba en la mano cuando fue detenido en el término municipal de Vícar, así como la llamada telefónica en la que confesaba a su suegra, en Marruecos, el asesinato de Khadija. 

Las evidentes contradicciones cometidas por Sourroukh en su declaración ante la sala fue otro de los argumentos en los que se estructuró la decisión del jurado popular, que no concedió verosimilitud a que en todo momento dijese no recordar estar casado o tener hijas mientras que, en instrucción, atribuyó el crimen a dos hombres que entraron en el domicilio familiar.

Tampoco vio rastro de veracidad en la descripción que de su situación actual hizo al asimilar la la cárcel a un hospital, donde le suministraban muchas pastillas después de ser recogido en el monte, en que -defendió- se escondía tras haber arribado en patera al litoral provincial.

El ministerio fiscal reclamó en sus conclusiones definitivas una condena por asesinato, por la que solicitó el internamiento del imputado durante 17 años y 6 meses frente a la pena de 15 años por homicidio que figuraba en la calificación inicial de los hechos.

La defensa, que sostenía la inocencia y, a su vez, la enajenación del procesado, pidió una privación de libertad no superior a 15 años en una centro psiquiátrico y responsabilidad civil de 120.000 euros mientras que la acusación particular, ejercida por la hermana de la víctima, solicitó 25 años de cárcel y 300.000 euros de indemnización a las hijas. 

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