¿Qué hace un político aquí, si no hay elecciones?". Ésa es la pregunta que Pilar González, secretaria general del PA, ha tenido que escuchar más veces desde que el 9 de marzo de 2008 los andalucistas se quedaran sin escaño en el Parlamento. Una vez recompuesto el partido del fracaso y resuelto el liderazgo, González ha vuelto a las calles andaluzas. Lleva 12.800 kilómetros recorridos y 48 municipios visitados en las ocho provincias. Tiene que intentar a toda costa que sus siglas no caigan en el olvido en un momento en el que otros se pelean por ser los más andalucistas y absorber ese espacio político que ellos aún ocupan en muchas instituciones.
Y en la calle se ha topado con esa pregunta de los pescadores de Isla Cristina (Huelva), de los marroquineros de Ubrique, de los trabajadores del sector del mármol de Almería o de los vecinos de Huéscar (Granada). Desconfían de entrada. Pilar González lo resuelve. "Vengo porque ahora no hay elecciones y para que dentro de cuatro años venga de nuevo, me reconozcan y comprueben si he hecho lo que les prometí". Es la única vía que le queda para reconquistar la memoria frágil del electorado, acostumbrado a grandes despliegues propagandísticos y constante presencia mediática, y a la que los andalucistas no llegan ni pueden aspirar.
González sabe que la fórmula es el contacto directo. Una cercanía que había perdido desde la tribuna del Parlamento y que recupera con optimismo. "En el Parlamento se trabaja mucho, pero muchos no saben para qué sirve. La gente va un ayuntamiento, entra a verte y pide. Al Parlamento, no. Eso hay que resolverlo", dice. Pero es difícil.
González advierte que la distancia se agranda a medida que unos y otros se esfuerzan por elevar el tono, crispan, y enervan y hastían a quienes volverán a meter una papeleta en la urna.
Al "barrio a barrio, pueblo a pueblo", González añadirá la apuesta por las nuevas tecnologías. Internet y un blog son el canal para llegar a los jóvenes, colectivo prioritario. La crisis es un buen momento para medir la utilidad. Una crisis que para González no sólo es económica, sino también social, medioambiental y por supuesto, política. Pero de la crisis, mejor o peor, se sale. González lo sabe. "No es creíble salir el día después de un fracaso, diciendo que vamos a ganar. Hay que pasar un duelo y curar heridas para, de nuevo, salir a pelear por aquello en lo que se cree".
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