Alimentación y nutrición

Saltarse el desayuno aumenta en un 43% el riesgo de padecer obesidad en los niños

  • Sólo el 2,8 % de los niños españoles consumen diariamente un desayuno adecuado que incluya lácteos, cereales y frutas

  • Prescindir del desayuno podría influir en el desarrollo de los niños. 

  • ¿Son recomendables los zumos infantiles?

Unos buenos hábitos alimentarios favorecen al bienestar general de los niños.

Unos buenos hábitos alimentarios favorecen al bienestar general de los niños. / D. S.

La Fundación Española de Nutrición ha lanzado una campaña de concienciación sobre la importancia de los beneficios que aporta un desayuno equilibrado. Basándose en las conclusiones del Instituto Danone, uno de los principales referentes en materia de alimentación saludable y sostenible de España. Según los estudios de 'El papel del desayuno y su calidad en la salud de los niños y adolescentes de España'. Los niños que no desayunan tienen un 43% más de riesgo de sufrir obesidad que aquellos que sí poseen este hábito.

Los científicos explican que, aunque el desayuno implica una mayor fuente calórica, este hábito ayuda a realizar una ingesta menor de energía durante el resto del día. Además, los expertos indican que a horas tempranas, el metabolismo funciona de manera más eficiente, por lo que podría evitar ganar peso en el desayuno. 

Este hábito matutino no puede ser indicado como causa directa del sobrepeso de los niños, pero otros estudios demuestran que aquellos jóvenes que prescinden del desayuno tienen tendencia a hábitos alimentarios menos saludables y, en general, son más sedentarios. Esto podría ser la explicación, según Luis Moreno Aznar, de la relación entre peso y desayuno. 

El tópico de 'el desayuno es la comida más importante del día' se basa en que por las noches pasamos muchas horas sin comer y el cuerpo usa las reservas de energía para mantenerse. Por ello, necesita recuperar esos nutrientes al levantarse y es aconsejable una comida equilibrada cada mañana. Si bien es cierto que los jóvenes españoles tienen asentada esta costumbre, solo el 2,8% de los jóvenes lo hacen de manera equilibrada, incorporando los tres grupos de alimentos esenciales: lácteos, cereales y fruta. 

¿Cómo conseguir un desayuno equilibrado?

Como ya hemos adelantado, la clave está en incluir los tres grupos esenciales. Una forma clásica de hacerlo es mediante un tazón de leche con cereales, a lo que sumaríamos una pieza de fruta. Pero esto no sería suficiente, ya que expertos aconsejan consumir el 20% de los requerimientos diarios de energía durante el desayuno, por lo que no estaría de más incluir proteína: huevos, frutos secos, carne...

Además, debemos evitar el consumo de alimentos con bajo nivel nutricional. Este tipo de alimentos se corresponde a los ultraprocesados como la bollería industrial, que aportan un alto contenido calórico que no nos interesa para una dieta saludable, siendo sus principales componentes las grasas y los azúcares. 

El consumo de alimentos ultraprocesados no son la única vía para incluir más calorías a tu dieta. Existen alimentos saludables con alto nivel calórico ideales para el desayuno:

  • Aguacate: 160 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Queso de cabra: 450 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Soja: 450 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Salmón: 200 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Nueces: 600 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Chocolate negro: 540 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Coco fresco: 390 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Plátano: 85 calorías por cada 100 gramos.
  • Avellanas: 650 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Pasas: 300 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Semillas de calabaza: 520 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Aceite de oliva: 884 kilocalorías por cada 100 gramos.
  • Mantequilla: 717 kilocalorías por cada 100 gramos.

En conclusión, es importante recordar que un alimento con un aporte energético elevado no siempre es equivalente a un alimento graso o no saludable. Recuerda que lo ideal es que la mayor parte de tu alimentación esté compuesta por alimentos poco o nada procesados, al margen de las calorías que tengan.

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