La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Málaga convocó el pasado miércoles a los horticultores de la comarca de La Axarquía a una asamblea para abordar la situación que atraviesa el sector, en la que se decidió celebrar una concentración de agricultores afectados el próximo martes, al igual que en Almería y Granada.

Tan sólo en Málaga son unas 1.000 las familias que dependen del cultivo de hortícolas, la mayoría en invernaderos –1.000 hectáreas–, informaron desde el colectivo en un comunicado, apuntando que ante la “difícil” situación que atraviesa el sector “si no se toman medidas que lo eviten, llevará a la extinción del mismo”.

La concentración tendrá lugar en la Mancomunidad de Municipios Costa del Sol Oriental-Axarquía, ubicada en el núcleo poblacional de Torre del Mar, en Vélez-Málaga.

Con este acto reivindicativo, que dará comienzo a las 11:00, “se quiere demostrar a la sociedad y a las distintas administraciones públicas –provincial, regional, nacional y europea– que el sector hortofrutícola se encuentra en una situación insostenible, afectado por una grave crisis estructural –no coyuntural–, que viene padeciendo desde hace varios años, agudizada especialmente al comienzo de esta campaña, abocando a agricultores y cooperativas a un estado de grave crisis”.

Unas 1.000 familias dependen del cultivo hortícola en la provincia de Málaga

Según precisaron, “además de COAG, organizaciones y cooperativas andaluzas denuncian que los agricultores europeos compiten en un mercado propio con costes fiscales, ambientales, sociales y salariales mucho más elevados que los productos procedentes de terceros países”.

“Una competencia desleal e injusta que pone en grave riesgo la continuidad de cientos de miles de productores, que perciben precios por debajo de costes de producción”, manifestaron desde el colectivo, lamentando que “las administraciones públicas han abandonado al sector agroalimentario español, especialmente al sector de frutas y hortalizas, referente y exportador al mercado europeo”.

Por ello, reivindicaron medidas estructurales y lamentaron que la Unión Europea “haya entregado este mercado comunitario a las grandes cadenas de distribución, impidiendo que el sector hortofrutícola pueda ser competitivo y utilizándolo constantemente como moneda de cambio en los acuerdos con terceros países”.