Consuelo Morales, apicultora y nueva presidenta de Ceres Córdoba

"En todo el mundo agrario hay desigualdad, pero en la ganadería más"

  • A sus 27 años dirige una explotación familiar con 2.500 colmenas y una planta de envasado. Piensa que la mujer necesita apoyo social para adoptar un papel protagonista en el campo.

CONSUELO Morales acaba de acceder a la presidencia de Ceres Córdoba, organización agraria que dentro de COAG representa los intereses de las mujeres del sector. Además, Morales, licenciada en Ciencias Ambientales, es apicultora y, a sus 27 años, responsable de la explotación familiar que cuenta con unas 2.500 colmenas y una planta de envasado de miel. Su implicación en Ceres se debe -según ella misma dice- a sus "muchas ganas de luchar y defender a la mujer rural y que podamos entre todas crear ese reconocimiento que merecemos".

-¿Por qué en el sector agroganadero hay aún menos mujeres al frente de organizaciones y empresas que en el resto de los sectores? ¿Es el mundo rural más reacio a la igualdad?

-En toda la actividad agraria hay una cierta desigualdad pero en la ganadería las diferencias son mucho mayores. Estas diferencias en las poblaciones rurales están tan arraigadas que nos crean a las mujeres un autoconvencimiento sobre qué tipos de trabajos podemos o no liderar. Pienso que en la actividad ganadera debe haber un lazo de unión entre la mujer y el hombre que permitan completarse el uno al otro en las distintas tareas dentro de su explotación ganadera.

-¿Cuáles son los principales problemas que encuentra una mujer para incorporarse a la actividad agraria y ganadera?

-Son varias las ataduras con las que se enfrentan las mujeres rurales: la primera es la masculinización del medio rural, pero también que los mercados laborales son más restrictivos para las mujeres rurales. Además es una realidad que los distintos papeles o actividades que se pueden desempeñar en una explotación familiar vienen marcados por el sexo. Esto es debido a la menor consideración del trabajo femenino a nivel social, entre otras.

-Se dice, aunque no se si hay datos de ello, que las mujeres trabajan habitualmente en las explotaciones agrarias familiares pero que raramente las dirigen o heredan si hay varones, y que sólo si faltan pasan a ellas ¿sigue esto siendo cierto?

-Hoy día es mayor el número de mujeres que trabajan en una explotación familiar pero constan como cónyuges. Son los hombres los que dirigen la explotación. Esto es un factor determinante del grado de masculinización del medio rural. El grado de masculinización, unido a la modernización de la agricultura, hace que mujeres jóvenes emigren a las ciudades en busca de otras oportunidades de trabajo, ya que a muchas de ellas, con los avances en la agricultura, se les negó el papel que venían desempeñando y se les dejó solo el ámbito doméstico.

-Estando el PSOE en el Gobierno se cambiaron las normas para que las mujeres pudieran ser cotitulares de las explotaciones agrarias familiares y acceder así a las ventajas sociales que tienen los titulares en cuanto a seguridad social, pensiones, etc. ¿Qué grado de aceptación ha tenido esta medida? ¿Cuántas mujeres en Andalucía se han acogido a ello?

-El grado de aceptación de esta ley ha sido escaso o más bien nulo. Creo que de la teoría a la práctica va un paso muy grande y la mayoría de las mujeres seguimos encontrándonos con mucha desinformación, se nos sigue considerando un eslabón débil a pesar de que muchas luchemos por tener el papel que nos merecemos. Es una ventaja la posibilidad de acceder a la titularidad compartida ya que permite una rebaja del 30% de la seguridad social agraria para los primeros cinco años de cotización hasta los 50 años. Pero el envejecimiento de la mujer rural es una realidad y son muchas las mujeres mayores de 50 años que necesitan salidas en poblaciones rurales.

-¿Qué medidas se reivindican desde Ceres para facilitar la incorporación de las mujeres del medio rural a la actividad agraria?

-Desde Ceres lanzamos una llamada de atención a todas las mujeres rurales a adherirse a cualquier tipo de actividad tanto agrícola como ganadera. Se necesitan jóvenes que puedan aportar otro tipo de ideas y una formación para poder expresar de la mejor manera lo que necesita nuestro colectivo y así establecer unión con las más mayores, que nos apoyan sus experiencias. Todas somos importantes para poder avanzar. Con esto quiero invitar a las mujeres rurales a que se adhieran a asociaciones para que así puedan compartir sus vivencias dentro de sus explotaciones. Desde Ceres atendemos a cuestiones y resolvemos dudas. Realizamos cursos, charlas y jornadas y llevamos como lema la defensa de las mujeres en todos los aspectos de la sociedad, ya que son pocas las mujeres que participan activamente en cargos de toma de decisiones.

-La existencia de Ceres, como rama femenina de una organización agraria como COAG, ¿significa de alguna manera que las mujeres necesitan una apoyo extra, una organización profesional aparte, con objetivos distintos a los que tienen en general los agricultores y ganaderos, independientemente de su sexo?

-Las mujeres rurales necesitamos cobertura en muchos aspectos de la sociedad para que se pueda construir a una verdadera igualdad rural.

-Usted es apicultora y dirige la explotación familiar. ¿Hay muchas mujeres en esta rama tan especial de la ganadería?

-Son pocas las mujeres que dirigen una explotación ganadera. En mi familia sólo somos mujeres, por tanto este trabajo no es nada sexista, todos contribuimos de la misma manera en las distintas actividades. Es cierto que hay trabajos muy pesados, pero como siempre se dice "más vale maña que fuerza". Son muchas las técnicas que permiten transportar las distintas maquinarias sin tener que emplear la fuerza. De todos modos pienso que para este tipo de trabajos debe haber una complementación entre la mujer y el hombre, así se permite que todos puedan desempeñar las distintas actividades dentro de la explotación ganadera.

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