Claves del consumo en tiempos de pandemia

El e-commerce dispara la brecha de precios en la cadena alimentaria

  • Crece la distancia entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el productor. Los sectores de bebidas y alimentos frescos son los que más crecen, mientras que procesado de frutas y hortalizas el que menos

Consumidor realizando el pago de una compra realizada on line.

Consumidor realizando el pago de una compra realizada on line.

La situación de pandemia en la que nos encontramos nos ha cambiado la vida en todos los aspectos y quizás el más afectado es el que se refiere a los hábitos de compra de productos agroalimentarios.

Hay dos claves que que nos llevan a esta conclusión: por un lado se observa un incremento importante en el mercado del gran consumo en el sector agroalimentario y, por otro, en todo lo que es e-commerce, como resultado de la búsqueda por parte del consumidor de una compra segura. Esto se acompaña de una mayor demanda de productos saludables y tiene como consecuencia no deseada una mayor distancia entre el precio que paga el consumidor y el que se abona en origen.

Un informe de ES Andalucía advierte que el mercado de gran consumo sigue creciendo a doble dígito, en lo que llevamos de año, un 13,7% más respecto al mismo periodo de 2019, y prevé cerrar el año 2020 con un crecimiento del 14,7%. Al tiempo, el e-commerce ha doblado su penetración en alimentación, creciendo en un año lo que se preveía para los próximos cuatro.

En el mercado de gran consumo, la consultora Kantar Wordpanel observa un considerable incremento del crecimiento si se compara con periodos anteriores que estaban en torno al 1%.

Para el próximo año 2021, prevé que el mercado de gran consumo alcanzará un crecimiento de alrededor del 9,4% respecto de 2019.

Las causas que motivan este comportamiento, según el análisis de esta consultora, son al factor miedo, los confinamientos parciales, el teletrabajo y la campaña de Navidad, de forma que el canal online y los supermercados regionales resultan ser los grandes beneficiarios de esta situación.

Dentro del gran consumo, destaca el sector de las bebidas para el que se espera una mejor previsión de crecimiento al cierre de año, mientras que la categoría de frescos y alimentación envasada presentará una buena tendencia, aunque más moderada.

Sin embargo, según los datos que ofrece Insight View, el 19% de las empresas industriales dedicadas al procesado y conservación de frutas y hortalizas se encuentran en un nivel máximo o elevado de impago.

Competitividad

De hecho, destaca que del análisis de las cuentas agregadas, en estas empresas se observan márgenes muy ajustados, ligeramente por encima del 2%, lo que incrementa las tensiones sufridas por la cadena de valor en el riesgo de crédito de estas sociedades, que tienen pequeño tamaño, pues un 79% tienen menos de 10 empleados y baja competitividad, a la vez que compiten con grandes grupos industriales y venden su producción a grandes empresas de la distribución.

Esta situación afecta especialmente a nuestra comunidad autónoma, ya que el 23% de las industrias transformadoras y el 20% de las empresas de servicio del sector hortofrutícola se concentran en Andalucía.

ES Andalucía advierte que “esto contribuye de manera alarmante, a incrementar la brecha de precios entre productores y consumidores, que en el mes de julio alcanzó un 47% más que en el mes de febrero. Un hecho que se observa en el Índice de Precios en Origen y Destino del mes de septiembre, en el que el precio al consumidor de la patata supera en más de once veces al que recibe el agricultor, el de las aceitunas verdes más de siete veces y media, y más de seis veces para el ajo, la cebolla o la uva de mesa”.

El 23% de las industrias transformadoras están en Andalucía

Pero, además, a esta crisis de precios en origen, cada vez más generalizada en todos los sectores y especialmente en el lácteo, vino, aceite, o las hortícolas, hay que sumar el incremento de los costes de los insumos agrícolas, que según los últimos datos del Ministerio de Agricultura ascendió hasta los 24.101 millones de euros, un 3,2% más, y a la vez, el descenso de la renta agraria en un 8,4% hasta los 26.234 millones de euros.

“Por esta razón -explica la organización- que en una Ley de Cadena Alimentaria indique que los precios deben estar por encima de los costes es reconocer que nuestros productos tienen un valor y debe pagarse. Pero además implícitamente, es la confirmación de que, precisamente esto no se hace, no al menos en todos los casos”.

La reforma de la Ley de Cadena Alimentaria ha llegado con buenas intenciones por la situación de ruina derivada de unos precios hundidos en origen, “una situación que continúa acrecentándose”, añade.

El director general de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), José María Bonmatí, también ha resaltado que la nueva realidad “lleva cambios en el comportamiento del consumidor y en sus tendencias de consumo”.

“En el nuevo escenario el consumidor busca, sobre todo, una experiencia de compra segura, en lo que al establecimiento se refiere, pero también crece el interés por una alimentación más saludable, con productos que le ayuden a llevar una dieta equilibrada y cuidar y fortalecer su sistema inmunológico”, dijo.

Encuentro telemático

Habló en el encuentro telemático organizado por la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA) bajo el título “Presente y futuro del gran consumo en tiempos de coronavirus”, que contó con la participación de los máximos representantes de las organizaciones empresariales CAEA, Asedas y Aecoc.

En el mismo escenario el director general de Asedas, Ignacio García Magarzo, dijo que “nuestras empresas están sabiendo responder al mayor desafío que hemos tenido nunca, garantizar el abastecimiento de la población. Nuestros empresarios y los empleados de los supermercados asumieron el compromiso pese a las dificultades y han demostrado la solidez del modelo español de distribución”.

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