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Los jóvenes universitarios se apuntan a la vendimia

  • Uno de cada cinco españoles que quiere ir a la campaña francesa tiene estudios superiores e idiomas, según Comisiones Obreras. Los jóvenes vuelven la vista hacia el sector agrario ante un paro de 65% en Andalucía.

A la vendimia francesa siguen acudiendo muchos temporeros españoles, sobre todo andaluces, porque continúa siendo una campaña que, aunque corta en el tiempo, está bien retribuida. Durante algunos años pareció que esa emigración temporal formaría parte de las estampas del pasado, pero en los últimos tiempos incluso ha recuperado tirón ante el aumento del paro, tanto en zonas rurales como urbanas.

De hecho, se pueden apreciar algunos cambios y uno de los más llamativos es el perfil de los que marchan a esta vendimia gala. Desde la Federación Agroalimentaria de Comisiones Obreras ya se apunta que el 20% de las demandas para acudir como temporeros corresponden a hombres jóvenes, menores de 30 años, con formación universitaria, conocimiento de idiomas, y sin experiencia previa en trabajos agrícolas. En la mayoría de las casos tramitan sus demandas de empleo a través de internet.

Muchos de ellos, eso sí, tienen vinculación con el medio rural, ya que en bastantes de los casos detectados son hijos de agricultores o jornaleros que han tenido acceso a estudios y que, o bien se encuentran sin empleo o ven en la vendimia francesa una forma de obtener un dinero para pagar matrículas o mantener a la familia, según los casos.

Esta demanda de empleo en tareas del campo, aunque ya se daba puntualmente en algunas campañas, vuelve con fuerza ante el acuciante desempleo juvenil, que en Andalucía alcanza la tasa del 65%, y a la nueva tendencia de muchos jóvenes de volver los ojos al campo tras haber trabajado en el sector de la construcción o los servicios o haber intentado, sin conseguirlo, trabajar en un puesto acorde a su nivel de formación.

Más competencia

También está cambiando la vendimia en Francia, marcada en los últimos años por la mecanización de los viñedos, la crisis, el desempleo en el país galo y la incorporación de trabajadores de los países del Este. En el país vecino se valora mucho, en este contexto, la profesionalización de los trabajadores españoles. Hay que tener en cuenta además que al reducirse la necesidad de mano de obra año tras año la campaña presenta signos de estabilización y muy pocas novedades.

Ante la fuerte competencia de vendimiadores de otros países de procedencia, los sindicatos españoles no sólo recomiendan trabajar con un patrón conocido y también hablar algo de francés. Son precisamente los jóvenes con idiomas y los veteranos de la vendimia los que cuentan con ventaja frente a otros aspirantes.

La contratación está muy articulada sobre la base del contacto asiduo año tras año del empresario con el jefe de colla o cuadrilla. Así, cuando se producen vacantes o bajas son cubiertas por nuevas personas del entorno de la cuadrilla, familiares y amigos cercanos o conocidos.

CCOO calcula que para la presente campaña de 2014 saldrán aproximadamente unos 14.000 vendimiadores, de los cuales más de un 75% son andaluces, lo que supone en torno a 10.500-11.000 vendimiadores, un dato muy aproximado al de la pasada campaña de 2013.

Las provincias andaluzas que más vendimiadores desplazan son Jaén y Granada con más de 3.000 cada una, seguidas de Sevilla y Cádiz, de las que salen más de 2.000 personas entre ambas; y Córdoba, Málaga y Almería. El resto procede de la Comunidad Valenciana (2.100), Murcia (650) y 1.100 de Castilla-La Mancha, principalmente de Albacete y Ciudad Real.

Los españoles que vendimian en Francia se desplazan en su inmensa mayoría a los departamentos franceses de Pirineos Orientales, Aude, Hérault, Tarn, Garona, Lot, Gers, Gironda, Landas, Charante, Charante-Maritimo, Ardéche, Gard, Vaucluse, Var y Drome.

Al contrario que en los años 2012 y 2013 la climatología más benigna de las campañas agrícolas en buena parte de España y las buenas previsiones de las producción en importantes zonas del país han motivado que no se produzca la enorme avalancha de demandantes de empleo de trabajadores españoles para salir a la vendimia francesa. No obstante, y como sucede todos los años, la demanda de empleo suele ser mayor que la oferta.

Para el presente año los salarios oscilarán entre el Salario Mínimo de 9,53 euros por hora y los 11,03 euros. El salario más alto de la vendimia francesa se da en el Departamento de Vaucluse

El sueldo medio por 15 días de trabajo es de entre 859-900 euros, a descontar los gastos indicados. Además de los salarios, un ingreso adicional importante para los vendimiadores lo constituyen los subsidios familiares por hijo a cargo menores de 20 años que no ejercen actividad o con una remuneración inferior al 55% del Salario Mínimo Interprofesional, que puede llegar a 460,77 euros con cuatro hijos y a partir de quinto se aumenta en 165,72 euros.

Jóvenes en el campo

Prueba del interés de muchos jóvenes en ser profesionales de sector agrario está en la constitución de una sectorial específica en la organización agraria Asaja, que recientemente se reunió con la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, para presentarle sus propuestas sobre la aplicación de la reforma de la Política Agraria Común (PAC).

En otras organizaciones agrarias, como COAG, también existe una sectorial juvenil, en este caso bastante reivindicativa respecto a la necesidad de un relevo generacional en el campo.

En esta línea, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG Andalucía, ha denunciado recientemente que el gobierno andaluz no está haciendo una verdadera apuesta por el relevo generacional. Eso supone una amenaza para el futuro de la actividad agraria pero también traerá consigo un trasvase de fondos correspondientes a las ayudas del primer pilar, que dejarán de llegar a Andalucía para irse a territorios cuyos jóvenes sí se han incorporado a la actividad, al conseguir derechos a través de la Reserva Nacional.

En el marco actual, 2007-2013, Andalucía tenía un presupuesto inicial para la incorporación de jóvenes agricultores de 198 millones de euros, que finalmente se han quedado en 63,2, si bien la Consejería de Agricultura anunció en su día que planeaba ampliar esta partida en unos 20 millones más (recordemos que de todas estas cantidades lo que la Consejería aporta es el 5% para que Bruselas y Madrid pongan el resto).

Con estos datos, y suponiendo que los fondos se incrementen, Andalucía -que cuenta con casi el 25% de las explotaciones agrarias españolas- habrá apoyado la instalación de 900 nuevos agricultores, explican desde COAG.

Esta situación contrasta, aseguran desde la organización agraria, con la de otras regiones como Aragón que, con el 5,3% de las explotaciones agrarias, ha dado ayudas a más de 1.200 jóvenes, o como Castilla y León que, que con el 9,9% de las explotaciones agrarias ha apoyado a más de 1.300 jóvenes hasta diciembre de 2013 (habría que añadir los apoyos de 2014, a los que el gobierno autonómico también dedica una partida de 40 millones de euros).

El nuevo Plan de Desarrollo Rural no mejora esta situación, según COAG Andalucía. Para el marco 2014-2020, la Consejería de Agricultura prevé destinar a relevo generacional 93,2 millones de euros, lo que significa un recorte respecto a los 100 millones que se planteaban en comunicaciones previas, pero además es la mitad del presupuesto inicial del marco anterior (los 198 millones que finalmente quedaron en 63,2, como se ha comentado anteriormente), por lo que la intención de apostar por la incorporación de jóvenes no se ve reflejada en el nivel de apoyos que esta medida recibe, según apunta COAG.

Además, esta organización agraria recuerda que hay cuestiones que no dependen de presupuesto, como la inclusión de la compra de tierras en las ayudas de incorporación, que la Consejería andaluza no contempla, Otras comunidades sí lo hacen.

Según COAG, 2014 es un año clave y Andalucía debe dar un giro a su política de incorporación de jóvenes, para garantizar el futuro de la actividad agraria pero también para favorecer la creación de empleo en el medio rural. En estos momentos sólo el 6,4% de las más de 246.000 explotaciones andaluzas está en manos de menores de 35 años, mientras más del 55% de los titulares está por encima de los 55 años y más del 31% supera los 65.

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