Miguel Blanco. Secretario general de COAG

"La nueva PAC debe garantizar actividad y relevo generacional"

  • "Si se acepta el modelo estadounidense, habrá un problema alimentario de primer orden y una competencia absolutamente desleal". "En Andalucía estamos luchando para que salga adelante la Ley Integral de Agricultura".

MIGUEL Blanco encara un nuevo periodo al frente de COAG, una de las principales organizaciones agrarias del país, dispuesto a la lucha; satisfecho por su recorrido, pero consciente de que el mundo agrario tiene muchos frentes abiertos, quizás demasiados.

-Antes de comenzar su nueva etapa al frente de COAG, ¿qué balance hace de su último mandato? ¿Cuáles considera que han sido sus principales logros?

-A nivel de organización, supone la consolidación de COAG en todos los territorios, tras la incorporación hace cuatro años como miembros de pleno derecho de JARC Catalunya y Sindicato Lábrego Galego (SLG) y la refundación de COAG en Castilla-La Mancha. Hoy COAG es la única organización agraria representativa en todas las comunidades autónomas. A nivel externo, destacaría la gran participación de COAG en el diálogo social e interlocución con las distintas administraciones. Hemos influido en el debate de aplicación de la reforma de la PAC en España, hemos liderado todas las propuestas para corregir los desequilibrios de la cadena de valor agroalimentaria y hemos abanderado desde el inicio el frente de oposición al TTIP.

-Empecemos por uno de los temas candentes del sector. Más allá de la crítica puramente política, ¿qué hay que mejorar o cambiar en la PAC?

-Ya se oyen tambores de una reforma o, por lo menos, de una revisión intermedia en 2017, pero hay que tener en cuenta que en esta legislatura que se avecina se discutirá el fondo de una nueva reforma, porque más allá de 2020 hay vida, y por lo tanto política agraria. La nueva PAC debe centrarse en conseguir una actividad agraria rentable que permita un relevo generacional con garantías. Además, llevamos años reivindicando una priorización de las ayudas PAC a los agricultores profesionales.

-Y siguiendo con temas internacionales, ¿por qué mantiene esa "oposición frontal" ante posibles acuerdos comerciales de la Unión Europea con Estados Unidos (TTIP) y Mercosur?

-Lo primero es la enorme opacidad que se ha producido. El modelo alimentario europeo tiene los estándares de calidad y seguridad alimentaria más altos a nivel mundial, mucho más que el estadounidense. Esto condiciona también nuestro modelo de producción. No es aceptable que se impongan esos parámetros. Los OGM, organismos genéticamente modificados, se generalizarían, como todo lo que se refiere a los esteroides para la producción de carne, las hormonas para la producción de leche, los potenciadores para la carne de porcino o aviar… Si todo esto se acepta, no solamente será un problema alimentario de primer orden, sino que será una competencia absolutamente desleal para nosotros, ya que nuestros parámetros de seguridad alimentaria tienen mayores costes.

-El responsable de frutas y hortalizas de COAG ha pedido en el Parlamento Europeo la aplicación inmediata de la sentencia que anula el acuerdo UE-Marruecos. ¿Por qué es una prioridad para COAG?

-Hablamos de un acuerdo que daña profundamente la economía de múltiples zonas de producción europeas, especialmente del arco mediterráneo, erosiona la preferencia comunitaria y ataca directamente nuestros calendarios de producción. Es un acuerdo que se está incumpliendo de forma sistemática en beneficio de unos pocos. El control del fraude en las aduanas de la UE es prácticamente inexistente y el acuerdo UE-Marruecos vulnera la legislación europea sobre comercialización de frutas y hortalizas frescas en lo concerniente a la veracidad del etiquetado de las importaciones marroquíes.

-¿Qué es lo que más preocupa a COAG del campo andaluz?

-En Andalucía estamos trabajando para conseguir que salga adelante la Ley Integral de Agricultura, que debe ser el marco legal para desarrollar las potencialidades de la comunidad autónoma en materia de agricultura, como un sector estratégico, y con un esfuerzo propio para promover el relevo generacional, la modernización, la búsqueda de un mayor valor añadido para mejorar la rentabilidad de las explotaciones y más implicación de las distintas áreas del Gobierno andaluz para incrementar el control y sancionar el fraude alimentario y las malas prácticas comerciales.

-Siempre pide ayudas para los jóvenes, ¿cree que esas subvenciones serán estímulo suficiente para que los jóvenes vean en la agricultura su futuro?

-Son importantes pero no suficientes. Vivimos de los precios, y los precios en el nuevo mundo global dependen de unos mercados volátiles y desregulados, por eso el valor de la renta agraria disminuye cada año. En estas condiciones no hay incentivos para los jóvenes, en un sector en el que hay que hacer enormes inversiones a cambio de una rentabilidad escasa. Reclamamos pensiones dignas para los profesionales que han trabajado y cotizado durante 40 años y ahora reciben 700 euros de pensión. Eso permitiría ceder las explotaciones a los más jóvenes e impulsaría el relevo generacional.

-¿Qué puntos se ha marcado como prioritarios para este nuevo mandato?

-Hay que entrar en una nueva legislatura y vamos a exigir que haya un Ministerio de Agricultura. El nuevo Gobierno no sólo debe pelear por que se reforme la PAC en base a una política agraria más social y equitativa, sino también por las políticas de Estado y de desarrollo rural orientadas hacia los profesionales y la economía social agraria. La cadena alimentaria hay que regularla. Lo que sigue fallando es que hay un enorme desequilibrio entre los tres pilares de la cadena: la producción, la industria y la gran distribución. La posición de dominio de estos últimos es apabullante. Además, habrá que regular la cadena de los insumos, pues se han disparado los costes de producción; son necesarias políticas de rejuvenecimiento y potenciar la innovación y medidas de adaptación al cambio climático.

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