La opinión invitada

Macrodatos, la nueva revolución verde

  • El autor defiende que el agricultror participe en los cambios tecnológicos que vienen.

LA agricultura basada en los macrodatos ha llegado para cambiar la producción agropecuaria, así como el funcionamiento del conjunto de la cadena agroalimentaria. Este cambio agrotecnológico es la nueva revolución verde. Todo ello se inscribe en las oportunidades de mejora que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) al conjunto de la cadena agroalimentaria, desde el productor al consumidor, en un proceso imparable de digitalización de la agricultura y el sector agroalimentario.

La agricultura basada en los macrodatos consiste, fundamentalmente, en la creación de un nuevo ecosistema de trabajo que nos va a permitir recolectar, almacenar y procesar grandes volúmenes de datos, de diferentes orígenes y a partir de aquí, desarrollar aplicaciones capaces de responder en tiempo real a nuestros requerimientos. Estas aplicaciones son el instrumento del ecosistema de macrodatos para explotar información valiosa y permiten a los agricultores monitorizar y optimizar los cultivos, evolucionando desde la agricultura intuitiva a la agricultura científica, con importantes ganancias anuales en eficiencia y productividad.

Asimismo, el conjunto de la cadena agroalimentaria se beneficiará de incontables innovaciones capaces de aportar valor en los diferentes procesos de transformación, comercialización, distribución y consumo de los productos agroalimentarios. Para desarrollar una agricultura productiva basada en macrodatos es imprescindible la cooperación entre los agricultores, las empresas de insumos y de maquinaria, los técnicos agrónomos, los científicos, las universidades y centros de I+D+i, las empresas TIC y de big data y la industria agroalimentaria. Adicionalmente, para construir el nuevo ecosistema de trabajo que soporte esta agricultura inteligente o de precisión es necesaria la colaboración del conjunto de operadores de la cadena agroalimentaria, los órganos de regulación y los agentes económicos y sociales implicados.

¿Qué arquitectura debe tener el nuevo ecosistema de trabajo basado en macrodatos?

Estas tecnologías van a rediseñar el sector agrario en un futuro próximo, con modelos disruptivos de negocio agroalimentario, induciendo profundos cambios estructurales y económicos, generando nuevas oportunidades para nuestros agricultores y ganaderos, pero también un riesgo de que las pequeñas y medianas explotaciones agrarias queden rezagadas. Por este motivo, resulta prioritario que las pequeñas y medianas explotaciones no se queden al margen de esta revolución agrotecnológica, y puedan evolucionar manteniendo su calidad y diversidad y aportando a la sociedad alimentos sanos y sabrosos, así como los llamados "bienes públicos". Así, la arquitectura del nuevo ecosistema de macrodatos agrarios debe ser inclusiva y permitir que todas las explotaciones puedan beneficiarse en igualdad de oportunidades. Para ello, el asesoramiento técnico y agronómico resulta imprescindible y debe ser mucho más ambicioso que en la actualidad.

Este nuevo ecosistema implica colaboración e interoperabilidad (intercambio y análisis conjunto de datos) en el seno de la cadena agroalimentaria, generando un nuevo modelo de negocio agroalimentario en el que el aprovechamiento conjunto de información y datos aporta valor al producto final y posibilita un proceso de innovación continuo. En consecuencia, las relaciones entre los agentes de la cadena alimentaria tendrán que ser necesariamente mucho más profundas y complejas. Paralelamente, las pequeñas y medianas explotaciones necesitan colaborar entre ellas en la fase de producción y agregar sus datos para desarrollar aplicaciones basadas en macrodatos agronómicos, combinando el conocimiento generado a lo largo de los años, identificando las mejores prácticas y estableciendo prescripciones detalladas en tiempo real.

Idealmente, el ecosistema de macrodatos debería ser abierto, compatible, estandarizado, accesible, seguro, asequible, en continua evolución (innovación) y sujeto a una regulación que evite posiciones de dominio y discriminación.

Creemos que es imprescindible que los agricultores participen directamente en los ecosistemas y las plataformas de macrodatos, ya sea como copropietarios o bien, a través de órganos de control y supervisión. La creación de estos órganos, con participación de los agricultores y otros actores del ecosistema de macrodatos, es una necesidad ineludible dados los profundos cambios que conlleva su aplicación al sector agroalimentario y su dinámica evolución. Aspectos técnicos como la estandarización, legales como la propiedad, uso, distribución y explotación de los datos, contractuales, económicos y comerciales, deberían ser abordados en este marco.

Esto debe ser así porque los riesgos, preguntas e incertidumbres son abrumadores: ¿quién es el propietario de mis datos? ¿Quién tiene acceso a mis datos? ¿Cómo utilizan las compañías mis datos y que beneficio obtienen? ¿Bajo qué reglas se agregan los datos de los agricultores y se comparten con otros eslabones de la cadena alimentaria? ¿Qué regulación existe y cual es necesario elaborar? ¿Cómo se utilizan los datos para la investigación y la innovación? ¿Cómo asegurar que las pequeñas y medianas explotaciones participen? ¿Qué riesgo existe de que una o varias compañías controlen y monopolicen estos sistemas? ¿Qué garantías existen respecto al almacenamiento y la seguridad de los datos?

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