Cuatro décadas de ayuntamientos democráticos | Vida política y económica del Alto Guadalquivir

Una comarca con un gran peso del olivar y que ha tendido a la izquierda

  • La comarca del Alto Guadalquivir la componen ocho municipios eminentemente agrícolas, con un aceite de calidad como producto estrella y con una zona de sierra importante también para las economías locales; en algunos de esos ocho municipios además han sido y son importantes crecientes industrias, como la del mueble

Vista panorámica de Montoro.

Vista panorámica de Montoro. / El Día

La comarca del Alto Guadalquivir es eminentemente agrícola y en ella empieza a repuntar el sector industrial gracias a las empresas de muebles de madera cuyo máximo exponente es Villa del Río, y a empresas agroalimentarias y de calderería en Montoro y Bujalance. Se crea a partir de las antiguas comarcas de Bujalance (Bujalance, Cañete de las Torres, El Carpio y Pedro Abad) y Montoro (Montoro, Adamuz, Villa del Río y Villafranca). Montoro es la cabeza de partido judicial y el mayor municipio de la comarca, seguido de Bujalance.

Adamuz contaba al inicio de la democracia con 4.290 habitantes; en 2019 tiene 4.185. Tras la muerte de Franco, el Ayuntamiento ha estado 28 de los 40 años gobernado por el PSOE. El primer alcalde socialista fue en 1979 Pedro Galán, que estuvo hasta 1987. Tras él gobernó hasta 1995 Manuel Caballero (IU); y de 1995 a 2015, el socialista Manuel Leyva. De 2015 a 2019 la alcaldesa ha sido Manuela Bollero (Decida).La vegetación característica de Adamuz es la del bosque mediterráneo, con encinas, lentiscos y madroños entre otros. Esta vegetación tradicionalmente fue la principal fuente de riqueza en estas tierras y es aprovechada para mantener a la fauna cinegética, con más de 12.000 reses para practicar la montería. También está el aprovechamiento forestal y silvícola, como la obtención de madera, miel, plantas aromáticas y bellotas. En cuanto a la tierra cultivada, más del 90% de la misma está dedicada al cultivo de secano más tradicional por estas tierras: el olivo. La apuesta por la Denominación de Origen del Aceite Montoro-Adamuz, la defensa del olivar de sierra o el impulso al turismo rural han sido pilares en los que ha pivotado en las últimas décadas la economía local, unas últimas décadas en las que se han mejorado lugares que estaban muy deteriorados, como el Ayuntamiento, la plaza de abastos, la urbanización de la Tremesina, la residencia de tiempo libre de los Montes Comunales, el centro de día de mayores o el residencial de Los Granadillos.

Bujalance tenía en 1980 algo más de 8.600 habitantes; en 2019 tiene 7.537. Ha sido un municipio con una gran alternancia política durante la democracia. El primer alcalde fue, entre 1979 y 1987, Ramón Romero, de la Agrupación Independiente de Izquierdas. El tercer mandato, de 1987 a 1991, fue convulso, llegando a haber tres alcaldes, los dos primeros de Alianza Popular –Luis Cabello y Juan García Laín– y el tercero del PSOE –Antonio Luis Salinas–. Entre 1991 y 1995 los socialistas con Salinas a la cabeza gobernaron en minoría; y de 1995 a 2003 fue el andalucista Francisco Mestanza el alcalde. En 2003 el PSOE, con Rafael Cañete al frente, llega a la Alcaldía con el apoyo de IU. En 2011 vuelve a la Alcaldía Mestanza, a quien sustituyó la también andalucista Elena Alba al frente del Ayuntamiento. Alba revalidaría el cargo en 2015; en esa ocasión en las filas del PP.

En Bujalance predomina el sector primario, sobre todo el cultivo del olivar, seguido del trigo, algodón y girasol. En cuanto a la industria, predomina la agroalimentaria, especialmente la dedicada a la producción de aceite de oliva de muy alta calidad. Se ha dicho de esta localidad que es la ciudad con mayor número de almazaras del mundo. También hay que destacar la industria calderera, muy ligada a la producción de aceite. El aceite de oliva producido en Bujalance estará dentro de la Denominación de Origen del Medio Guadalquivir. Durante las últimas décadas se ha llevado a cabo un importante proceso de recuperación de monumentos históricos locales. Destacan la restauración del castillo, la catedral de la Campiña y la parroquia de San Francisco. Además, se han construido un nuevo instituto e instalaciones deportivas y recuperado la plaza Mayor.

Cañete de las Torres comenzó la era democrática con unos 3.400 habitantes y en 2019 tiene unos 2.700. El primer alcalde, entre 1979 y 1983, fue el independiente Rafael Rojas, en cuyo mandato se avanzó en el equipamiento deportivo y sanitario de la localidad y se pavimentaron distintas calles. A Rojas lo sucedió, entre 1983 y 1987, el también independiente Juan Antonio Linares, a quien se deben la Casa de la Cultura, el centro de día y la piscina. De 1987 a 2003 el alcalde fue el socialista Francisco Jiménez, quien trabajo para hacer realidad el polígono industrial, mejoró de la red local de agua e hizo realidad la residencia de mayores. Tras Jiménez, fue el andalucista Diego Hita quien gobernó el municipio hasta 2011, año en el que ganó las elecciones el popular Félix Romero, alcalde en 2019. La economía de Cañete de las Torres está basada en los cultivos del olivar, trigo, algodón, girasol y los garbanzos. Hay presencia de almazaras, fabricación de embutidos y es de significar la inauguración de una planta para la obtención de biodiésel.

El Carpio contaba 4.715 habitantes en 1980, por los aproximadamente 4.457 de 2019. Su Ayuntamiento ha tenido durante la mayoría de la democracia color socialista. Entre 1979 y 1982 gobernó Francisco Muñoz (PSOE), a quien sustituyó entre 1982 y 1997 Alfonso Benavides (PSOE). El siguiente alcalde, entre 1997 y 2003, fue Juan Cubero (IU), al que relevó de nuevo Benavides hasta que en 2011 accedió a la Alcaldía Francisco Ángel Sánchez (IU), quien la ostentó hasta 2015. Ese año, el PSOE recuperó la Alcaldía de la mano de Desiree Benavides, hija de Alfonso Benavides. La economía de El Carpio está basada en la agricultura (cultivos de cereales, girasol, algodón, olivar...) y la industria, existiendo un resurgir del sector de la madera en pequeños y medianos talleres de fabricación de muebles –sobre todo de cocina –, y de complementos de éstos; también existen talleres electromecánicos y un cierto desarrollo del pequeño comercio. La mayor industria de la localidad es la agroalimentaria Pastas Gallo –ahora en venta– dedicada a la elaboración de sémolas y pastas alimenticias, de la que existe en la localidad una de las más amplias y modernas fábricas con que cuenta la empresa.

Montoro comenzó la etapa democrática con 10.046 habitantes; en 2019 tiene 9.436. En Montoro tan solo ha gobernado el PSOE desde 1979. El primer alcalde –de 1979 a 1981– fue Manuel León, a quien sucedió ese año y hasta 1997 Antonio Cañas. Uno de los logros de su gobierno fue la construcción del pantano de Marín Gonzalo, además de ser pilar fundamental para la construcción del también pantano de Yeguas. A Cañas le sucedió en el cargoAntonio Sánchez Villaverde, quien fue alcalde hasta 2015. Entre los logros a los que ha contribuido durante su mandato destacan la construcción del pantano de El Arenoso, las construcciones de viviendas sociales y de la piscina cubierta, el nuevo teatro municipal y la reforma de calles y plazas, además del Palacio de Justicia montoreño y el nuevo puente que une Montoro con la carretera de Adamuz. A Sánchez Villaverde le sucedió en 2015 la también socialista Ana Romero.

La base de la economía de Montoro es el cultivo del olivar, con varias almazaras que producen un aceite de alta calidad. Estos olivares ocupan más del 80 % de la superficie agrícola del municipio, que a su vez representa el 40 % del área total del mismo. También se dan otros cultivos en su zona de campiña como los cereales. Otras industrias de menor dimensión pero de raigambre e incluso fama son la fabricación de mazapanes, la artesanía en cuero y la forja artística. Además, su cultivo herbáceo más abundante es el trigo, que ocupa una superficie de 1.543 kilómetros cuadrados. Su riqueza histórico-artística, con un trazado urbano formado por bellas y empinadas calles, así como su ubicación en las proximidades del parque natural, pueden impulsar un sector turístico de interior que ha empezado a dar síntomas de desarrollo. Actualmente, se ha promovido en el municipio diferentes rutas turísticas, cada una de ellas muestra las huellas que las culturas cristiano, mudéjar y judía han dejado en el pueblo.

Pedro Abad comenzó la etapa democrática con casi 3.000 habitantes y en 2019 tiene unos 2.830. Ha sido y es feudo comunista.Miguel García –primero con el PCE y luego con IU– gobernó desde 1979 a 2003. Posteriormente, entre 2003 y 2011, la alcaldesa fue la socialista María Luisa Wic. IU recuperó la Alcaldía ese año de la mano de Magdalena Luque, quien ha llegado hasta 2019 como regidora. La actividad económica de la población se sustenta en las labores agrícolas –hasta el 43% de los vecinos del municipio trabajaba en el campo a finales del pasado siglo–, así como en la industria, destacando las empresas dedicadas a la transformación de la madera –como las dedicadas a la fabricación de muebles de cuarto de baño–.

Algo menos de 7.000 habitantes tenía Villa del Río al inicio de la etapa democrática, localidad que en 2019 tiene unos 7.200. Durante los primeros 24 años de ayuntamientos democráticos, comunistas y socialistas se alternaron en la Alcaldía. Concretamente, los regidores fueron Bartolomé Delgado (PCE-IU), que estuvo de 1979 a 1991 y de 1995 a 1999, y Juan Calleja (PSOE), que estuvo de 1991 a 1995 y de 1999 a 2003. En 2003, Bartolomé Ramírez encabezó una lista independiente, la de Unide, compuesta por muchos miembros que originariamente provenían del PP y que ganó las municipales con mayoría absoluta. Ramírez gobernó hasta 2015, año en el que le sucedió en la Alcaldía el socialista Emilio Monterroso. Villa del Río cuenta con un sector importante dedicado a la fabricación de muebles, de hecho, dispone de tres polígonos industriales. También tiene un gran peso en la economía de la zona la agricultura (olivar y vega) y las industrias de artes gráficas e impresión. Además, durante las últimas décadas la localidad villarrense ha mejorado notablemente sus infraestructuras con la construcción, por ejemplo, de la piscina al aire libre, el campo de fútbol de césped artificial, el hogar del pensionista, la Casa de la Cultura, el centro comarcal de la mujer...o la reapertura del Cine-Teatro Olimpia. En Villa del Río se encuentran varios museos de los que hay que destacar los dedicados a Matías Prats (nacido en esta localidad) y a Manolete. El centro cultural Casa de las Cadenas es la sede del Museo Histórico Municipal con salas dedicadas a la arqueología local, a Blas Moyano (pintor local) y a los pintores Beppo y Abdul Wahal.

Villafranca ha pasado de los casi 3.500 habitantes al inicio de la era democrática a los aproximadamente 4.680 de 2019. Durante 36 de los 40 años de ayuntamientos democráticos, Villafranca ha sido feudo del PSOE. De 1979 a 1983 gobernó Rafael Misas (PCE-IU). Tras él, los alcaldes solo fueron socialistas: Gonzalo Obrero –de 1983 a 1988–, Andrés Herrera –de 1988 a 1996–, Andrés Ayllón –de 1996 a 1999–, Francisco Javier López Casado –de 1999 a 2015– y Francisco Palomares –de 2015 a 2019–. Su base económica tradicional es la agricultura, en la que tienen gran presencia los cultivos de regadío gracias a su cercanía al río. En secano destacan los cereales y el olivar. También se da la dehesa y los aprovechamientos forestales del monte bajo. No obstante, se ha desarrollado una industria del mueble bastante dinámica, sobre todo en muebles de cocina, que rebasa el ámbito provincial, por lo que se han abierto nuevos horizontes económicos para esta localidad, potenciados por la reciente instalación de un parque acuático y por su cercanía a la capital, hecho que ha impulsado al sector de la construcción, al objeto de satisfacer la creciente demanda de viviendas amplias y de menor precio en los municipios de los alrededores.

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