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Cómo hemos cambiado

Así ha evolucionado la calle Regina: un profundo cambio al abrigo de las setas

Cómo hemos cambiado. Calle Regina / José Ángel García

LA calle Regina es una de las que más se ha beneficiado de la construcción del complejo Metropol Parasol en la vecina Plaza de la Encarnación. Las populares setas han devuelto el esplendor a una zona que atravesaba por una época de decadencia provocada por la demora, precisamente, de las obras de este complejo que cada día atrae a miles de turistas. Hace apenas 25 años, la calle Regina era puramente de comercio tradicional. Los sevillanos acudían desde cualquier barrio, también de los pueblos, a comprar productos cotidianos y de primera necesidad. Hoy el soho sevillano, como se la conoce, es un crisol de bares, tiendas cuquis y souvenirs en la que sobreviven algunos comercios de toda la vida, como la Cuchillería Regina o la tienda de cortinajes y tapicerías de José María García.

La calle Regina empieza a los mismo pies de las setas. En un ensanche en el que estuvo el convento de Regina Angelorum del que recibe su nombre. Y desemboca en San Juan de la Palma, justo a las plantas del bellísimo azulejo de la Virgen de la Amargura. No es una calle extensa y cuenta con dos zonas bien diferenciadas. Su inicio es como una plaza sin serlo. En este espacio cuadrangular son mayoría los bares, cuyo número ha crecido exponencialmente en los últimos años. Llama la atención, cosas del turismo, que los rótulos de los establecimientos se presenten en distintos idiomas: inglés, italiano o francés.

Uno de los comercios que sobrevive al paso de los años y las modas es la Cuchillería Regina. Desde 1930 lleva en este lugar. Eliseo Fermiñán es la tercera generación al frente de este negocio que es una referencia y que ofrece un trato cercano y personalizado al cliente. Desde aquí han sido testigos de la profunda transformación de la zona. “El cambio ha sido para mejor. Desde hace unos diez años la evolución es muy positiva”, reconoce. Antes sufrieron los avatares de unas obras que se eternizaron. Ellos consiguieron superarlo. Otros comercios tradicionales no corrieron la misma suerte.

Un botón de muestra de la importancia que el turismo tiene en la zona, como en toda la ciudad, es la existencia en la calle de hasta dos consignas para dejar las maletas tras abandonar los apartamentos, que también los hay aquí. Como un hotel que ocupa todo un extremo de la zona más ancha de la calle. Tras pasar por una angostura nos adentramos en el tramo estrecho de Regina, que conserva su vetusta solería que pronta va a ser resanada. Aquí encontramos negocios de hostería con productos para llevar: churros, café, galletas... las prisas del mundo actual. Ya no está el Novelty que un salmantino afincado en Sevilla abrió en recuerdo del histórico café de la Plaza Mayor de Salamanca famoso por ser lugar de encuentro de escritores, artistas y políticos. Entre tiendas de souvenirs y abalorios nos encontramos con otra de las tiendas de toda la vida: la de José María García, que cuenta con dos locales en la calle. “La tienda la abrió mi padre en 1952. Yo llevo casi 35 años aquí. La calle es otra. Pasa mucho turismo, pero mi clientela es al 99% de sevillanos y vecinos”.

Así es la calle Regina, el soho sevillano, como la han denominado, pero que sigue conservando parte de su esencia, a pesar de todo.

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