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Sevilla

Un violador acepta ocho años de cárcel por reincidir tras pasar 15 años preso

  • Cuando cumpla la nueva pena tendrá que estar otros cinco años sometido a vigilancia para evitar que vuelva a delinquir.

Un hombre de 41 años ha aceptado este martes, en un juicio celebrado en Sevilla, una pena de 8 años de cárcel y una indemnización de 15.000 euros por una violación que cometió sobre una mujer el 31 de diciembre de 2015, el mismo delito por el que ya ha pasado 15 años preso.

Cuando cumpla la pena de ocho años de prisión, el acusado tendrá que estar otros cinco años sometido a vigilancia para evitar que reincida en el delito, han informado fuentes judiciales.

El violador, Borja P.L., también ha sido condenado a doce meses de prisión por quebrantamiento de la condena, ya que sobre él pesaba la obligación de no acercarse desde a Sevilla desde Camas, la localidad vecina en la que residía, cuando cometió su última violación.

En el último turno de palabra del juicio, el acusado, que estuvo preso entre 1998 y 2013 por cuatro agresiones sexuales, ha pedido perdón a la víctima por el daño que le ha provocado, ha asegurado que se siente enfermo y que se vuelve "loco" con la ingestión de alcohol y drogas, a pesar de lo cual las toma.

También ha mostrado su esperanza en que los médicos y los psiquiatras encuentren una solución a su problema. El acusado ha aceptado la pena de 8 años una vez que la Fiscalía, en un juicio celebrado en la sección primera de la Audiencia de Sevilla, ha rebajado su pena inicial de doce años de cárcel y también ha bajado de ocho a cinco los años de vigilancia posterior una vez que el hombre salga de la prisión.

La última víctima del violador circulaba en bicicleta, camino de su trabajo, a las 07:00 del 31 de diciembre de 2015, momento en el que fue abordada en la calle Hespérides de Sevilla, en el barrio de La Corza.

En ese momento, el agresor salió detrás de un contenedor de ropa, le dio un golpe con el brazo y la tiró, tras lo cual le sujetó la cabeza contra el suelo para que no le mirase a la vez que le golpeaba y le decía "sólo voy a tocarte, si sigues gritando te parto el cuello", un modo de operar similar al de otras agresiones.

Tras golpearle varias veces en la cabeza y agredirla sexualmente, el detenido huyó del lugar al acudir varios viandantes a su ayuda. En la agresión, el detenido dejó restos de su sangre en la ropa interior de la mujer debido a una herida que tenía una mano.

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