INVESTIGAR EN ALMERÍA

Los yesos almerienses dan vida a una planta única

  • Un grupo de investigación en Biología de la Conservación trabaja en los afloramientos de Sorbas.

Juan Francisco Mota, en su laboratorio.

Juan Francisco Mota, en su laboratorio.

El Paraje Natural 'Karst en Yesos de Sorbas' es uno de los enclaves referentes de la provincia de Almería. Hay más de 1.000 cavidades excavadas en yeso, con gran cantidad de galerías repletas de estalactitas y estalagmitas. Y cuentan con kilómetros excavados en la roca de yeso, una roca cristalina que refleja la luz de los cascos de quien las visita. Un lugar único del que nunca se había imaginado que podría haber dado vida a una planta exclusiva.

La estudian en los afloramientos de Sorbas que, según cuenta el profesor Juan Francisco Mota, si los análisis moleculares respaldan sus observaciones, es una planta que "podría ser considerada una nueva especie exclusiva de los yesos de Almería o, dicho de otra forma, un endemismo". Mota, que dirige el grupo RNM-344 Biología de la Conservación de la UAL, está en vías de describir un híbrido entre el romerillo de Turre y un pariente cercano del cabo de Gata. Mota se explica: "Este mestizaje genético ocurre en las zonas en las que los afloramientos de yeso entran en contacto con los volcánicos. Algo parecido pasa en la Sierra de Almagro, en la que también hay afloramientos de yeso colindantes son otros tipos de rocas. Así es la naturaleza, rica y propensa a reinventarse". El investigador asegura que según sus estudios al menos hay 77 especies gipsófilas (vegetación que crece exclusivamente sobre yeso), algunas de las cuales están en peligro de extinción.

"Hay varias especies de plantas amenazadas en los yesos ibéricos, algunas de ellas exclusivas del afloramiento de Sorbas , como la matamarilla o el romerillo de Turre, a las que habría que sumar, aunque no sea exclusiva de esta zona, el narciso de los yesos", manifiesta. "Estas zonas deben quedar amparadas en la red de espacios protegidos de Andalucía", sostiene. A este respecto añade que, "por fortuna, la mayoría tienen poblaciones que quedan incluidas en áreas ya protegidas, pero además se puede practicar una estrategia de conservación ex situ, que consiste en recolectar semillas y material vegetal para almacenarlos y asegurar la supervivencia de estas especies".

Juan Francisco Mota Poveda, trabajando con una muestra. Juan Francisco Mota Poveda, trabajando con una muestra.

Juan Francisco Mota Poveda, trabajando con una muestra.

Los estudios se han realizado a lo largo de toda España. Pero el grupo, en su afán de estudiar los ecosistemas y plantas del yeso, ha ampliado horizontes y ha trasladado sus investigaciones a otras partes de mundo en las que hay flora yipsófila como Italia y Estados Unidos, algo posible gracias a la colaboración de investigadores de dichos países. En este momento también están muy interesados en las interacciones biológicas que los yipsófitos tienen con los microorganismos del suelo, según cuenta Mota. "Cubrimos casi todas las escalas de la biodiversidad vegetal". "Hemos llevado a cabo -ha concretado- desde estudios con marcadores moleculares de diferentes especies yipsófilas (amantes del yeso) para conocer su variabilidad genética y la geografía de sus linajes hasta investigaciones sobre los procesos de recuperación de las comunidades vegetales en las canteras de yeso una vez que cesa su explotación, es decir, estudiamos cómo cicatrizan de forma natural estos ecosistemas". 

"En realidad los ecosistemas de yesos españoles están recogidos como ecosistemas prioritarios por la Directiva Hábitats de la Unión Europea", dice el investigador. Ello significa que "son hábitats únicos cuya conservación es prioritaria. Es decir, la amenaza pesa sobre todas las comunidades vegetales que allí se desarrollan". Es, por ello, que es preciso impulsar y desarrollar estrategias para "salvaguardar esta inmensa y original biodiversidad que son múltiples". Así, Juan Francisco Mota recuerda que deben preservarse de la destrucción las áreas más valiosas, como el afloramiento de Sorbas y otros de la provincia de Almería.

La Universidad de Almería dispone de un banco de germoplasma (semillas fundamentalmente) reconocido internacionalmente y está a punto de finalizar en el marco del Centro de Investigación de Colecciones Científicas, una parcela dentro de lo que será el Jardín Botánico universitario dedicada a las plantas de yeso. Estas colecciones vivas, la del banco de semillas y la del jardín, podrían servir para recuperar o fortalecer poblaciones silvestres en vías de extinción. Dentro de ese listado de plantas, dos han sido un descubrimiento de este grupo de investigación.

Fue con motivo de una monografía que se publicó en 2011 sobre la flora y la vegetación yipsófila de España, cuando se describieron dos especies hasta entonces desconocidas. Juan Mota asegura que "es un hecho que no deja de ser sorprendente, ya que el estudio de las plantas que crecen en el yeso se puede remontar hasta Linneo y, ya a principios del siglo XIX, había botánicos "devotos" de este tipo de flora en nuestro país. Pero las sorpresas no acabarán aquí", augura el científico.

 

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