El matador de toros gerenense Manuel Escribano arranca 2018 actuando este mes en tres países distintos: Colombia, Venezuela y México. Tras su incursión en ruedos americanos, Escribano comenzará su campaña en España en Valdemorillo. Un arranque fuerte con la finalidad de ponerse fino de cara a una temporada en la que seguirá a su lado Raúl Gracia El Tato como apoderado y hombre de máxima confianza. Todo ello tras remontar la gravísima cornada de 2016 y terminar el año pasado en el puesto 12 del escalafón, sumando 36 corridas y consiguiendo 46 trofeos.
-Manuel, un comienzo con mucha actividad...
-Un comienzo fuerte y calentito para llegar fino y preparado a las primeras ferias. Me marcho el día 19 porque toreo el 21 en Bogotá, donde confirmaré alternativa; el 26 lo hago en la plaza venezolana de San Cristóbal y el 28 toreo en Mérida, de México.
-Aunque todavía no se han hecho oficiales los carteles, ¿arrancará su campaña española en Valdemorillo?
-Sí. Toreo el 11 de febrero junto a Abellán y Juan Miguel, que tomará la alternativa, con toros de Monte La Ermita.
-¿Y luego?
-Estamos pendientes de Fallas.
-¿Qué planteamiento tiene para este año?
-El mismo. Quiero continuar apretando en las ferias grandes como en Sevilla, Madrid y Pamplona. Las primeras ferias serán decisivas.
-¿Qué le supone que le represente un apoderado independiente, como es El Tato?
-Desde el punto de vista de la contratación para mí es más difícil, pero El Tato me aporta mucho como torero, en concreto en aspectos técnicos y estéticos.
-La temporada pasada fue la primera continuada tras la terrible cornada en 2016. ¿Cómo la definiría?
-Ha sido muy meritoria, ya que he tenido una evolución enorme en poco tiempo. Parece mentira que no se haya notado nada artísticamente. He sumado unas treinta y seis corridas y la mayoría en plazas grandes.
-Tras la cornada, no le arroparon precisamente...
-No ha habido margen de error. Incluso en algunas plazas que había triunfado anteriormente no me contrataron, como sucedió en Santander, Gijón, Burgos, alguna más del norte y Málaga.
-¿Qué ha sido lo mejor?
-La constante evolución, superar las dudas y llegar al punto de estar casi como cuando me fui. He crecido y he conseguido cotas muy altas como Bilbao, donde hice la faena más completa, cuajando el toro de principio a fin y matarlo.
-¿Y lo peor?
-La espada. Hubiera cortado orejas en Sevilla, Madrid y Pamplona. Pero era lógico después de tanta inactividad. He tenido que resetearlo todo desde el inicio.
-¿Le quedan secuelas de la cornada?
-Me queda recuperar mi nivel físico de antes. Me falta todavía movilidad en los dedos del pie derecho y en el tobillo y tengo periodos con insuficiencia venosa.
-¿Cuándo alcanzará el cien por ciento de su nivel?
-Eso no se sabe. El tema neurológico es siempre algo imprevisible.
-¿Está recuperado psicológicamente?
-Sí, totalmente.
-La contratación para Sevilla.
-Ni idea. No se ha hablado nada.
-¿Qué le gustaría?
-Quiero matar la de Victorino. Se habla de que estará también El Juli. Y me gustaría una segunda que habría que ver.
-¿Y en Madrid?
-Me gustaría cambiar la de Adolfo Martín por la de Victorino, que no he matado nunca en Las Ventas, y otra más. Me falta pegar un zambombazo fuerte en la plaza de Madrid.
-¿En qué momento se encuentra su tauromaquia?
-Busco la pureza y la profundidad, sin perder de vista la estética. Con el capote también me encuentro a gusto y con las banderillas. Y con la espada he estado matando últimamente bien. Ya no tengo dudas.
-¿Por qué no ha cuajado el cartel de banderilleros?
-La verdad es que cuando nos han anunciado a Fandi, Padilla y a mí ha sido un espectáculo garantizado.
-¿Qué meta tiene a largo plazo?
-Continuar creciendo y escalando posiciones.
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