Balance de la feria de abril 2008

Manzanares, Perera y Diego Ventura destacan en un ciclo que hizo aguas

  • La feria abrileña ha estado marcada también por el curioso suceso de tres corridas suspendidas consecutivamente debido a la lluvia, hecho histórico sin precedentes en los siglos XX y XXI

La feria abrileña de 2008, muy tempranera, con parte de sus festejos dentro del mes de marzo, se puede considerar como un ciclo aguado en muchos aspectos. En primer lugar, por la suspensión consecutiva, debido a la lluvia, de tres corridas de toros antes incluso de su comienzo, hecho insólito y único a lo largo del siglo presente y del XX. En segundo, por el pobre balance ganadero, destacando como muy negativo una corrida impresentable de Juan Pedro Domecq. Y en tercer lugar, por el lío monumental en una de las suspensiones, donde no debió aparecer la Policía Nacional en el ruedo, entretanto se plantaban los diestros en el platillo. En este apartado, el de la autoridad, también hay un debe muy grave en la actuación de María Isabel Moreno, quien mandó dar la vuelta al ruedo al quinto toro de Victorino Martín por su cuenta, sin que la pidiera el público; galardón que ese toro no merecía.

En el apartado artístico, debido al agua, quedamos privados de 18 toros y 9 actuaciones, entre ellas las de uno de los carteles estrella en el que estaban anunciados Morante, El Juli y Manzanares.

La Feria de Abril ha tenido tres nombres propios: los matadores de toros José María Manzanares y Miguel Ángel Perera y el rejoneador Diego Ventura. Manzanares, que cortó una oreja a un toro de El Ventorrillo y desorejó a uno de Juan Pedro Domecq, aunque anovillado, desplegó en conjunto un toreo de gran calidad artística. Perera también ha salido reforzado tras su paso por Sevilla. Estuvo a gran altura en su actuación del 5 de abril, con una gran faena a un toro de El Ventorrillo, que fue premiada con las dos orejas. Y Ventura ha sido el único torero que ha abierto la Puerta del Príncipe, cortando tres orejas en el día en que toreó en terna y desorejó al único astado que lidió en la matinal del sexteto de rejones.

En el paso del plantel de toreros por Sevilla, apenas hay movimientos. Lo más importante es la subida de cotización de Manzanares, Perera y Ventura, a los que se unen El Cid y El Fundi.

El Cid, anunciado cuatro tardes en el ciclo, si sumamos la del Domingo de Resurrección, donde cortó una oreja, no ha tenido un balance de trofeos llamativo, pero ha dado una impresión notable. Ha mejorado mucho en el capote, torea cada vez más templado, no hay nadie que lidie victorinos como el saltereño y, como única nota negativa, falló a espadas este año en varios toros. Le ha perjudicado mucho el anunciarse con una de las corridas de Juan Pedro Domecq. Algo que tenía que haber evitado y que es incomprensible, ya que sus apoderados son también los veedores de la empresa de Sevilla y podía tener referencias de primera mano de la citada corrida-novillada.

El Fundi, que no sólo cortó una oreja al cuarto Palha, sino que además realizó una gran faena al primer astado de la ganadería portuguesa, que fue obra de arte como lidia, premiado raquíticamente con una vuelta al ruedo porque pinchó -en lo alto- previamente a una gran estocada. Y mención especial merece Pepín Liria, otro de los toreros denominados legionarios, que dio la talla hasta en su última tarde, jugándose la vida sin trampa ni cartón en la corrida de Victorino Martín, recibiendo a un toro a portagayola, sufriendo una paliza terrorífica y continuando la lidia. Un gesto en la tarde de su despedida en la Maestranza, donde es uno de los diestros que más trofeos ha conseguido. Cortó una oreja y le pidieron las dos y se libró en dos ocasiones, milagrosamente, de ser herido. En esa corrida de Victorino también brilló Antonio Ferrera, muy entregado en todos los tercios, incluido el de banderillas.

Dos de los toreros que más mandan en el negocio, Enrique Ponce y El Juli, dejaron dos caras distintas. Ponce no dejó huella alguna y El Juli pisó con firmeza como gran lidiador y estoqueador, cortando una oreja en la corrida de El Ventorrillo. Y en cuanto a Morante, el esperado torero de La Puebla del Río, cuajó una faena de destellos, que malogró con los aceros.

Entre otros espadas que refuerzan su cartel se encuentran Sánchez Vara, Fernando Cruz, Luis Vilches, Juan José Padilla y Diego Valverde, que cortó una oreja en la miurada.

Se quedan con el mismo crédito Luis Bolívar, Iván García, César Girón, Domingo López Chaves, El Capea, Antonio Barrera, Matías Tejela, Salvador Cortés, Curro Díaz y El Fandi. Pierden puntos, Jesuli de Torrecera, Javier Conde, Sebastián Castella, Alejandro Talavante, Finito, Manuel Díaz El Cordobés y Francisco Rivera Ordóñez. Y como rejoneadores, además del éxito clamoroso de Diego Ventura, que continúa galopando hacia el cetro del toreo con su espectacular toreo, cumplieron Bohórquez, Martín Burgos, Andy Cartagena (que cortó una oreja), Montes y Hernández y decepcionó Pablo Hermoso de Mendoza.

En la novillada, Antonio Nazaré, Oliva Soto y Juan Luis Rodríguez cumplieron en un espectáculo a medio gas.

En el apartado ganadero, la corrida más completa del ciclo ha sido la de Victorino Martín, en un año en el que en la mayoría de toros la casta ha estado aguada. En su presentación, corridas como las de Parladé o Juan Pedro Domecq son indignas para una plaza como la Maestranza. Incluso han fallado los hierros tradicionales toristas, como los de Cebada Gago y Cuadri. En cuanto a toros significativos, de nota, ha sido una feria con muy pocos toros para el recuerdo. Quizás, el cuarto de Victorino, de nombre Galletero, ha sido uno de los más interesantes en su juego o el cuarto de Torrealta, que hizo una buena pelea en varas y tenía un gran recorrido, al que no quiso ver Javier Conde y algunos de los lidiados por El Ventorrillo y Torrestrella.

En el apartado de las cuadrillas han destacado algunos picadores, como Chocolate, Josele, José Doblado y Antonio Montoliú y los banderilleros Curro Molina, El Ruso, Juan Manuel Molina, El Boni y Domingo Navarro, entre otros.

Con respecto a las entradas, se han colgado varios días el cartel de No hay billetes y se han registrado importantes entradas en el resto de espectáculos. De vergüenza han sido algunos de los casos que se han vivido en esta edición. La empresa, la autoridad -especialmente la presidenta María Isabel Moreno- que aprobó la indigna corrida de Juan Pedro Domecq del pasado 11 de abril-, veterinarios, veedores, amén de los ganaderos y los toreros implicados que se anuncian con este tipo de ganado, han conseguido que la Maestranza descienda en el crédito de su categoría en un ciclo que, salvo los apuntes positivos señalados, ha sido una feria aguada.

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