Toros

Inspirada faena de Morante, que le abre la Puerta de los Califas

  • El sevillano desoreja al quinto toro y Finito y Roca Rey cortan dos orejas cada uno

Morante de la Puebla sale a hombros por la Puerta de los Califas.

Morante de la Puebla sale a hombros por la Puerta de los Califas. / j. vidal

Tarde de triunfo en el coso de Los Califas de Córdoba con salida a hombros de Morante de la Puebla, que cortó dos orejas al cuarto, en un festejo donde también triunfaron Finito de Córdoba y Roca Rey, que pasearon también dos orejas, una de cada toro de sus lotes. Se lidiaron seis toros de Juan Pedro Domecq, justos de presencia y nobles en general. Juan Serrano Finito de Córdoba, oreja y oreja. José Antonio Morante de la Puebla, silencio y dos orejas. Roca Rey, oreja y oreja. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del doctor Ramón Vila y de Raúl Arce, antiguo empleado del coso cordobés. La plaza registró más de media entrada.

Justo reparto de trofeos en la segunda del abono de Los Califas. Finito de Córdoba, Morante de la Puebla y Roca Rey obtuvieron un total de seis orejas, dos por coleta, en la última corrida de toros a pie del abono cordobés tras lidiar un asequible encierro de Juan Pedro Domecq que, sin acabar de romper, concedió opciones para el éxito.

Finito brindó a la afición la faena a su primero, al que citó a pies juntos para sacarlo del tercio con maestría antes de cambiar de terreno. En esa demarcación construyó una faena fundamentada en la diestra, toreando con técnica y largura en ocasiones, aunque a media altura, por la respuesta de la res. En la media distancia pudo ligar dos series antes de optar por el toreo al natural, donde la faena decreció. De nuevo con la derecha, Finito consiguió pasaje templado y con aplomo, levantando al respetable. Eficaz con el estoque, recibió un trofeo.

En el cuarto, Finito construyó una faena a un animal que, aparentemente, no regalaba acometidas. El de El Arrecife animó al tendido con varias series a derechas por abajo antes de pasar a la zurda, donde alargó el trazo. Faena en constante construcción que llegó al tendido y que fue premiada con otro apéndice.

Morante, que anduvo ausente ante el segundo de la tarde, se desquitó en el quinto con una faena donde hubo profundidad y largura. El torero, que contó con el acompañamiento de su rival, compuso un precioso preámbulo con ayudados por alto. Sobre la diestra enganchó por delante sin titubear para trenzar a media altura hasta que el animal, noblote, acabara dejándose por bajo.

En esas, diseñó una secuencia por ambos pitones donde el astado nunca acabó de emplearse, pero la buena consigna del matador imprimió cordura. Más gusto se vio en una cuarta serie, impregnada con el duende propio. Faena pertinente pero sin rotundidad, que fue premiada generosamente con dos orejas.

Roca Rey anduvo insistente y comprometido ante un animal, el tercero, soso y sin transmisión que sólo concedió opciones por obra y gracia del torero, que anduvo presto por ambos pitones, cuidando la colocación. Faena construida por el matador, donde hubo aplomo y perseverancia, aunque también altibajos.

En el último anduvo decidido y fresco. Sin dejar de batallar, el torero intentó un máximo despliegue con la muleta en la diestra pero la res se vino abajo, concediendo únicamente fases. La entrega y voluntad del peruano propiciaron un enfrentamiento más en la distancia corta que el público quiso premiar.

Una serie de manoletinas antes de mostrarse eficaz con el acero le valió una oreja.

Al finalizar la tarde Finito y Roca Rey salieron a pie por la puerta de cuadrillas, mientras que Morante lo hizo a hombros por la de Los Califas. Tarde con sabor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios