Toros

Gloria a Victorino: Pepe Moral indulta a 'Jarretero'

Pepe Moral, con dos trofeos, ayer, en la plaza de Illescas.

Pepe Moral, con dos trofeos, ayer, en la plaza de Illescas. / g. p,. m.

La emoción fue el argumento de la segunda Corrida Total de Illescas. Sentimientos que brotaron desde el minuto de silencio en memoria de Victorino Martín Andrés, que se unió al himno de España. Vivas, aplausos, júbilo. Una corrida llena de matices dignos de análisis que llegaron a la cúspide con el encuentro entre Pepe Moral y Jarretero.

Salió el guapo Jarretero con buen son, repitiendo en el capote y empujando en el caballo. Estrecho de sienes, muy bajo, con cuello. Mostró calidad sobre todo por el lado izquierdo. El natural, precisamente, es el lado fuerte de Pepe Moral. Por eso la faena tornó en grande desde la primera tanda. Jarretero hacia surcos con el hocico de tanto humillar. El sevillano le bajó la mano y estiró todo lo que pudo cada embestida. La gente estaba loca. Jarretero iba a más. Cierto es que no fue igual por el derecho pero los cambios de mano hacían olvidarlo. La petición de indulto comenzó como si el propio Victorino desde el cielo estuviese firmando el guión. El presidente sacó el pañuelo naranja (hubo protestas por una parte del público) y Pepe Moral paseó un rabo simbólico con mucho mensaje.

El diestro sevillano sale a hombros junto a De Justo y Escudero corta una oreja

Serio, bajo y fino de hechuras, El segundo siempre embistió despacio. En la muleta de Pepe Moral lo mejor llegó al natural. Muy despacio, echando los vuelos y con el estaquillador a la altura del albero. Por ahí el toro fue extraordinario. La última tanda, sin velocidad alguna, con el toro embistiendo al paso que recordó al mexicano, fue sensacional. Mató de una estocada sin puntilla y cortó las dos orejas.

Emilio de Justo toreó con aire sevillano a la verónica y dejó dos medias de cartel a su segundo. Hizo presa nada más empezar con un volteretón que no lo caló de milagro. Repuesto, volvió al sitio y aprovechó esa media embestida por la derecha rematada con un trincherazo, superior. Cerró con naturales a pies juntos y el toro volvió a cogerle. Volvió al mismo sitio para rematar su impronta. Media estocada sirvió para cortar dos importantes orejas.

Emilio de Justo, con el que abrió plaza, que tuvo transmisión en la muleta, imprimió buenos muletazos que fueron mejores cuando no hubo enganchones. Cada vez más complicado, tuvo mérito todo lo que le hizo. Estuvo desacertado con la espada.

En Martín Escudero se atisbó su concepto de torero grande, sin gestos de cara a la galería, asentado y de mucho valor ante su primero. Así fue como fue forjando una faena que creció al natural. Un cambio de mano al final y el cierre por abajo pusieron la balanza del lado del torero. Con media fue suficiente para tumbar al toro. Oreja.

Martín Escudero volvió a mostrar su concepto vertical frente al veleto sexto. Este necesitó firmeza de plantas pues siempre le buscó las vueltas. Una estocada que hizo guardia previa a una entera le dejó sin la oportunidad de acompañar a Pepe Moral y Emilio de Justo por la Puerta Grande.

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