Toros

Caballero se reivindica con buen toreo en su encerrona en Torrejón

El diestro Gonzalo Caballero.

El diestro Gonzalo Caballero. / juan carlos muñoz

Un total de cinco orejas fue el triunfal balance de la encerrona solidaria de Gonzalo Caballero en Torrejón de Ardoz (Madrid), aunque, más allá de trofeos, lo verdaderamente importante fue la dimensión ofrecida por este joven madrileño, que se reivindicó a base de buen toreo. La verdad al colocarse y el compromiso a la hora de pisar los terrenos suelen traer consigo un peaje demasiado duro y, casi siempre, muy injusto. Éste es el caso de Gonzalo Caballero, un torero que sólo conoce el camino de la rectitud y la autenticidad para tratar de alcanzar sus sueños. Sus formas deberían servirle. Sólo queda que los toros le respeten y que las empresas cuenten más con él.

Con casi tres cuartos de entrada y minuto de silencio por Dámaso González y Victorino Martín, se lidiaron toros de La Palmosilla, Jandilla, Bohórquez, Fernando Peña, mansito y a más en la muleta, de nombre Lucerillo, premiado con una exagerada vuelta al ruedo, Parladé y otro de Bohórquez.

Gonzalo Caballero, de blanco y plata, dos orejas, oreja, ovación tras aviso, dos orejas tras aviso, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

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